Los trabajadores de Tuvisa, los autobuses urbanos de Vitoria, han decidido en asamblea modificar el calendario de movilizaciones para aumentar la presión al Ayuntamiento y empezarán la huelga indefinida el próximo 10 de febrero, en Carnavales, si antes no hay un acuerdo. Los trabajadores han votado desconvocar todos los paros parciales de mañana que estaban previstos durante los meses de enero y febrero y adelantar al próximo mes la huelga indefinida anunciada para marzo. Este nuevo calendario ha sido respaldado por el 90% de la plantilla que ha asistido a la asamblea: 223 han votado que sí, frente a 20 que han votado que no. Cinco trabajadores lo han hecho en blanco y ha habido un voto nulo.
La decisión supone un respiro para los usuarios del transporte público de Vitoria, ya que en lo que queda de enero los paros se repetirían los lunes, miércoles y viernes entre las 5.00 y las 9.00 de la mañana y desde el 5 de febrero los paros pasarían a ser todos los días laborables en esa franja horaria. También posibilitará abordar la negociación sin estar realizando huelgas lo que puede colaborar a rebajar la tensión de la mesa de negociación, pero, de no conseguirse un acuerdo, la situación será muy complicada en la capital alavesa, con todos los autobuses parados -salvo servicios mínimos- incluido el BEI. Con la unanimidad de los sindicatos respaldando la huelga, hasta la fecha de comienzo de la misma se seguirán llevando a cabo movilizaciones “casi todos los días”, pero no paros, para que quede “patente la voluntad de la plantilla de intentar conseguir un acuerdo”. “Para eso hemos desconvocado los paros, pero también como sigamos así y no lleguemos a un acuerdo a partir del 10 de febrero, sintiéndolo mucho, habrá huelga indefinida”, han indicado desde el comité.
El acuerdo no parece fácil porque el presidente de Tuvisa, Iñaki Gurtubai, concejal de Seguridad y Tráfico y teniente de alcaldesa, ya ha cerrado la puerta a negociar algunas reivindicaciones de los sindicatos, como por ejemplo las que tienen que ver con los servicios de grúa, parking y garaje en el servicio nocturno, ya que sería “una irresponsabilidad para el erario público”, ha dicho, y también descarta variar el registro de jornada actual, ya que “no hay empresa en la que la jornada la decida el trabajador”. Tampoco acepta la reivindicación de “poner más autobuses en cada línea”. Sí anunció en su día que podrían cerrarse acuerdos torno a publicar en el BOTHA todos los acuerdos alcanzados con la parte social, así como establecer un calendario de negociación del convenio laboral.
Los trabajadores quieren que se recuperen los autobuses suprimidos en varias líneas porque “supone la pérdida de puestos de trabajo. La plantilla también quiere que se contabilice como jornada de trabajo el tiempo de ”toma y deje“ del autobús, ya que ahora sólo se contabiliza desde que sale de la terminal. También exigen revertir las privatizaciones de los aparcamientos y grúas de noche y revisar la situación de los trabajadores de mantenimiento, que a medida en la que entran autobuses nuevos dejan de realizar las tareas mientras están en garantía. Exigen también la publicación en el BOTHA de los acuerdos adoptados hasta ahora con Tuvisa, pero la empresa sólo accede a publicar los que se suscriban de ahora en adelante.
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