El primer batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME) ha recibido la Medalla al Mérito de la Protección Civil por su intervención en la extinción de incendios en Extremadura.
La Delegación del Gobierno en Extremadura ha acogido en Badajoz el acto de entrega de estas medallas, en el que se ha destacado este lunes “la importancia de lo público y de la gestión solidaria frente a estos fenómenos adversos”.
“Cada año se comprueba cómo los incendios forestales son más virulentos y frecuentes, fenómenos meteorológicos adversos que provocan riesgos para los ciudadanos”, ha manifestado el delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana.
Una realidad en la que se atestigua que el bienestar ciudadano depende “de la gestión solidaria y comprometida de los recursos colectivos”.
En opinión de Quintana, la organización es imprescindible para avanzar en cualquier materia, pues “no es posible que la acción individual produzca valor sin el recurso de lo común y de lo público”, junto con otras premisas como el uso eficiente de la tecnología y el conocimiento.
El teniente coronel Alberto Modino ha agradecido, por su parte, el reconocimiento otorgado a la UME, cuyo teléfono “está permanentemente activo, ayer para ir a Alicante -en referencia al incendio forestal que sufre este territorio- o en la ayuda a la comunidad extremeña”.
También se han otorgado condecoraciones a la doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Granada con plaza de titulada superior en Planificación de Riesgos Tecnológicos en la Unidad de Protección Civil de la Delegación del Gobierno en Extremadura Encarnación Utrera, y al inspector de la Policía Nacional y responsable de la Unidad de Prevención y Reacción de Badajoz, Diego Alberto Casquero.
Este último intervino durante la cabalgata de reyes de la capital pacense para salvar la vida a un bebé gracias a las labores de auxilio que permitieron acabar con la obstrucción respiratoria que sufría la niña.
Asimismo han sido galardonados el jefe de la Brigada Provincial de Información de Cáceres José Antonio García Romo -a título póstumo-, y los policías locales de la capital cacereña Benedicto Cacho Morales -inspector jefe- y Juan Ignacio Blanco.