Urkullu quiere un cierre de la actividad en Nochebuena y Nochevieja como mucho a las 23.30 y medidas hasta enero

El lehendakari, Iñigo Urkullu, planteará en la conferencia de presidentes de este miércoles y para toda España dos paquetes de medidas “comunes” con las que combatir la nueva ola de contagios de COVID-19, que tiene uno de sus epicentros en Euskadi con un récord de 3.588 positivos en las últimas 24 horas y una incidencia que ya supera los 1.300 casos por cada 100.000 habitantes en 14 días. Unas serían para las fechas clave de Navidad y otras hasta finales de enero y se plantea que se impongan a las comunidades autónomas en situación de “riesgo muy alto”, esto, con una tasa por encima de 500 que en el caso vasco se supera sobradamente.

En un documento firmado por la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, en el que se admite que la atención primaria está tensionada y que los hospitales han activado planes de contingencia, así como que ya se ha constatado la llegada de la variante ómicron del Sars-Cov-2, Euskadi insiste en las mascarillas obligatorias en la calle en todo momento -también cuando haya distancias-, quiere un cierre comercial, cultural y de la hostelería a la 1.00 de la madrugada “hasta final de enero”, un 60% de aforos (50% en el caso de eventos con más de 5.000 butacas de aforo, como los estadios deportivos, sin diferenciar sin son interiores y exteriores), prohibir el consumo de pie o en barra en los locales de hostelería y limitar a diez los comensales o los grupos deportivos en interiores. ¿Por qué ese margen tan largo? “Las estrategias de vacunación no se verán completadas hasta después de la Navidad”, afirma.

Para Nochebuena y Nochevieja, Urkullu desea que los locales cierren a las 21.00 horas (los restaurantes hasta las 23.30 horas), un veto a los cotillones (menciona una regulación específica para hoteles“ y otros establecimientos que puedan organizarlos) y una recomendación de que no haya más de 10 personas en las mesas de los hogares, ”reuniendo a un máximo de dos unidades familiares“. Este último punto se hace extensivo a los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes Magos.

Euskadi entró en emergencia sanitaria el 2 de diciembre, antes del puente de la Constitución. Sin embargo, más allá del pasaporte COVID, no se han adoptado desde entonces ninguna de las medidas ahora planteadas. Salvo las mascarillas o quizás la regulación general de los partidos de fútbol o baloncesto, el resto de cuestiones de aforos y horarios podrían sacarse adelante en aplicación de la normativa autonómica. Y es que el plan orilla medidas restrictivas de libertades que defendió en otras fases como los cierres perimetrales o el toque de queda. En un carta dirigida a Sánchez y que fue la que motivó la conferencia de presidentes, ya sugería que era preciso un marco conjunto en España porque quien adoptara restricciones sociales se exponía a una “reacción” social.