Opinión

19 octubre: Plasencia y el Tren Ruta de la Plata

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Plasencia debe ser el kilómetro cero para la recuperación del tren Ruta de la Plata. Tan solo nos separan de Salamanca ciento veinte kilómetros, con un coste que tendría un inmediato retorno en empleo y un impacto directo en todo el eje norte-sur de España, conformando el corredor del oeste y siendo una parte vital del corredor atlántico, dando respuestas reales a la España vaciada.  

El 19 de octubre se realiza en Plasencia un encuentro de la sociedad civil, organizado por Manifiesto X Plasencia y el Corredor del Oeste que agrupa a múltiples plataformas en defensa del ferrocarril y con la colaboración de la Cámara de Comercio. En el acto, contaremos con la participación de organizaciones políticas, sindicales y de los empresarios más representativas de Extremadura que deberán marcar estrategias lejos de declaraciones retóricas y culpabilizaciones estériles. 

Mientras que el Corredor del Mediterráneo acumula inversiones que superan los siete mil millones de euros, Extremadura debe forjar una estrategia colectiva para que la línea Plasencia-Salamanca sea una realidad antes del 2040. Y ello no se hace con estrategias partidistas; se forja con unidad de las fuerzas políticas, con la activación esencial del empresariado extremeño y con una corriente de opinión social a la que no se la pueda dormir con informes técnicos porque la mejor manera de luchar contra la España vaciada son las infraestructuras que son sostenibles; que facilitan la conectividad y generan sinergias de empleo en el comercio, construcción, logística y mantenimiento. Estamos hablando de una “Ruta de la Plata” para mejorar la cohesión dentro de Extremadura, articulando territorios en el oeste peninsular y saliendo de la periferia de Europa.  

Durante más de cinco años, en la Presidencia de Guillermo F. Vara, se propició con generosidad un “Pacto por el Ferrocarril”, que concentró los esfuerzos ferroviarios del PSOE, PP, UP y Cs, junto con CCOO-UGT y la CREEx. Se pueden realizar análisis de todo tipo pero es incuestionable que durante este tiempo, Extremadura ha conseguido las mayores inversiones en la mejora del tren; eso sí concentradas en su mayoría en la electrificación definitiva de Plasencia-Badajoz para la alta velocidad, aunque hoy en día por la estación de Plasencia no pare ningún Alvia y esté sin resolver una estación para el Norte de Extremadura de alta velocidad en Retortillo; un proyecto aprobado desde hace más de doce años.  

Habría que diseñar un acuerdo en la Comunidad Autónoma, donde establezcamos una hoja de ruta para resolver el resto de prioridades ferroviarias. Justo aquellas que venían recogidas en el pacto y que no vieron la luz; más relacionadas con el tren convencional, figurando en esos objetivos la recuperación del Tren Ruta de la Plata, que definitivamente marcaría la coherencia de la comunicaciones ferroviarias entre las ciudades más importantes de nuestro territorio: Plasencia-Cáceres-Mérida-Almendralejo-Zafra y Llerena. Infraestructuras como la reclamada son el mejor antídoto para combatir agravios y discriminaciones fiscales respecto a otros territorios. 

Para el Norte de Extremadura, percibido desde una visión micro, es una inversión que ayudaría a resolver desequilibrios intraterritoriales que comienzan a ser estructurales. Según el grupo de investigadores de “Interra”, de la Universidad de Extremadura, “por debajo de esta mitad norte de la provincia de Cáceres,  se extiende una amplia zona central, hasta el sur de la región, que alberga las mayores oportunidades de empleo y desarrollo laboral, muy vinculado a las mejores infraestructuras viarias...”. Estos investigadores, a su vez, llaman la atención sobre “la aparente anomalía de Plasencia, una ciudad con casi 40000 habitantes en la A-66 y centro comarcal de la mayor parte de esta mitad septentrional, lo que es debido a su limitada accesibilidad”. ¡Estamos hablando de igualdad!

El informe de estos investigadores concluye, tomando referencias sobre datos de 2022, con una cuantificación sobre los niveles de oportunidad de empleo de la población extremeña; situando a un 75% del territorio extremeño con niveles medios-altos de accesibilidad al empleo muy vinculado a las autovías A-5 y A-66, con la excepción de la mitad norte cacereña. El otro 25% corresponde a ese Norte de Extremadura en un fondo de saco. Lo que en su momento entendimos como prioridad de recursos en la línea Mérida-Puertollano, no puede seguir siendo una limitación para la apuesta política decidida de la línea Plasencia-Salamanca. Es tiempo de aunar la conjunción copulativa y evitar las disyuntivas.  

Estos datos empíricos vienen a mostrar la denuncia que venimos realizando desde hace muchos años, sobre la incuestionable realidad de aislamiento en comunicaciones en esta parte de Extremadura que lastran su conectividad y desarrollo, independientemente de otras razones políticas que aquí no tocan.

Pero estaríamos equivocándonos si la recuperación de esta vía se hiciese por motivos estrictamente particulares. La trascendencia del Ruta de la Plata significa resolver la ecuación de un Madrid colapsado, formar parte del diseño reticular como alternativa a la irracionalidad radial en la que seguimos profundizando, conectividad en el eje norte-sur peninsular dando respuestas a los déficits poblacionales de toda la raya hispano portuguesa, paso intercontinental de mercancías entre África y Europa siendo un corredor esencial del Atlántico. 

Esta infraestructura vertebradora requiere de respuestas y voluntad política. La unidad en esta acción es un requisito básico y así la ley de la gravedad se terminará cumpliendo.  ¡Alcemos todas las voces!