Sólo ha necesitado el lehendakari, Iñigo Urkullu, media hora en la sesión de control al Gobierno que celebra este viernes el Parlamento Vasco para recalcar que entiende que Osakidetza es el mejor servicio de salud de toda España e, instantes después, que también tiene la mejor Educación pública. No son argumentos nuevos en el Gobierno vasco pero ahora adquieren más relevancia ante las críticas de la oposición, de los sindicatos o de otros agentes sociales.
En el caso de Osakidetza, ha hecho la consideración apoyándose en un informe externo e independiente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP) y como respuesta a las acusaciones de “declive” lanzadas por la jefa de la oposición y portavoz de EH Bildu, Maddalen Iriarte, que ha recordado que la preocupación por el estado de la Sanidad pública es ya el segundo problema social en Euskadi. De hecho, se ha quintuplicado esta inquietud desde 2019, según los datos del último Sociómetro.
El lehendakari, además, ha ofrecido datos comparativos precisamente de 2019 hasta la actualidad para garantizar que el presupuesto sanitario total ha subido en 838 millones desde entonces, “384 euros más por habitante” al año. Ha apuntado que hay un 16% más de consultas y un 4% más de atenciones en Urgencias. “Estamos por encima de 2019 en operaciones programadas”, ha asegurado también. Y ha retado a Iriarte: “Le acepto que los compare con cualquier año. El resultado sería el mismo”.
Urkullu, eso sí, ha admitido “dificultades”. Ha afirmado también que no teme a la autocrítica. Como problema ha mostrado su preocupación por la escasez de médicos, por ejemplo. O por el hecho de que la demanda crece en una sociedad cada vez más envejecida. Pero ha pedido huir de la “realidad oscura y catastrofista”, de la “hipérbole” permanente. “¿Ustedes a qué ambulatorio llaman para decirnos que la espera media es de un día?”, ha preguntado en voz alta Iriarte, quien ha apuntado que los propios profesionales avisan de retrasos de siete o diez días en los ambulatorios. “Osakidetza necesita inversiones” y “contratación”, ha insistido la portavoz de EH Bildu, quien ha hecho del control de la Sanidad pública una de sus banderas en los últimos meses. Su portavoz en la comisión de Salud, Rebeka Ubera, es quien más informes solicita para hacer seguimiento de listas de espera, externalización, autoconcertación y otros indicadores. Osakidetza camina “hacia atrás”, interpreta Iriarte a la luz de todos estos documentos.
“Se garantizan plazas públicas”
Elkarrekin Podemos-IU, de su lado, ha llevado al pleno de la Cámara la situación de la Educación pública, también el eje principal de su actuación política. Miren Gorrotxategi ha exhibido su preocupación por los recientes ajustes en la normativa de admisión y matriculación al entender que no desactivan la dualidad en el modelo vasco, con casi el 50% del alumnado en centros de titularidad privada. Ha cuestionado, por ejemplo, que se esté extendiendo el uso del “Servicio Vasco de Educación” como concepto que agrupa en igualdad de derechos y obligaciones a todos los colegios que reciban fondos públicos, sean propios o privados concertados.
Urkullu ha respondido que “se garantizará la existencia de plazas públicas” para atender toda la demanda que exista. Ha defendido que se ha creado un nuevo “mapa” escolar más “flexible” que hace que haya un centro público siempre en cada distrito, algo que hasta ahora no se producía. Sin embargo, ha vuelto al mismo argumento que con la Sanidad pública. Y ha afirmado igualmente que Euskadi también tiene el mejor sistema público educativo, con “casi 10.000 euros por alumno”.
En cuanto a los cambios, ha enfatizado que ya se está aplicando un sistema de reparto “equilibrado” del alumnado vulnerable en las dos redes para reducir la segregación, término que no ha utilizado. Para ello se está empleando un cuestionario con preguntas como si la familia tiene Netflix o un número determinado de clásicos de la literatura. Ante las quejas de Elkarrekin Podemos-IU, que en 2022 pactó con el Gobierno y también con EH Bildu unas bases para la reforma educativa en Euskadi, Urkullu ha dicho estar “cumpliendo los 43 puntos” de aquel pacto y ha afirmado que “la nueva ley permitirá consolidar esta primera batería de medidas”. El texto está prometido ahora para finales de marzo, aunque también lo fue para octubre y diciembre de 2022.
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