España puede aplicar desde marzo las mayores restricciones a Portugal en los caudales del Guadiana

JLA

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Las cuencas hidrográficas del sur de España como las del Guadiana y Guadalquivir están con la soga al cuello, Gobierno central y comunidades autónomas preparan la aplicación de restricciones severas a los riegos agrarios por ejemplo en Extremadura, y la situación tanto de reservas en los pantanos como de escasez drástica de lluvias este año, hace que se puedan empezar a recortar los caudales que hay concertados de entrega a Portugal.

A partir del 1 de marzo según el último acuerdo de caudales de 2008 acogido al convenio de Albufeira que regula la gestión conjunta y respetuosa entre ambos países de las aguas superficiales, España puede empezar a aplicar la situación de “Excepción” a las entregas de agua por el Guadiana en el azud de Badajoz, ya que es la fecha de revisión recogida en los acuerdos y se dan las condiciones contempladas en el mismo.

Esto puede hacer que las presas del Guadiana, exhaustas, estén menos comprometidas en la cesión de agua al vecino país.

Según los acuerdos, la entrega de volumen en un año normal de lluvias o solo un poco seco, y en el que las presas extremeñas guarden más de 4.000 hectómetros cúbicos, consiste en dejar correr por el azud de Badajoz 600 hectómetros cúbicos, reducibles a 400 si es seco porque llueve menos de un 65% de la media histórica.

La siguiente escala, aplicable ya a partir de la primavera pasada de 2021, es cuando las presas del sistema Guadiana español están entre 4.000 y 3.150 hectómetros, que es la situación que se dio en marzo pasado ya que los embalses conservaban 3.875 hectómetros, y ya el caudal comprometido con Portugal bajó a 300 hectómetros.

Pero la situación ha seguido empeorando desde entonces; se realizó la campaña de riegos agrarios en Extremadura en la primavera-verano pasados, y el nuevo año hidrológico que empezó el 1 de octubre está resultando extraordinariamente seco con precipitaciones claramente por debajo del 65% de la media histórica.

Los embalses del Guadiana han pasado así al siguiente escalón contemplado en el acuerdo de caudales acogido al convenio marco internacional de Albufeira, el que los prevé con unas reservas de entre 2.650 y 3.150 hectómetros cúbicos, ya que en estos momentos tienen 2.830 y se encuentran a un 30% de su capacidad máxima, y a un 50,6% de la media de los últimos diez años.

Guadiana extremeño frente a Alqueva

En este escalón actual el compromiso es entregar a Portugal, y va a Alqueva como gran embalse regulador, 400 hectómetros si las lluvias superan el 65% de la media, que no es el caso, por lo que se entra ya en el último apartado previsto para situaciones de crisis hídrica, que es el de “Excepción”, que se puede declarar oficialmente a partir del 1 de marzo que es la fecha de revisión anual prevista, y que requiere ya que ambos países, a la vista de la situación, acuerden y negocien los caudales mínimos a entregar y recibir.

La situación a ambos lados, en las presas extremeñas del Guadiana o en el sistema Alqueva, es radicalmente distinta, pues mientras aquí están al 30% de su capacidad, el sistema luso de embalses dependientes del mismo río se encuentra al 76,7% y guarda 3.529 hectómetros cúbicos; una de las explicaciones son las menores necesidades de riego en territorio portugués, estimadas en 350 hectómetros cúbicos anuales si bien se verá ampliado con futuros regadíos.

Las dos estaciones de medición que controlan el cumplimiento de los acuerdos internacionales están en el azud de Badajoz (y secundariamente en el 'Charco de los Pollos') y en la localidad lusa de Pomarao junto, justo al otro lado de la frontera, el embalse del río Chanza en Huelva.

En cuanto a las lluvias, el otro factor que se maneja, oscilan en el Guadiana entre 98 y 218 litros/metro cuadrado en lo que va de año hidrológico, muy por debajo de los 500 que se pueden considerar normales a lo largo de todo el período, cuando apenas quedan tres meses útiles de precipitaciones.

En el Tajo

El sistema hídrico en la provincia de Cáceres es ligeramente distinto al de Badajoz; si en esta última el Guadiana es el 'río madre' para los grandes consumos humanos, agrarios e industriales, el Tajo no lo es tanto en Cáceres pues hay un subsistema de regadíos anteriores dependientes de afluentes como el Alagón o el Tiétar.

En el caso del gran río ibérico que desemboca por Lisboa, el acuerdo internacional de caudales prevé la entrega anual de 2.700 hectómetros cúblcos y declaración de 'Excepcionalidad', de consecuencias no detalladas, cuando las lluvias no llegan al 80%, 70% o 60% a fecha 1 de abril.

Las estaciones de medición están por parte española en la presa de Cedillo, mientras que Portugal tiene otra en puente de Muge al sur de Santarem pero que ya incorpora aguas propias internas lusas, 4.000 hectómetros al año.

Las presas del Tajo, cuya gran reserva está en Extremadura con pantanos como Alcántara, están ahora con 5.088 hectómetros al 46% de su capacidad máxima, y comparadas con hace un año al 85,4% (recordemos, en el Guadiana 50,6%).

Acuerdan vigilancia máxima

Debido a todas estas circunstancias, la comisión hispano-lusa para la aplicación del convenio de Albufeira se ha reunido este jueves pasado por videoconferencia y han establecido mecanismos de seguimiento al instante sobre la situación de presas, ríos y precipitaciones; el de caudales de ríos se reunirá mensualmente en vez de trimestral.

Ambas partes acordaron reforzar su cooperación para combatir la sequía que afecta a la Península, y se renovó el mandato del grupo de trabajo de Sequías e Inundaciones, que podrá empezar a operar y que busca promover un mejor intercambio de información, así como aplicar métodos comunes para calcular los índices de sequía y escasez.