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La ropa, plásticos no envases y cartón, principales errores en el contenedor amarillo

El Consorcio de Gestión de Servicios Medioambientales de la Diputación de Badajoz (Promedio) ha identificado como principales errores en la separación de residuos para su reciclaje el depósito en el contenedor amarillo de ropa, plásticos no envases, papel y cartón.

Entre los elementos que llaman la atención se encuentra el depósito de ropa y zapatos, material fácilmente identificable y para el que existen contenedores en las vías urbanas, en puntos limpios, o bien asociaciones sin ánimo de lucro que se encargan de recoger las prendas con fines sociales, como ha informado la Diputación de Badajoz en una nota.

La jefa de la unidad de Residuos del consorcio, Nieves Seijo, ha manifestado en relación a este tipo de materiales que “si no hubiera opciones para darle una segunda vida, la única solución válida sería echarlo al contenedor verde de la fracción resto, nunca al amarillo”.

36% de errores

Según los datos que se desprenden de las auditorías realizadas por Ecoembes y por otros gestores autorizados en las rutas del consorcio, alrededor del 36 por ciento de los materiales que acabaron en el contenedor dedicado a los envases de plástico, latas y briks deberían haber tenido otro destino.

Ropa y zapatos copan un cuatro por ciento de ese material depositado de forma incorrecta, mientras que el papel y el cartón representan el cinco por ciento.

En este último caso acontece pese a que es habitual encontrar “islas de reciclaje” con los recipientes de color verde, azul y amarillo juntos, es decir, que “poco cuesta elegir el lugar adecuado, en este caso el contenedor azul”.

El tercer material que también suele penalizar en la calidad de la recogida son los plásticos no envases (siete por ciento), como cubos, utensilios, juguetes, sillas o cualquier otro material plástico que no servía en su vida útil para envasar productos de consumo, y que por tanto no deben acabar en el contenedor amarillo.

Según ha explicado Seijo, estos tres errores son los más llamativos y los que, de corregirlos, harían bajar de la barrera del 20 por ciento en el volumen de impropios, lo que reportaría más de 120.000 euros en ingresos para mejoras del servicio.