La Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID) ha financiado el informe “En el fuego cruzado”, elaborado por la ONG Save the Children, sobre la violencia en Centroamérica y su efecto en la educación.
En este trabajo la organización alerta sobre la ‘gravedad’ creciente de la violencia en el Triángulo Norte de Centroamérica, zona compuesta por El Salvador, Guatemala y Honduras, que afecta de forma directa a los espacios de vida y desarrollo de la infancia.
La entidad ha denunciado que la situación que viven los menores en el norte de Centroamérica es similar a la que padecen niños y adolescentes en lugares como Siria, Yemen o Afganistán donde existe un conflicto armado.
Según los datos que desprende el informe, se trata de una de las regiones más violentas e inseguras del mundo con elevadas tasas de homicidios, 10.531 en el conjunto de la región durante 2018, informa la Agencia Efe.
El Triángulo de Centroamérica se enfrenta a un “tsunami de pobreza y violencia” del que los menores son las principales víctimas, ya que “demuele el sistema educativo” y provoca altas tasas de mortalidad infantil, desnutrición, violencia sexual, embarazo adolescentes y falta de oportunidades.
Maras y grupos violentos
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la educación en estos países son las maras y pandillas, grupos violentos organizados cuya influencia aumenta la inseguridad y amenaza contra profesores y alumnos en los propios centros educativos.
La violencia en las escuelas toma diferentes expresiones: el homicidio de docentes y estudiantes, la restricción de la asistencia a los centros a alumnos y profesores que proceden de territorios controlados por grupos contrarios, estudiantes vinculados a grupos delictivos que se infiltran y provocan un aumento de las extorsiones, venta de drogas, reclutamiento y control sobre las decisiones educativas.
La directora de Operaciones de Programas de la organización en El Salvador, Ludin Caballero, tacha de “represiva” la respuesta a la violencia de maras y pandillas en las escuelas mediante la militarización de numerosos centros educativos, que conviven con policías y militares.
El ambiente en los centros de educación ha disparado la tasa de abandono escolar que en El Salvador se sitúa en torno a los 77.000 casos de abandono anuales, ha subrayado Caballero.
Por ello, la organización ha propuesto establecer lugares seguros e implementar diseños inclusivos y resistentes a las amenazas a las que están expuestas los centros, reubicar las escuelas inseguras, involucrar a las comunidades educativas e implementar planes de monitoreo, financiación y supervisión continua de las instalaciones.