La escena de guerreros grabada en una tablilla de pizarra y hallada en el yacimiento tartésico del Turuñuelo (Guareña, Badajoz) es un tesoro por la cantidad de información que puede ofrecer a los investigadores acerca de esa civilización. Así lo aseguraron los responsables de la excavación el pasado jueves cuando presentaron los resultados de la sexta campaña arqueológica y así lo demuestra el último descubrimiento dado a conocer.
Además de su artesanía, comercio, influencia política y económica, y vestimenta, los arqueólogos están estudiando una serie de signos inscritos que, según las primeras interpretaciones, se trataría de un abecedario de una escritura paleohispánica meridional.
En este estudio está colaborando Joan Ferrer i Jané, un investigador adscrito al grupo LITTERA de la Universidad de Barcelona y experto en este tipo de escrituras, que ha identificado lo que parece ser una secuencia de 21 signos trazados en el marco de la tablilla en la que también se hallaron figuras de guerreros.
Ferrer i Jané conoció por los medios de comunicación el descubrimiento de la placa: “Más allá de las figuras, cuando observé la placa vi que en uno de los laterales parecía haber un signo paleohispánico, un signo que no se puede confundir con ningún otro. También se apreciaban otros trazos compatibles con signos de una secuencia conocida”, ha explicado. El investigador se puso en contacto con el equipo del Instituto de Arqueología de Mérida, responsable de estas excavaciones arqueológicas, y les pidió fotografías macro parciales de la zona para poder corroborar sus sospechas. “Todo apunta a que se trata de un abecedario de escritura meridional con la secuencia inicial ABeKaTuIKeLBaNS?ÅTaUE, que es casi la misma documentada en el abecedario de Espanca, excepto por el decimoprimer signo, que presenta una forma especial”, ha indicado Ferrer i Jané.
El abecedario es una inscripción muy conservadora, según el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). De hecho, en la actualidad se mantiene en los abecedarios la secuencia inicial ABCD, que procede del fenicio. El encontrado en Guareña empieza con la secuencia ABeKaTu, que sería su equivalente, y contaría con 21 signos escritos en el sentido de izquierda a derecha siguiendo el borde exterior de la placa. “Se habrían perdido al menos 6 signos en la zona partida de la pieza, pero si fuera completamente simétrico y los signos ocuparan completamente tres de los cuatro laterales de la placa podría llegar a los 32 signos, con lo que los signos perdidos podrían llegar a ser once o quizás más si un posible signo, ”Tu“, aislado en el cuarto lateral, formara parte del abecedario”, ha explicado Ferrer i Jané, que ha añadido que es una “pena” que se haya perdido la parte final del abecedario ya que “es ahí donde suelen estar las diferencias más acusadas”.
Tres abecedarios
Las escrituras paleohispánicas se dividen en dos familias: la familia nororiental y la familia meridional. La frontera entre una y otra estaría, aproximadamente, al sur de Valencia. Todas ellas derivan de la escritura fenicia, de la que se hizo una primera adaptación a lo que se llama un signario paleohispánico original y luego se produjeron dos adaptaciones diferentes, una en el norte y otra en el sur. Esta última es la que dio lugar a la familia de las escrituras meridionales, a la que correspondería este abecedario.
Hasta el momento, solo hay constancia de la existencia de dos abecedarios más de escrituras meridionales. Según las primeras investigaciones, el abecedario del Turuñuelo repite, como mínimo, los 10 primeros signos del abecedario del yacimiento de Espanca, en Castro Verde (Portugal). “Este abecedario tiene 27 signos y es el único completo que conocíamos hasta la fecha. Se encontró otro en la excavación de Villasviejas del Tamuja (Cáceres) pero está muy fragmentado, solo tiene algunos signos centrales. Con lo cual el de Guareña sería el tercero y aportaría mucha información”, ha apuntado Ferrer i Jané.
La colaboración entre los investigadores ayudará a determinar si el abecedario de Casas del Turuñuelo se puede clasificar con alguna de las escrituras ya conocidas o si debe considerarse una escritura meridional independiente. En todo caso, el especialista en escritura paleohispánica ha confirmado que en el yacimiento tartésico extremeño “se ocultan aun muchas más inscripciones que esperamos que salgan a la luz en futuras campañas”.