Los sindicatos Satse, ELA, LAB, CCOO y UGT han convocado para el 23 de enero manifestaciones en las tres capitales vascas para denunciar la situación de “colapso” de la atención primaria en Euskadi así como la sobrecarga de la atención hospitalaria. Los cinco sindicatos han exigido medidas “inmediatas y reales” para afrontar dicha situación o, de lo contrario, “intensificarán” sus movilizaciones sin descartar la huelga.
En una comparecencia conjunta, que se ha llevado a cabo en la sede de ELA en Bilbao y recogida por Europa Press, los cinco sindicatos con representación en Osakidetza han indicado que, a las carencias “estructurales” existentes en el sistema vasco de salud, anteriores a la pandemia, se les han sumado ahora los cambios efectuados en los protocolos COVID que, desde su punto de vista, vienen a “responder” a dicha situación previa. Ante esta situación, llevarán a cabo sendas manifestaciones ese domingo, a las 12.00 horas, en Bilbao (desde Sagrado Corazón), Donostia (Boulevard) y Vitoria (Plaza de la Virgen Blanca), en las que exigirán “medidas inmediatas” para resolver la situación actual que atraviesa la sanidad pública vasca, en una sexta ola que las plantillas están afrontando con una “flagrante falta de medios, de organización y de planificación”. En plena ola, en Navidad, Osakidetza redujo el horario de al menos 62 ambulatorios. “Se trata de una medida basada en la sostenibilidad y uso eficaz de los recursos públicos”, defendió entonces.
En un comunicado conjunto, que han leído ante los medios, las centrales sindicales han remarcado que la actual crisis provocada por la explosión de contagios con la variante Ómicron no es una situación “coyuntural, fruto de la pandemia”. La actual crisis sanitaria ha venido a “agravar, aún más”, una situación “estructural muy anterior a la pandemia”, han criticado, para recordar que, ya en 2019, los trabajadores de la atención primaria secundaron tres jornadas de huelga para denunciar la gravedad de la situación que se vivía entonces y que, “a día de hoy, dos años después, la situación ha ido a peor”.
En este punto han recordado que ya el pasado 22 de diciembre, inmersos en la sexta ola, realizaron concentraciones en los centros de salud de atención primaria de Osakidetza para denunciar la “insostenible situación”. Sin embargo, dos semanas después, esta situación “ha empeorado” y, tal y como han reiterado, “la escasez de las plantillas es ya tan evidente que Osakidetza ha decretado, entre otras medidas, el autotest COVID”. “Es decir, que cada paciente recoja su propia muestra por carecer de un número suficiente de profesionales para realizar esta tarea”, han apuntado.
“Excusas y recortes”
Para los sindicatos convocantes, la pandemia, además de “precarizar aún más las condiciones de trabajo del colectivo y la calidad asistencial que se ofrece a la ciudadanía, se ha convertido también en una excusa para que Osakidetza aplique recortes y dificulte la accesibilidad de los pacientes a la sanidad pública”. Tal y como entienden los representantes de la plantilla, todo esto, unido a la falta de planificación y falta de refuerzo e inversión, y al aumento exponencial de la carga de trabajo derivada de la gestión de la pandemia, ha colocado a la atención primaria “contra las cuerdas”.
Desde su perspectiva, “la estrategia programada de desmantelamiento” de la atención primaria “sigue su curso”, mientras Osakidetza continúa utilizando la COVID-19 para “tapar un déficit” que ellos entienden “estructural”. Según han indicado, solo así se entiende que, casi dos años después de la primera ola, se esté afrontando la sexta con una “flagrante falta de medios, de organización y de planificación”. O que, hace apenas dos meses, Osakidetza decidiera prescindir de 4.000 profesionales; que hace solo unos días se estuviera exigiendo al personal residente trabajar gratis; que la plantilla soporte una tasa de temporalidad que roza el 60% o que se hayan desmantelado los equipos de vacunación y rastreo“, han enumerado. Igualmente han denunciado que no se sustituyen bajas, vacaciones y otras ausencias y que, cuando los contagios están batiendo récords, se haya decidido restringir los horarios de centros de atención primaria”.
