Después de un tiempo intentando ir a verla, fue la tarde del atentado contra 'Charlie Hebdo' cuando me senté en el cine para asistir a la proyección de la película francesa 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?'. Se trata de una comedieta sin grandes pretensiones -y puede que sin excesivo presupuesto- dirigida por Philippe de Chauveron sobre los apuros de un burgués matrimonio francés (él es un notario que se declara gaullista) para aceptar los matrimonios interraciales de sus hijas. Como tienen cuatro, el guión da para hacer chistes en relación a todos los tópicos mundiales que se manejan sobre los principales grupos étnicos de la tierra.
Creo que tengo que remontarme a la exhibición en las salas pacenses de la exitosa 'Intocable', que protagonizaron François Cluzet y Omar Sy, para hablar de otra película francesa que se haya proyectado en Badajoz en salas comerciales. Lo cierto es que por aquí no vemos demasiado cine del país vecino, salvo que se trate de un éxito de taquilla como al parecer ha ocurrido con este film. Vistas las dos películas en conjunto, es de admirar el empeño del cine galo en afrontar el tratamiento en la gran pantalla de temas sociales espinosos como la discapacidad o el fenómeno de la inmigración sin que la clave de humor en que ambas se desarrollan eluda rozar en ocasiones lo políticamente incorrecto.
En 'Dios mio, ¿pero qué te hemos hecho?' hay chistes repetitivos y debilidades del guión pero en aquella tarde de cine, aún impresionada por la noticia de las muertes de las víctimas inocentes de 'Charlie Hebdo', incluso los gags más flojos de la cinta sonaban a gloria bendita y se alzaban como un desafío racional al mortal sonido del fusil de uno de los terroristas parisinos siendo descargado sobre el indefenso policía Ahmed Merabat.
Por hacer una comparación que resulte entendible, me imagino que 'Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?' ha debido significar en Francia un fenómeno parecido al que se dio aquí en España con 'Ocho apellidos vascos', cuando nuestro país descubrió con sorpresa y algo de alivio que el humor puede ayudar a recorrer el camino que se le abre a una sociedad cuando el terrorismo retrocede. Y en eso estábamos cuando tronaron los kalashnikov por las calles de París.
“Es el humor o la muerte” dijo premonitoriamente StéphaneCharbonnier, el asesinado director de 'Charlie Hebdo', en una ocasión en que fue entrevistado por el diario El Mundo. Ahora que la violencia que desbordó París durante 48 horas nos ha borrado la sonrisa del rostro, la interrogante que da título al filme francés -una simple frase hecha, al fin y al cabo- resulta pertinente hasta como ejercicio racional frente a los que sólo barajan la violencia como camino.
Ya nunca sabremos lo divertida que resultaba esta película antes de la matanza de 'Charlie Hebdo', pero el film sigue proyectándose en la capital pacense.