La falta de agua en el pantano de Alange al este de Mérida es el principal problema ambiental del proyecto de riego en Tierra de Barros que está pendiente de aprobación en Bruselas, por lo que la única solución es cebar esa presa con trasvase desde el Tajo, o desde el río Guadiana que pasa al lado.
Así se ha pronunciado el director general de Agricultura y Ganadería en la Junta de Extremadura, José Manuel Benítez, en unas declaraciones hechas en la feria Agroexpo en Don Benito.
El Gobierno regional PP-Vox, afirma, está deseando que la Comisión Europea de un informe favorable a la puesta en riego de 15.000 hectáreas en los Barros, pero por si el problema de la presa de Alange es insalvable -el pantano se encuentra solo al 12,17% de llenado y es la presa extremeña del Guadiana en peor situación- hay que buscar soluciones que ofrecer a Bruselas como un trasvase Tajo-Guadiana y abastecer con el mismo la presa, o cebarla directamente del Guadiana.
Un Guadiana que pese a su precaria situación, sigue mandando grandes caudales de agua a Portugal con los que ese país llena su presa de Alqueva, que por sí solo tiene el equivalente al 50% de todas las presa extremeñas del río.
Benítez asegura que la propuesta del trasvase, o toma directa del Guadiana para Alqueva, se la transmite a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, para que la autorice.
“Rezo todos los días para que el informe [de Europa] sea positivo”, pero en caso de ser negativo “difícilmente se podría arbitrar un nuevo proyecto, pues el condicionante fundamental es la escasez de agua”.
“Prefieren que se vierta a Portugal”
El volumen de la presa de Alange, que se alimenta del río Matachel, ha bajado “bastante” en los últimos tres o cuatro años, y por otro lado Benítez ha afeado que las imposiciones medioambientales “prefieren que se vierta agua al Tajo por la presa de Alcántara (Cáceres), que da directamente a Lisboa, y que se vierta agua que va a alimentar 180.000 hectáreas en Portugal”, mientras que en este caso “no nos permiten 15.000 hectáreas”.
“Agua hay, el problema es que está mal repartida”.
En su opinión se necesitaríam cambios en Bruselas y Madrid “con respecto a la prioridad de la supervivencia de personas y la fijación de población en el territorio rural por encima de dogmas medioambientales absurdos”.
“Si no hay alternativa, tendremos que decir a las 1.200 familias afectadas que les paguen 100.000 euros por hectárea como en Andalucía”, ya que “para evitar los riegos en Doñana que afectaban a muchas menos hectáreas que en Tierra de Barros ha llegado a pagar” esta cantidad “para que los agricultores abandonaran la explotación”.
Por otro lado ha denunciado la “destrucción” de unos expedientes y una documentación, que es delito“, y por ”mentir a los regantes firmando un convenio en noviembre de 2022 a sabiendas de que estaba pendiente un informe medioambiental“.