Los sindicatos sanitarios convocan dos huelgas en Osakidetza

La situación del personal de Osakidetza es “insostenible”. Así lo han denunciado este lunes los sindicatos que, ante el hecho de que “no haya habido ningún tipo de mejora” en el Servicio Vasco de Salud desde que la plantilla saliera a la calle el pasado 23 de enero en una multitudinaria manifestación para exigir “una sanidad pública de calidad”, han convocado dos nuevas huelgas en Euskadi en febrero: el día 25 en la atención primaria y el 28 en toda Osakidetza.

Los paros han sido convocados por los sindicatos Satse, ELA, LAB, UGT y CCOO, quienes también han anunciado en una rueda de prensa en Bilbao una manifestación el próximo sábado 26 de febrero en las tres capitales vascas. Además, han informado de que no participarán en la Mesa Sectorial de Sanidad -en la que sindicatos se reúnen con Osakidetza para negociar las condiciones laborales de la plantilla- hasta que “cambie de actitud, atienda las reivindicaciones del personal y plantee una negociación real y con contenido”. Entre las principales carencias que han enumerado está la falta de personal, la temporalidad que sufren 24.600 trabajadores y las grandes cargas de trabajo que tiene la plantilla.

Las representantes de los sindicatos ELA y Satse, Esther Saavedra y Amaia Mayor, respectivamente, han criticado que el Departamento de Salud “no solo no ha planteado ni una sola solución a los graves problemas de Osakidetza, sino que ha puesto en marcha nuevos recortes como el cierre de las urgencias del Hospital de Santiago de Gasteiz”. “Denunciamos el inmovilismo de Osakidetza, no ha habido ningún contacto con nosotros por su parte. La falta de profesionales se enarbola como una excusa para justificar una situación a la que hay que hacer frente. No se plantea ninguna solución, ni ninguna medida ni transitoria ni permanente para intentar paliar o hacer frente a esa eventual escasez y tenemos una plantilla que tiene una media de edad de 50 años, este problema que existe hoy va a ser más grave porque todos los días se jubila gente que no encuentra relevo. O se adopta algún tipo de solución o vamos a peor”, ha denunciado Saavedra.

A raíz de lo que han calificado como “maltrato sistemático” al que Osakidetza somete a su plantilla, según han detallado, existe una huida de profesionales desde la Atención Primaria a la Atención Especializada, a la sanidad privada e incluso al extranjero. “La Organización Médica Colegial en el año 2019, antes de la pandemia, hizo público que despidió 4.100 certificados de idoneidad para trabajar en el extranjero. Eso supuso un incremento del 18,7% respecto al año anterior y la especialidad con mayor demanda es la Atención Primaria. (...) Refleja muy bien qué es lo que pasa y qué salidas buscan los profesionales. Cuando se nos dice que estamos ante problemas coyunturales, -que no nos cansamos de decir que evidentemente son estructurales- y luego se pone la excusa de que hay falta de médicos de familia, nosotras insistimos detrás de eso hay una falta de planificación del relevo generacional y, encima, los que están se nos marchan porque los maltratamos. Si se marchan es porque las condiciones laborales no son atractivas ni son buenas”, ha señalado la representante de ELA.

La necesidad de crear 5.000 puestos más

Preguntadas por cuántas plazas necesita la plantilla de Osakidetza para que sus condiciones laborales mejoren, han calculado la necesidad de crear 5.000 plazas nuevas, 1.000 de ellas aproximadamente para la Atención Primaria. “Hay miles de trabajadores con contratos temporales, pero haciendo funciones estructurales. La plantilla es escasa, hacen falta efectivos para que las cargas de trabajo disminuyan y las condiciones laborales sean dignas, el trabajo asumible y la asistencia sanitaria de calidad”, han indicado.

“El temporal en Osakidetza es un trabajador precario porque no tiene una estabilidad dentro de esa temporalidad. Encadena un contrato tras otro, trabaja en un servicio tras otro, porque se pasa años y años haciendo una OPE tras otra sabiendo que viendo la oferta de empleo y el número de plazas no tiene ninguna opción de ocupar esa plaza, pero se tiene que presentar para quedar en listas y además, luego, lo que pasa es que después de pasar 15 años con contratos temporales con lo que ello conlleva para la conciliación, muchas veces la plantilla se encuentra con que la plaza que tiene para ocupar está muy lejos de su casa y es otra vez empezar de cero. Sus condiciones laborales son muy precarias. Si no sabes dónde vas a trabajar mañana o pasado y tus cargas de trabajo son tan grandes, lo normal es que intentes buscar otros horizontes donde poder vivir de una manera más racional”, han señalado.

Acuerdos no respetados

Otra de las cuestiones que han criticado los sindicatos vascos es que Osakidetza “incumple de manera unilateral los acuerdos alcanzados con ellos despreciando así el diálogo con los agentes sociales y profundizando en el carácter antidemocrático cada vez más asfixiante de los gestores de la sanidad pública vasca”. Entre los ejemplos de los acuerdos incumplidos han señalado “el recorte aplicado en el Desarrollo Profesional”. “La Carrera Profesional es una cuestión que va dentro del acuerdo regulador de Osakidetza, debe de haber una convocatoria anual para que el personal fijo y no fijo pueda solicitar el nivel que le corresponde. Este derecho fue suspendido de manera unilateral en el año 2012. Hicimos movilizaciones y también solicitamos judicialmente que cumpliese el acuerdo y diera el derecho a la plantilla a la carrera profesional. (...) A partir del 31 de enero se debería haber abierto un plazo de solicitud, pero la plantilla sigue esperando”, ha explicado Mayor.

Por ello, con las huelgas lo que exigen a Osakidetza es que aumente el presupuesto para el ejercicio 2023, hasta llegar a la media de la Unión Europea -7% del PIB- destinando un 25% del mismo a la Atención Primaria; que crea más puestos de trabajo que permitan “racionalizar las cargas de trabajo y dar una atención de calidad a la ciudadanía”; que acabe con la temporalidad que sufren más de 24.600 trabajadores hasta rebajarla al 8%, consolidando así a las plantillas; que revierta todos los recortes aplicados en los PAC con su apertura y la restauración de sus horarios; que de “cobertura inmediata y total” desde el primer día a las bajas, jubilaciones y vacantes; que evalúe los riesgos psicosociales de las cargas de trabajo y los efectos de la pandemia en la salud de los trabajadores; que facilite la conciliación laboral y familiar; que resuelva los conflictos pendientes sobre turnicidad y que adopte medidas que faciliten la jubilación anticipada de la plantilla.