“La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado”, es uno de los artículos de la Constitución de 1978 que sacan a pasear un día sí y otro también los dirigentes del Partido Popular y los miembros del gobierno de Rajoy. También abundan mucho en ello significados secretarios generales autonómicos del PSOE junto con destacados ex presidentes autonómicos y ex ministros de González y Zapatero.
Sabemos lo recurrente que es aludir a dicha soberanía popular cuando la “crisis” nacionalista en Cataluña asoma. Ahí están los tres partidos, PP, PSOE y Ciudadanos, para machaconamente poner encima de la mesa que “la soberanía popular reside en el pueblo español”, y lo hacen como asunto indiscutible e innegociable. Además, los dos partidos del turnismo lo hacen sin ruborizarse, como si la modificación del artículo 135 de la Constitución hubiera venido de la mano del ejercicio de aplicar dicho artículo. Agosto 2011, vacaciones del pueblo español, luego por la puerta de atrás y ya está.
Lo cierto es que los tres partidos sacan réditos electorales a dicho mensaje en las tierras de España (En Cataluña el mayor beneficiario es Ciudadanos, que lleva 10 años empleándolo). Hacen bueno aquello de “todo para el pueblo, pero sin el pueblo”. Y puestos a valorar, a Rajoy le ha servido para aminorar apoyos electorales al PSOE y evitar mayorías parlamentarias alternativas al PP, y cuyo correlato ha sido que forme Gobierno. Eso sí, el Comité Federal del PSOE del pasado 28 de diciembre puso su gran grano de arena para que Pedro Sánchez no cruzara la línea roja que aludía a tal asunto. No con los partidarios del referéndum catalán, línea roja infranqueable. Luego vino lo del pacto de gobierno PNV/PSOE, pero eso forma parte de la hipocresía partidaria.
A todo ello hay que añadir lo que viene aconteciendo con los referéndums, ejercicio de la soberanía popular, en el entorno cercano: brexit del Reino Unido y el de Mateo Renci en Italia. Tal es el miedo que recientemente el vicepresidente de Organización del PP, Martínez-Maíllo, declaraba que los “referéndums los carga el diablo”.
En fin, que lo de “pon las barbas a remojar” en la mesilla de noche de Rajoy y del establishment que vienen las vacaciones de Navidad y está el manipulado concepto de populismo. Para ilusos sería que quien tiene mayor interés electoral en que persista la crisis territorial convoque referéndum para la modificación de la Constitución. No es no, que decía Pedro.