“40 años después Franco vive”. Estas son las palabras que dedica la Fundación Nacional Francisco Franco al dictador en un anuncio que anima a sumarse a una cena en el Hotel Meliá de Madrid con motivo del 40 aniversario de su muerte.
En Badajoz también vive, al menos en el Convento de las Descalzas, donde este viernes 20 de noviembre, a las 12,30 horas, está prevista una misa con motivo del aniversario de su fallecimiento. Parece como si el tiempo no hubiera pasado por los coros y claustros del convento, donde los honores al dictador se han ido repitiendo no ahora, sino desde hace tiempo, cada vez que se acerca esta fecha. Junto al convento de Badajoz la agenda de la Fundación Francisco Franco incluye otras 15 eucaristías por todo el territorio nacional.
Para muchos parece increibe que la estampa se repita en 2015, y para otros es un motivo de ofensa, porque entienden que es un acto de exaltación de una dictadura.
Ángel Olmedo, historiador y miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura, no tiene dudas de que moralmente es condenable. Apunta este colectivo que una misa en honor a Franco ofende a la memoria de los asesinados y víctimas del golpe militar “y suponen una verdadera apología del terrorismo, al tratarse de actos con personas que ensalzan el crimen o enaltezcan a sus autores”.
¿Habría una misa en honor a Hitler en Alemania?
La respuesta es que no. Un acto religioso en el país germano estaría terminantemente prohibido, aunque en España la Ley de Memoria Histórica no deja claro en su artículo 15 este aspecto según aclara la Asociación de memoria histórica extremeña.
Si se entienden estas misas como un acto de exaltación de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura militar de Franco podría interpretarse como ilegal, pero el problema reside en los espacios privados la ley no se aplica, y aquí un convento puede entenderse como espacio privado.
¿Qué opina el obispo?
Fuera de interpretaciones legales el presidente de la asociación de memoria histórica extremeña, José Manuel Corbacho, subraya que la ciudadanía espera “ansiosa” conocer la opinión del obispo de la Diócesis Mérida-Badajoz. Saber si le parece adecuado el uso un templo católico “dentro de un acto de exaltación de una dictadura totalitaria y fascista”, y le reclaman que tome cartas en el asunto. Recuerda Corbacho que sigue habiendo en torno a 100.000 personas desaparecidas en las fosas comunes de este país, y muchos de los muertos de las cunetas, y sus familiares, son católicos.
Con la llegada de la Transición las misas en honor a Franco se trasladaron de la catedral de Badajoz a este pequeño espacio, donde aquellos que piensan que con Franco se vivía mejor pasan cada año desapercibidos.
No se trata de los únicos vestigios con olor a naftalina en Extremadura, ya que este colectivo tiene constancia de la celebración de actos parecidos años atrás por ejemplo en la Iglesia de la Purificación de Almendralejo.
¿Y la Ley de Memoria Histórica?
La Ley de Memoria Histórica no está tipificada dentro del Código Penal, ni tampoco es una norma administrativa que recoja sanciones en un catálogo de infracciones. El resultado es que quienes participan en actos contrarios al orden democrático “aprovechan una especie de laguna legal, y así por ejemplo se escudan para hacer misas como de la Badajoz”.
Como ejemplo, José Manuel Corbacho comenta que el ‘negacionismo’ del holocausto judío en Alemania está tipificado como un delito y está completamente prohibido; al igual que el Francia en ‘negacionismo’ del genocidio armenio de 1918. “Aquí no solo se consiente, sino que se toleran actos religioso de exaltación”, lamenta.
Además se pregunta si la Iglesia actuaría de un modo tan 'laxo' si la misa, en vez de ser en honor a Franco, fuera en nombre de terroristas de ETA. “Y aquí parece que cuando se habla de víctimas de la dictadura la manga es mucho más ancha”, sentencia.
Otra de las luchas de la asociación de memoria histórica se centra en los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva a la dictadura, presentes en las iglesias de Extremadura.
La Junta de Extremadura ha decidido que no invertirá ni un solo euro en aquellos templos religiosos que conserven símbolos en honor al dictador Francisco Franco, o que exalten a la dictadura militar.
Esta medida se adopta después de conocerse que el anterior gobierno de la Junta con Monago otorgó una subvención de 15.000 euros para la restauración del retablo de una ermita en Navaconcejo (Cáceres), pese a que el templo mantiene un escudo de la Falange española (yugo y flechas).