La voz delata la tristeza de la directora del colegio público Juan XXIII de Mérida, que el lunes conoció la decisión de la Consejería de Educación de cerrar este centro educativo que se encuentra en uno de los barrios más populares de la capital extremeña. A partir del próximo curso, sus 39 alumnos y 7 profesores tendrán que elegir otros colegios de la ciudad.
“Estamos muy tristes por esta noticia, y no solo los profesores, sino toda la comunidad educativa y todos los que han pasado por el Juan XXIII”, afirma la directora, Cecilia Chamorro, que subraya que se pone fin a 17 años de lucha “por intentar mantener a flote el colegio” de un barrio en la periferia norte de Mérida.
El secretario general de Educación, Francisco Javier Amaya, ha explicado que el motivo del cierre es precisamente la falta de alumnos. El colegio, que era de dos líneas, está al 8,7 por ciento de su capacidad. Además, cinco de los seis alumnos que están cursando actualmente 6º de Primaria, han repetido en alguno de los cursos anteriores y la tasa de absentismo en algunos grupos alcanza el 37 por ciento.
La Junta de Extremadura entiende que con la actual situación “no se garantiza la igualdad de oportunidades” de sus estudiantes porque son “especialmente vulnerables”, por lo que, desde su punto de vista, se trata de “reorganizar los espacios educativos” para garantizar la “integración y la inclusión”.
Chamorro, sin embargo, destaca la diversidad del alumnado y lamenta los prejuicios que arrastra el colegio y las familias que viven en el barrio. Además, afirma que la comunidad educativa abandona San Juan con la “conciencia muy tranquila”, aunque no se haya podido evitar el cierre pero “hemos trabajado todos mucho desde hace años”.
La directora del colegio también reclama que ahora la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento de Mérida “pongan en marcha todas las medidas que sean necesarias para evitar que el barrio sufra las consecuencias de esta decisión”.
En este sentido, el Consistorio ya ha pedido a la Consejería que se mantenga el uso educativo del edificio, una opción que la Junta está ya estudiando aunque no existe ningún proyecto.
“Se protegen los colegios concertados”
Sin embargo, desde el Sindicato del Profesorado Extremeño (PIDE) se han apresurado a denunciar que el Gobierno autonómico “traiciona su propia ideología” y apuesta por clausurar un colegio público “sin tocar los centros privado-concertados de la ciudad”. En Mérida hay 13 colegios públicos y siete concertados. De hecho, el colegio católico Nuestra Señora de Guadalupe-Josefinas de Mérida se encuentra muy próximo al centro público, por lo que PIDE considera que es “una medida innecesaria encaminada a proteger los conciertos educativos, porque bien sabe la Consejería que la red de centros públicos de Mérida puede asumir las necesidades de escolarización”.
El sindicato PIDE, que exige la extinción de todos los conciertos educativos, ha recordado tras conocer la noticia que la Junta cerró en 2020 el centro público El Cristo de Villanueva de la Serena, “en vez que quitar el concierto al colegio San José”, también fusionó los dos institutos de Llerena “para proteger el centro concertado de esa localidad y clausuró el CEIP de Montemolín manteniendo el colegio concertado”.
Por ello, recuerda a la Junta de Extremadura que la educación concertada “solo tiene justificación en los casos en los que la educación pública no pudiera asumir la demanda de escolarización”.
Ante esta situación, PIDE ha pedido con carácter de urgencia la convocatoria de la Comisión Regional para la actualización de la Red de Centros de Extremadura para revisar las necesidades de los centros públicos y, consecuentemente, extinguir los conciertos innecesarios. Además, estudian la posibilidad de acudir a los tribunales para salvaguardar la integridad de los centros públicos de la región.