El alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, ha dicho que su “obligación” como primer edil es cumplir la sentencia del TSJEX que obliga al derribo de las dos plantas superiores del Cubo de Biblioteconomía y cree que “lo mejor” es el acuerdo para que se haga en junio del próximo año.
Fragoso se ha expresado así al ser cuestionado por el acuerdo alcanzado entre la Universidad de Extremadura, el Ayuntamiento pacense, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEX) y la asociación “Amigos de Badajoz”, quien interpuso la demanda, para que las obras del derribo se inicien el 14 de junio de 2016, una vez acabado el curso universitario.
Después de que el órgano judicial extremeño haya aceptado la propuesta, esta condición se incluirá en los pliegos del concurso de adjudicación que convocará la institución municipal para llevar a cabo las tareas de demolición, con un coste de 800.000 euros.
El regidor pacense ha recalcado que el consistorio apoyará a la universidad todo lo que haga falta para que la Facultad de Biblioteconomía siga en su ubicación actual, en el interior del Alcazaba.
“No arroja la toalla”
Por su parte la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo de Badajoz ha calificado de “gravísimo” que los juzgados hayan fijado el 14 de junio de 2016 como fecha definitiva, aunque “no arroja la toalla”, pues aún cree que se puede dar marcha atrás.
En palabras a Efe, el presidente de la asociación vecinal, José María Soriano, ha indicado que “los titulares del día después del derribo serán que la zona se ha quedado sin universidad, lo que supondrá un hecho muy grave”. Para los vecinos del Casco Antiguo, la decisión del Tribunal Superior de Justicia (TSJEx) de derribar de forma definitiva las dos plantas superiores de la Facultad de Biblioteconomía es un “jarro de agua fría” al desarrollo de la zona.
De todas formas, la asociación “no tira la toalla” y cree que el mantenimiento del edificio “aún es posible”, según las declaraciones de José María Soriano. Aunque la vía judicial y la política están “agotadas”, pues el tribunal ha decidido y las rondas de contactos de la asociación con las formaciones de la ciudad ya se han realizado, queda aún una “tercera vía”.
José María Soriano no ha querido indicar si ésta pasaría por protestas ciudadanas o por lograr el apoyo de instituciones, pero ha insistido en que el Casco Antiguo no se resigna aún al derribo. “Será tremendo que la zona se quede sin facultad, -ha indicado- y las administraciones deberán plantearse qué se hace para que el centro histórico de Badajoz no quede en la situación de abandono de antaño”.
Ha recordado que antes de la llegada de Biblioteconomía, la zona era marginal y sin embargo ahora es un espacio lleno de vitalidad y de actividad ciudadana.