Denuncian que ya entran camiones en Almaraz con material para la construcción del ATI

De momento solo se trata de material, no hay ningún movimiento de obra. Aunque según afirman ya se está haciendo el acopio a modo de almacenaje.

Varias fuentes ecologistas han transmitido a este diario que camiones con el material para la construcción del Almacén Temporal Centralizado (ATI) ya están entrando dentro de las instalaciones cacereñas, desde hace casi un mes. Explican que la información ha sido filtrada y contrastada desde personas autorizadas que mantienen el anonimato por motivos de seguridad.

Desde la central desmienten esta información, “que nada tienen que ver con la realidad” según han transmitido a eldiario.es.

Sigue sin haber autorización

Meses atrás se abrió un periodo de información pública y de consultas dentro del procedimiento de evaluación de impacto ambiental ordinaria del proyecto del ATI, tras la solicitud presentada por la central al Ministerio de Industria. Hasta el momento sigue sin haber una autorización ambiental para el proyecto.

Francisca Blanco, miembro de Ecologistas en Acción y el Foro Extremeño Antinuclear, es una de las voces que sostiene que en Almaraz ya ha entrado material para el ATI. Piensa que la empresa está tan convencida de que recibirá la autorización “que se permite el lujo que almacenar el material para cuando les den el visto bueno, y así tener tiempo ganado”.

Durante el periodo de exposición del proyecto del almacén, tanto antinucleares como la Junta emitieron informes desfavorables, en el caso de la Junta por entender que las instalaciones no necesitan de unas instalaciones así si su periodo de vida útil acaba en cuatro años.

Teniendo en cuenta que la capacidad de acumulación de residuos radiactivos de Almaraz coincide en el tiempo con el final de la vida útil de Almaraz, en el horizonte de 2020, el Foro Extremeño Antinuclear tiene sospechas de que el ATI será el paso previo para ampliar la vida útil de las instalaciones.

Recuerda el foro que Almaraz fue construida en la década de 1970 y en 2010 el Ministerio de Industria y Comercio le otorgó la autorización para que siguiera funcionando otros diez años, 2020 es el momento de su cierre definitivo.

Si la capacidad de almacenaje en las piscinas llega hasta poco antes del final de la vida útil de las instalaciones, a los ecologistas no les cuadra que se desee instalar un ATI ahora.

Apoyo de Portugal a los antinucleares

Carmen Ibarlucea, miembro del foro antinuclear y de Equio Extremadura, hace referencia a un informe del Movimiento Ibérico Antinuclear (agrupa a organizaciones de España y Portugal) que muestra que las instalaciones cacereñas han tenido hasta 55 incidentes diferentes desde su apertura, unas averías y reparaciones que “no siempre se han hecho cumpliendo las garantías”.

El Movimiento Ibérico Antinuclear tiene de su lado a uno de los socios del gobierno luso, el Bloco de Esquerdas, una de las tres organizaciones del tripartito. En una manifestación reciente en Cáceres, que reunió a miles de personas bajo el lema ‘Cerrar Almaraz’, tomó parte activa el presidente de la Comisión de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio, Descentralización y Desarrollo local, Pedro Soares.

De hecho la Asamblea de la República de Portugal aprobó una resolución del Bloque de Izquierdas que recomienda al Gobierno que adopte medidas junto a España e instituciones europeas para el cierre de Almaraz. Carmen Ibarlucea se pregunta, ante el fin de la vida útil de la central, cómo es posible que haya estudios que hablen de la presencia de “componentes radiactivos” en las aguas del Tajo una vez sobrepasado la frontera con el país vecino, y no se sepa nada en el lado español.

El informe habla del sobrecalentamiento del Tajo por la refrigeración y de un “vertido rutinario de tritio al río”. “El tritio es un isótopo del hidrógeno, emisor beta, con una vida media de unos 13 años que se vierte de forma controlada, considerando unos límites superiores”.

Según explica el problema es que, “además de los dos reactores de Almaraz, el río sufre los vertidos de la central nuclear de Trillo (Guadalajara) y de algunas instalaciones radiactivas de la comunicad de Madrid. Pero, sin duda, el mayor problema en referencia al Tajo es el peligro de accidente con vertido de sustancias radiactivas al río”, argumenta el Movimiento Ibérico Antinuclear.