La enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) está afectando de manera grave a la especie cinegética cervuna, y por datos aproximados obtenidos por Asaja Extremadura sólo en nuestra región habría causado ya la muerte a más de 2.500 ciervos, lo que suponen unas pérdidas en torno a los 4 millones de euros mientras que en el sector vacuno irían unas 450 cabezas, con unas pérdidas unos 700.000 euros.
Así lo ha asegurado Ángel García Blanco, presidente de la organización agraria, en una rueda de prensa ofrecida esta mañana en Cáceres.
El principal problema, añade, es el desconocimiento que está generando una alarma innecesaria no sólo en el sector, sino en toda la población, cuando hay que aclarar que está producida por un virus, que se transmite por los mosquitos, que afecta a rumiantes tanto domésticos como salvajes, “pero no a humanos”.
En el sector de vacuno es más fácil controlar y la incidencia de mortalidad es menor dado que los ganaderos actúan de un modo rápido y con tratamientos consiguen reducir la mortalidad. Sin embargo, apunta García Blanco, se ha difundido un falso bulo, el de la inmovilización de las explotaciones si se declara algún positivo “cuando es todo lo contrario, e incluso es conveniente y además es obligatorio la declaración”.
“Estamos trabajando para intentar conseguir indemnizaciones para los animales que pudieran morirse en explotaciones afectadas”, pero “como siempre nos encontramos con la paralización por parte de la administración”.
El Gobierno de España “es el responsable de todo esto y no ha movido un solo dedo. Es urgente una reunión de coordinación con las comunidades autónomas para el establecimiento de medidas y no solo la prohibición de movimientos a países fuera de España, sino que hay que establecer compensaciones a gestores cinegéticos y a ganaderos afectados”.
A la Junta de Extremadura, Asaja solo le pide que inste al ministerio a reunirse “y que de un modo coordinado se adopten medidas de la forma más urgente posible”.