El pleno de junio de la Diputación de Cáceres ha dado luz verde este jueves a destinar 105.000 euros para llevar a cabo la tercera fase de exhumación de la Mina La Paloma, en Zarza la Mayor.
En mayo de este año, la Diputación de Cáceres y la empresa Aranzadi trabajaban ya en la segunda fase de los trabajos de intervención arqueológica para la exhumación de los cuerpos arrojados en 1936 a las profundidades de la mina La Paloma, de Zarza la Mayor (Cáceres), por el ejército de Franco.
Los trabajos que comenzaron en mayo de 2022, en su primera fase, no son fáciles por la dificultad del terreno y porque se trata de pozos de 30 y 40 metros de profundidad, con distintas galerías y corrientes de agua. Además, a pesar de ser la fosa de extremeños fusilados durante la Guerra Civil, también ha sido la tumba de animales silvestres e incluso hay quien lo ha usado como vertedero.
Es posible que el número de cuerpos que permanecen allí desde 1936 supere fácilmente la veintena. Y también es posible que no todas las personas a las que los franquistas quisieron borrar su rastro tirándolas a los pozos como si jamás hubieran existido sean de Zarza la Mayor. Según el catedrático de la Universidad de Extremadura, Julián Chaves, que lleva décadas estudiando la represión franquista en la provincia, por los testimonios recopilados también podrían haber sido fusilados y luego arrojados a la mina los vecinos de otras localidades de la comarca, e incluso de la zona de Sierra de Gata. “Sin lugar a dudas la mina La Paloma es un lugar de memoria, uno de los agujeros negros del franquismo en la provincia de Cáceres”, donde alrededor de 2.400 personas sufrieron la represión del bando ganador, según el catedrático de la UEx.