La estabilidad política de Extremadura se asoma al precipicio tras la negativa de Vox a presentar enmiendas parciales a los presupuestos autonómicos (PGEx) de 2025 y exigir a la presidenta, María Guardiola, la retirada del proyecto de ley para “consensuar” uno nuevo con ellos.
La extrema derecha dio alas al Ejecutivo extremeño al rechazar las enmiendas a la totalidad que presentaron el PSOE y Unidas por Extremadura para permitir la tramitación parlamentaria de los PGEx, que se votarán el 24 de enero en la Asamblea, que, contra todo pronóstico, los exsocios del PP han roto la baraja y han pedido la devolución de las cuentas, que ya han adelantado que no van a apoyar.
En las últimas semanas se han celebrado reuniones entre los miembros del consejo de gobierno y los diputados de extrema derecha para analizar sus propuestas. El último contacto entre los consejeros de Presidencia y Hacienda con Vox fue este martes, por lo que aún estaban abiertas las negociaciones. Pero el portavoz parlamentario del partido de Santiago Abascal, Óscar Fernández, ha asegurado que el PP “no quiere llegar a ningún acuerdo”, que ahora piden que pase por elaborar “un nuevo documento presupuestario consensuado”.
Fernández ha afirmado que es “muy difícil” el acuerdo aunque las enmienda que presente el PP recojan cuestiones planteadas por Vox porque “no han querido llegar a un acuerdo”.
Vox salió del Gobierno de coalición el pasado verano, pero ahora quiere sentar al equipo de María Guardiola para elaborar desde cero unas cuentas para el año que viene que se “opongan” a las políticas del PSOE en materia de inmigración ilegal, que “apueste” por el campo extremeño y se oponga al Pacto Verde, que incluya una “bajada real y profunda de impuestos” y que elimine el “gasto superfluo en chiringuitos y en la red clientelar” del PSOE.
“Si el PP no está dispuesto a negociar con seriedad, deberá asumir las consecuencias de pactar con el PSOE para sacar adelante estos presupuestos”, ha advertido Fernández, y es que si los cinco diputados de Vox no da su voto positivo a los PGEx, la oposición de los socialistas y de Unidas por Extremadura harán caer el presupuesto, los primeros en minoría de Guardiola.
Por su parte, la presidenta de la Junta se ha visto sorprendida por este anuncio en el transcurso de una rueda de prensa para firmar el protocolo de actuación de los centros de atención contra la violencia sexual, que se tienen que poner en marcha antes de final de año. Guardiola ha asegurado que ha habido negociaciones con Vox hasta última hora para abordar los temas que la extrema derecha había planteado. “Estábamos dispuestos a ceder y a admitir muchas enmiendas”, como las relacionadas con bajadas de impuestos, sanidad y educación, ha dicho.
De ahí que no haya ahorrado en calificativos como “vergonzoso” y “lamentable” después de conocer que Vox no ha registrado ninguna enmienda para tratar de que el PP retire los presupuestos. “Les parecían bien -cuando permitieron la tramitación parlamentaria del documento- y podría haberlo mejorado pero han decidido someterse a las exigencias del señor Abascal”, ha apuntado la presidenta de la Junta.
Guardiola también ha afirmado que la Junta ha sufrido un “chantaje” con el PGEX por parte de Vox, que ha puesto sobre la mesa “cuestiones ideológicas” para aprobarlos.
En el caso de que la Junta no logre luz verde a las cuentas de 2025, Guardiola podría optar por prorrogar los actuales, que aprobó gracias a Vox cuando era socio del PP en Extremadura, o convocar elecciones anticipadas. Sin descartar ninguno de los dos escenarios, la presidenta ha apuntado que su “objetivo” es “sacar adelante” los PGEx, algo que intentará “hasta el final”. En este sentido, ha recordado que el PSOE de Extremadura se enfrenta ahora a unas nuevas primarias para elegir a la persona que ejercerá el liderazgo “e igual las cosas cambian si hay ganas de construir y de aportar”, en referencia a la exconsejera de Educación, Esther Gutiérrez, que opta a arrebatar la secretaría general del partido a Miguel Ángel Gallardo.