El precio del tabaco en Extremadura, donde se produce el 98,4 por ciento del tabaco nacional, es 60 céntimos por kilo más bajo que en Italia, lo que puede ocasionar que en uno o dos años desaparezca el cultivo en España.
Así se han quejado el secretario general de UPA-UCE Extremadura, Ignacio Huertas, y el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco, quienes han pedido que tanto el Gobierno central como el autonómico “den un paso al frente” y pidan equiparar los precios de las multinacionales.
El próximo 15 de abril termina el plazo para cerrar los contratos de venta con la industria, pero “tras demostrar la voluntad de seguir negociando” han acordado con Cetarsa, que compra casi la totalidad el tabaco extremeño, que los contratos puedan ser revisados a mediados de junio para actualizar los precios.
Con esta compañía, según Huertas, han conseguido que “aumente el precio entre 25 y 30 céntimos el kilo” y, aunque lo agradecen y valoran el esfuerzo, “es aun insuficiente para igualar el precio que pagan las distribuidoras en Italia”.
El cultivo de tabaco en la región supone el 2,2 por ciento de empleo en la provincia de Cáceres, más de 1.600 puestos de trabajo, según ha manifestado García Blanco, que ha lamentado que este año la producción vaya a bajar “en 4 millones de kilos, lo que supone un 15 por ciento menos con respecto al año pasado”.
Para García Blanco, el aumento del precio del 10 por ciento es “insuficiente”, ya que para que sea rentable y los agricultores extremeños no vendan a pérdidas serían necesarios “15 millones de euros”, ha estimado.
El aumento de los precios en la electricidad, el gasóleo y en los insumos agravan la situación, y que los agricultores solo perciben “un 7,5 por ciento de los más de 12.000 millones de euros que se facturan al año” en España.
En este sentido, ha precisado que un 77 por ciento son impuestos, ya que “9.000 millones van al impuesto especial y 2.000 millones al IVA”.
García Blanco lamenta que durante los últimos años el sector ha pasado un “auténtico calvario por culpa de la reforma de la PAC”, y solo ha sido apoyado por las mancomunidades, los pueblos, las movilizaciones de los agricultores y la ayuda “de las organizaciones de Asaja y UPA-UCE” al mantenimiento de la región tabaquera.