La localidad vizcaína de Valle de Carranza recibe desde este miércoles agua desde Cantabria. Un total de 200.000 litros al día que se transportarán en camiones cisterna desde el municio cántabro de Ramales, a unos 14 kilómetros. El agua se verterá cada día en un depósito desde el que se distribuirá a la red del municipio. La fuerte sequía que asola Euskadi este verano, en que se han soportado temperaturas completamente inusuales para esta zona, ha dejado bajo mínimos las reservas de sus embalses y se ha tenido que optar por esta solución puntual, ya que el Valle de Carranza no está integrada en el Consorcio de Aguas de Bilbao-Bizkaia, que se abastece desde los pantanos alaveses de Ullibarri-Ganboa y Santa Engracia-Urrunaga, pertenecientes al sistema del Zadorra, y que no están teniendo ningún problema de abastecimiento (70% de capacidad).
Los camiones tienen una capacidad de unos 28.000 litros cada uno, por lo que serán necesarios entre 7 y 8 para completar los 200.000 litros por día que se han comprometido. De momento tienen autorizados cuatro vehículos, por lo que algunos de ellos deberán duplicar los viajes. La medida se extenderá en el tiempo en función de si llegan o no las lluvias y supone para el Ayuntamiento un coste superior a los 2.000 euros por día. “Si hace falta se aumentará la cantidad diaria en función también de la disponibilidad que tenga Ramales. Y en el caso necesario hay también ya un acuerdo suscrito con Ampuero, también en Cantabria”, dice el alcalde de la localidad Raúl Palacio, de la plataforma independiente Karrantza Zabala.
Con la medida espera paliar la escasez que están sufriendo este enclave, uno de los más extensos de Bizkaia, con 137 km2, que no tiene mucha población, 2.750 habitantes, pero que alberga la mayor cantidad de explotaciones ganaderas del territorio vizcaíno: el 80% del ganado total de leche, con 12.000 cabezas de ganado, grandes consumidores de agua, y quizá unos de los motivos principales que ha desencadenado la 'guerra del agua' que este municipio libra desde hace años con la Diputación Foral de Bizkaia y el Consorcio de Aguas de Bilbao-Bizkaia, y que ahora, en una situación límite de escasez, le ha llevado a pedir ayuda a Cantabria.
Coste inasumible para los ganaderos
El problema no es nuevo. Según recuerda el alcalde, “Carranza lleva más de once años negociando entrar en el Consorcio de Aguas sin conseguirlo y ahora se nos ponen dos condiciones que son inasumibles”, dice. Por un lado “inversiones de más de nueve millones de euros” en la red de saneamiento “que llevaría a la quiebra del Ayuntamiento”, y por otro “un impacto económico en las explotaciones ganaderas que provocaría el cierre del 70% de ellas por el incremento del coste del agua”, señala citando un informe que encargó la propia diputación.
Según asegura Raúl Palacio, “las tarifas del Consorcio son inasumibles, porque supondría que, por ejemplo, una explotación con 150 cabezas de ganado tendría que pagar 15.000 euros por agua al año, cuando ahora, con la gestión municipal, no paga ni una décima parte”, asegura. “Es lo último que podríamos hacer teniendo en cuenta las dificultades que atraviesa ahora el sector ganadero”, recuerda.
Mientras tanto, el Valle de Carranza se abastece de dos balsas de captación, Argañeda y Cerroja. “Argañeda tiene ya problemas estructurales y no se puede llenar más que hasta el 43% de su capacidad total, y en época de sequía eso se nota mucho”, dice el alcalde. Ahora está en un 13% de su capacidad y Cerroja en el 33%. Una situación que le ha llevado a pedir ayuda. Pero ¿por qué a Cantabria y no a Bizkaia? El alcalde asegura que el 16 de agosto se reunió “personalmente” con un miembro del Consorcio al que trasladó la situación en la que se encontraba el municipio, sin obtener respuesta. Desde el Consorcio de Aguas, desmienten categóricamente que se les haya solicitado ayuda. En cualquier caso, aseguran que no sería una cuestión suya porque no actualmente no es miembro del Consorcio, recuerdan.
El alcalde señala por eso de manera directa a la Diputación de Bizkaia. La institución foral retiró ya hace años las ayudas destinadas a cualquier gestión relacionada con el agua al municipio exigiéndole que entrara a formar parte del Consorcio para recibirlas. El Ayuntamiento recurrió a los tribunales, y ahora tiene en sus manos dos sentencias que abren la puerta a la posibilidad de que puedan reclamar las ayudas sin formar parte del Consorcio.
La del Valle de Carranza es la segunda operación llamativa de este verano de sequía para paliar la falta de agua. Desde el 18 de agosto un barco traslada agua desde el Puerto de Bilbao a Bermeo. Este municipio de Busturialdea todavía no está integrado totalmente en el Consorcio de Aguas, pero ya está aprobada su inclusión, por lo que es este organismo el que se ocupa de la operación.