El Grupo Parlamentario Vox en la Asamblea de Extremadura ha presentado este jueves dos propuestas de impulso para luchar contra la inmigración irregular y para declarar la tauromaquia como Bien de Interés Cultural (BIC)
En la primera de ellas se insta a la Junta de Extremadura a poner en marcha acciones para “garantizar la seguridad de los extremeños frente al creciente flujo de inmigrantes irregulares”. Vox defiende que la inmigración ilegal no solo compromete la seguridad y los recursos públicos de la región, sino que también afecta negativamente a la cohesión social y al bienestar de las familias trabajadoras.
El diputado de Vox Álvaro Sánchez- Ocaña ha señalado que “es responsabilidad de las instituciones proteger las fronteras y asegurar que la inmigración se haga de forma ordenada y legal. No podemos permitir que la inmigración descontrolada continúe poniendo en riesgo la seguridad de nuestras ciudades y pueblos”.
La propuesta reclama, entre otras medidas, la colaboración de la Junta con el Gobierno de España para garantizar una aplicación estricta de la Ley de Extranjería y una mayor implicación de las fuerzas de seguridad en el control de la inmigración irregular.
La segunda propuesta aboga por la declaración de la tauromaquia como Bien de Interés Cultural (BIC) en Extremadura. Esta medida, fundamentada en la Ley 18/2013 que regula la tauromaquia como patrimonio cultural a nivel nacional, busca garantizar la protección, promoción y conservación de este elemento “esencial de la identidad cultural extremeña y española”.
A su juicio, la tauromaquia no solo representa una tradición profundamente enraizada en la historia y cultura de la región, sino que también es un motor económico vital para las zonas rurales.
“La tauromaquia es parte de nuestra esencia cultural y contribuye al desarrollo económico de muchos municipios extremeños. Su preservación es fundamental para mantener la riqueza y diversidad de nuestra cultura”, ha afirmado Sánchez-Ocaña, historiador de profesión y comentarista taurino.
En Extremadura, donde existen más de 120 ganaderías de reses bravas y en la que se celebran anualmente cientos de espectáculos taurinos, la protección de la tauromaquia es clave para la economía local, la conservación del entorno natural y la fijación de la población en las zonas rurales, según esta formación.