La conversación con Guillermo Fernández Vara continúa en este despacho, muy cerca de otra estancia donde al llegar el primer día junto a sus colaboradores a la sede de la Presidencia, descubrieron a 17 personas, buena parte eventuales, aislados por completo del resto de funcionarios de la casa y que componían el gabinete de Estudios y Análisis del ex presidente Monago.
“Subimos por esta escalera”, recuerda un miembro de su equipo, “llegamos arriba a la zona del presidente y no había nadie, solo mesas y sillas vacías, fue luego cuando descubrimos ese podríamos llamar búnker con las diecisiete personas”.
Una de las frases del nuevo presidente en su discurso de investidura que más llamó la atención fue “no volveré a poner la otra mejilla”.
-¿Qué quiere decir con eso?
-En la vida uno elige cómo quiere que los demás le traten. Ellos empezaron un proceso de acoso y derribo contra mí nada más llegar al gobierno, intentaron que no aguantara el primer año, luego que no aguantara el segundo, y usaron para ello todo lo que pudieron, medias verdades que son las mayores mentiras, algunas creadas al efecto, pero yo respondí con bonhomía, propuestas, y comprensión.
Ahora no, que elijan el terreno de juego en el que quieren nos relacionemos, si es el amable no me cuesta moverme en ese terreno, pero si quieren bronca habrá bronca, siempre dentro de los límites de la relación política.
Lo que sí aseguro es que yo a Monago no volveré a ponerle nunca más la mejilla. A mí me intentaron hacer mucho daño en lo personal, no les guardo ningún rencor, pero no se me puede olvidar que lo que no consiguieron en las urnas intentaran hacerlo en los tribunales.
Sentados en este despacho le pedí a Monago que retirara una denuncia que había presentado contra mí y me dijo que sí, pero luego no la retiró y siguió adelante hasta el final para intentar retirarme de la política por un delito electoral, y todo por publicar en mi cuaderno un fin de semana mi opinión sobre el hecho de que el PP pegara carteles con mi cara por las calles de Extremadura.
Eso no es una anécdota, es un síntoma de lo que hay detrás y pretendían; si ellos se han hecho caso de alguien experto en destruir la reputación de los demás es su problema, jamás habría tenido asesorándome a nadie que presumía de ser quien mejor destruía la reputación del adversario.
-¿El traspaso de poderes ha sido correcto?
-Siempre hay buena voluntad, la misma que tuvimos nosotros con ellos, a Monago le conté entonces todo lo que había y sabía, no solo de las cuentas públicas; ha habido una relación adecuada con los que se han marchado, pero en algunos sitios hemos encontrado solo sillas y mesas, altos cargos que no habían sido todavía cesados pero que hace 15 días que no aparecían; otros no, por ejemplo mi reconocimiento especial al director general responsable del Infoex.
Por eso nos vamos a quedar con algunos altos cargos de la anterior etapa, en la Junta hay empleados públicos extraordinarios, con una labor no partidaria sino profesional; algún consejero me ha dicho que le viene bien algún alto cargo después de haberlo conocido, quédatelo le he dicho, no pasa nada.
-Sin embargo el PP dice de usted que está actuando a la griega
-Por experiencia sé que cuando pierdes te quedas descolocado, y así están, tendrán que pasar unos meses hasta que encuentren su sitio; se les ve que no saben qué papel hacer. Necesitan su tiempo para adaptarse a ser oposición, que es muy duro, y cuando pase el verano y llegue el invierno se van a dar cuenta.
Espero que hagan propuestas como yo hice, que al final de legislatura hice más de 30 mientras ellos me estaban a mí denunciando para intentar retirarme de la política.
-Pero ustedes al final ganaron
-Hemos hecho una muy buena campaña, preparada como nunca, sabíamos a dónde ir, qué teníamos que decir, habíamos estudiado mesa a mesa electoral para saber adónde ir, y dónde no porque movilizaba voto del PP; qué mensajes lanzar en cada sitio dentro, de nuestro programa.
-¿Fue la moción de censura el punto de inflexión, en que las cosas empezaron a girar?
-Ahí tuve la sensación de que volvíamos a formar parte de la gente. Aquella noche me volví a casa tras la votación, y en la calle cuatro o cinco personas me dicen ‘hemos estado a punto’, la gente había vuelto a mirarnos, antes nos decían que no estábamos, no aparecíamos. Empecé a recorrer las calles de Mérida y acabé recorriendo las de Extremadura, era el camino. La moción fue nuestro gran acierto, y del PP su gran error hacer el debate sobre el estado de la región en plena campaña de las europeas, eso provocó la moción nuestra, y poder llegar a la gente con nuestro programa alternativo.
