Del poder absoluto del PP a tener que negociarlo todo, a que el diálogo sea obligatorio. Eso sí, con la 'suerte' de contar con un “socio de Gobierno”, como llama el PSOE al portavoz de Ciudadanos, Luis García-Borruel, que, entre otras cosas, ha permitido que los presupuestos salgan adelante. Un papel fundamental del popular Germán López Iglesias, veterano concejal, el verdadero artífice de que la relación entre el alcalde, Francisco Javier Fragoso, y Borruel sea fluida. Y un portavoz del PSOE, Ricardo Cabezas, que se siente sólo en su cuestionamiento al PP y otro de Podemos, Remigio Cordero, que cada vez tiene peor relación con la bancada socialista. Junto a todo ello, la sombra de la moción de censura siempre presente, a pesar de la aparente poca unión de la oposición. Así respira la política en el Ayuntamiento de Badajoz un año después de que los populares, tras dos décadas de 'reinado', perdieran la mayoría absoluta en la capital pacense.
Todo empezó la jornada electoral del 24 de mayo. El equipo de Fragoso bajaba de 17 a 13 concejales y el PP se quedaba en mayoría simple. El PSOE subía a 9 ediles (antes eran 8) y entraban en el Ayuntamiento las nuevas fuerzas políticas: Recuperar Badajoz-Podemos (3) y Ciudadanos (2).
La misma noche que se conocieron los resultados electorales, Ricardo Cabezas quiso convertirse en alcalde con el apoyo de Podemos y C’s. Las cuentas salían y hubo muchas negociaciones. Recuerda Cordero que tenían previsto realizar una consulta ciudadana a las bases sobre al apoyo al PSOE y que estaba convencido de que, al igual que pasó a nivel regional, saldría que sí. Pero no hubo tiempo. C’s dio un paso adelante y se firmó el famoso acuerdo de 21 puntos a cumplir –en un acto en la sede de Ciudadanos con una enorme fotografía de Albert Rivera como telón de fondo- que permitió a Fragoso seguir como alcalde (el acto de investidura se celebró el 13 de junio).
Luis García-Borruel asegura que está “conforme, que no satisfecho” en su relación con el equipo de Gobierno y que el PP cada vez tiene menos reticencias a reunirse con ellos, “gracias a la presión que hemos estado haciendo”, dice.
Que ahora hay más dialogo en el Ayuntamiento es evidente, con plenos que empiezan a las diez de la mañana y duran hasta casi las seis de la tarde. El equipo de Gobierno del PP, tan poco acostumbrado a la mayoría simple, ha tenido que ceder en temas como el Campillo, un proyecto que el alcalde aseguró que no tocaría porque estaba más que consensuado con quien debía opinar sobre el mismo, y que al final se ha modificado (reduciendo el número de viviendas y la distribución de las mismas) para lograr el apoyo de Podemos y Ciudadanos.
¿Qué opina la oposición?
Ricardo Cabezas no se cansa de repetir que Borruel siempre dice que “sí a todo” a los populares y que apenas se han cumplido los compromisos de aquel pacto de Gobierno que se firmó hace casi un año. “Lo que se ha hecho hasta ahora es el programa del PP”.
El portavoz socialista destaca por mostrar una actitud beligerante, a veces kamikaze, que algunos tildan de valentía y otros de inconsciencia. Él asegura que es el único que mantiene una actitud realmente de oposición a los populares.
El grupo de Remigio Cordero ha sido criticado varias veces por incoherencias ideológicas. Por ejemplo, cuando propusieron para la placa de recuerdo a la masacre en la plaza de toros de Badajoz un texto muy parecido al del PP que no incluía ni la palabra franquismo ni represión; o cuando se abstuvieron en la votación para retirar una bandera franquista del Ayuntamiento (en la que el PSOE se quedó solo).
Sin embargo, el portavoz de Podemos considera que ellos han conseguido que el Consistorio tenga “una orientación más social y más participativa”. “Lo que pasa es que el PSOE pensó que nosotros teníamos que ser su apoyo y secundar todas las cosas que proponía”, subraya.
En este sentido, afirma que la relación con los socialistas ha empeorado principalmente por un asunto clave: el Hospital Provincial. “Cuando todavía estaba Valentín Cortés de presidente de la Diputación acordamos que nosotros apoyábamos a Ricardo Cabezas como alcalde a cambio de que ellos secundaran nuestra propuesta de convertir este edificio en residencia de ancianos (el caballo de batalla de Cordero), pero al final llegó Gallardo a la Diputación y no hubo acuerdo. Pero yo estoy seguro que si dependiera sólo de Ricardo, él apoyaría nuestra iniciativa”.
Quien más cómodo se siente con su papel de concejal es, sin duda, el portavoz de Ciudadanos. Luis García-Borruel supo aprovechar el viento a favor que a nivel nacional tenía su partido y entró con fuerza en el Ayuntamiento. Dicen de él que vive entre dos aguas pero que al final siempre favorece al PP. Él se defiende asegurando que es una persona de ideología de centro y que en las mociones presentadas en los plenos ha apoyado más veces a los socialistas que a los populares. “Lo que no se puede hacer es decir a todo que no, como hace el PSOE. Si sabemos que un proyecto al final va a salir adelante, como es el caso del Campillo, pues lo que hacemos es aportar mejoras para que las tengan en cuenta, no negarnos a todo”.
Borruel asegura que el equipo de Fragoso ha cumplido casi el 50% de su programa, una afirmación que Ricardo Cabezas pone muy en duda. “Nosotros llegamos para controlar al equipo de Gobierno, y lo estamos haciendo”, dice el de Ciudadanos.
A pesar de hacer un balance positivo de este primer año de legislatura, asegura con total soltura que no tendría inconveniente en apoyar una moción de censura y convertir a Ricardo Cabezas en alcalde si presentara un programa que le convenciera.