En este punto se han referido a la atención hospitalaria, que, desde su punto de vista, “tampoco se libra de estos problemas estructurales”. Y así, han explicado que las UCI están “cada vez más tensionadas” y las cargas de trabajo son “extenuantes”, a lo que hay que añadir la escasez de la plantilla y la alta rotación de trabajadores y trabajadoras. Un buen reflejo de esta situación, han apuntado, son los servicios de Urgencias, que acusan un aumento “importante” de la carga de trabajo derivada, precisamente, del “colapso” que se da en la atención primaria.
A pesar de lo “alarmante” de la situación, los sindicatos han lamentado que el Gobierno vasco no está dando “pasos para solucionar estos graves problemas” señalados y que la Ley de presupuestos para 2022, recientemente aprobada, contempla una inversión para sanidad que, según han denunciado, supondrá gastar 16 millones de euros menos que lo efectivamente gastado en el ejercicio 2021. Para las centrales sindicales, es “urgente” aumentar el presupuesto de Osakidetza hasta la media de la UE (7% del PIB), así como destinar un 25% a la atención primaria y reforzar “de manera inmediata” las plantillas.
Asimismo, defienden que hay que dotarlas de recursos humanos “suficientes” en todas las categorías con la creación “miles de plazas para consolidar a los miles de temporales”, terminar con la contratación temporal “abusiva” y “racionalizar” las cargas de trabajo. Sus demandas también reflejan “una imperiosa necesidad” de sustituir todas las ausencias desde el primer día y aplicando una estrategia encaminada a “priorizar y reforzar” la sanidad pública, en especial la atención primaria, en contraposición con el “desmantelamiento programado” al que lleva sometida más de una década en Euskadi.
Los sindicatos han concluido con un llamamiento a la ciudadanía, así como a los diferentes movimiento sociales y organizaciones, porque la sanidad pública “es un seguro de vida colectivo que, sin duda, debemos defender y la movilización es más necesaria que nunca”. Asimismo han advertido de que, si no se dan pasos para revertir la actual situación de “colapso”, su intención es “intensificar” las movilizaciones.
Situación “descontrolada”
Mientras tanto, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU han solicitado que el Parlamento Vasco, cuya actividad está limitada en este mes de enero, pueda celebrar sesiones en este primer mes del año con el objetivo de adoptar medidas frente a la actual situación de emergencia sanitaria. Ambas formaciones han afirmado, a través de un comunicado, que “en la actual situación carece de sentido que el Parlamento tenga sus puertas cerradas, puesto que estamos ante una situación grave y complicada, y no sólo desde el punto de vista sanitario”.
En este sentido, han denunciado que la transmisión del virus está “descontrolada”, que los niveles de contagio en Euskadi son de los más altos de Europa, y que la Atención Primaria “está colapsada”. En opinión de EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU, es necesario “evaluar con urgencia cuál es la situación, debatir en serio, establecer prioridades y acordar las medidas a adoptar, también para decidir sin pérdida de tiempo cómo afrontar las consecuencias de la pandemia”.
Además, han recordado que los efectos de la pandemia “van más allá del sistema sanitario”, dado que en los próximos días se va a producir el regreso a las aulas tras las vacaciones de Navidad. Ambas formaciones han alertado de que “no está claro si habrá profesorado suficiente”, ni si los padres y madres “van a poder conciliar su vida laboral y familiar en caso de tener que confinar a algún hijo o hija”. A su vez, han alertado de la falta de certezas sobre si los sectores económicos “que más están sufriendo” las consecuencias de la pandemia van a recibir suficiente apoyo público. Eh Bildu y Elkarrekin Podemos-IU consideran que “habilitar el Parlamento permitiría analizar, debatir y llegar a acuerdos sobre todas esas cuestiones”.