-Hay grupos políticos nuevos, ¿cómo es su relación con Podemos?
-Necesitan su tiempo, son gente joven y lo que tenemos que hacer entre todos es ayudarles a desarrollar su tarea política, ponerme a su disposición para hablar todo lo necesario. Podemos no son los seis diputados, es la gente que les ha votado, 50.000 extremeños, y por respeto a tantos no se les puede ningunear como hacen Monago y el PP . En unos casos nos encontraremos, en otros nos desencontraremos, y en otras ni nos encontraremos.
-¿Fue para usted una sorpresa el voto afirmativo a su investidura que salió de la consulta interna de ese partido?
-No, porque las bases de Podemos no son anti PSOE, es un sector de gente para nada antisistema, sino que son gente a los que el sistema les falló; recuerdo a un taxista de Zaragoza, que me contó que ellos siempre votaban al PSOE, iban a repetir él y su mujer pero su hija ya no. ¿Por qué? Porque el sistema les ha fallado, me dijo, y ustedes forman parte del sistema.
En Podemos saben que compartimos y bebemos de fuentes ideológicas comunes aunque no todas, ellos son una izquierda más radical y nosotros un partido de centroizquierda, socialdemócratas, fuentes que nos permiten lugares comunes; mucha gente que votó en esa consulta interna sabía que estaba en juego un gobierno socialdemócrata o un gobierno conservador, y que cuanto antes se resolviera la situación mejor. Lo agradecí, como la abstención de Ciudadanos o la del PP. Cuando tenemos tantos problemas lo que tenemos que hacer cuanto antes es resolverlos entre todos.
-Ha pedido una entrevista con el ministro Cristóbal Montoro, ¿no habría sido mejor con el presidente Rajoy?
-La foto en las escalinatas de la Moncloa no valen para nada, he pedido una entrevista a Montoro, otra a Soria, otra a la ministra de Agricultura y una cuarta a la de Fomento.
-¿Pero no sería mejor empezar por el presidente?
-No, yo quiero reuniones de trabajo, eso sé lo que es y para lo que vale; el presidente te dice ‘se lo paso al ministro’, y prefiero contárselo directamente, la ventaja que tengo es que soy ‘repetidor’ y perder el tiempo, no. Y no lo digo por Rajoy, igual me pasó con Zapatero, no valen para nada esas reuniones, pasan todos los presidentes por su despacho y al final no queda nada, prefiero usar el tiempo en quienes tienen las decisiones en sus manos. Pero sí le invitaré a Rajoy que venga cuando quiera, no me parece razonable que en cuatro años no haya venido nada más que en campaña electoral.
-Siete años después de comenzada la crisis, ¿cómo está el tejido productivo empresarial de la región?
-Muy erosionado, el mundo cooperativo ya sabemos como está. No voy a buscar culpables en Acorex, sé lo que ha pasado y lo único que toca es rectificar, volver a ser útiles a los agricultores y ganaderos que lo único que esperan de una cooperativa es que les ayude a comprar y vender; nos metimos en camisas de once varas y nos olvidamos de eso
Además mucha gente vino a Extremadura al socaire del boom económico pero cuando llegaron mal dadas se largaron; por eso a los empresarios extremeños hay que declararles especie protegida. Está muy bien lo del emprendimiento, que haya más empresas, pero hay que evitar que se caigan las que están. Quien es capaz de mantener dos o tres puestos de trabajo, detrás de eso hay un milagro diario.
Cuando he dicho de traer al centro de Mérida algunas unidades administrativas de la Junta cerradas es porque el centro de las ciudades, de Mérida, se está muriendo, el pequeño comercio lo está pasando muy mal. Y los concursos públicos deben tener un fin social que es proteger al empresariado extremeño.
Por eso también pretendo que durante dos o tres años, hasta que bajemos de una tasa de paro del 20%, haya un tratamiento fiscal especial para las empresas en el impuesto de sociedades.
-¿Pero ve posible realmente bajar del 20%?
-Me preocupa bajar el paro pero también el que lo bajemos a base de empleos precarios de 250 euros; si dentro de un tiempo lo bajamos pero vemos que lo que hacemos es repartir trabajos y salarios, no vale para nada salvo para las estadísticas.
Haremos un plan empleo con las diputaciones, hablaré con ellas antes de que acabe julio y el plan lo abordaremos en septiembre cuando ellos tengan claras sus cuentas y presupuestos.
-¿Energías renovables?
-Al ministro Soria le voy a pedir que de marcha atrás, que tome una decisión, no le pido primas, solo que la gente pueda comer en su casa y pueda haber en Extremadura un plan de autoconsumo que generaría mucho empleo; fotovoltaicas de alta densidad que pueden vivir perfectamente sin primas.