Extremadura ha alcanzado una incidencia acumulada de 50 casos a los 14 días, lo que sitúa a la región en un nivel de riesgo bajo, pero la Junta de Extremadura ha preferido optar por la “mesura”, y flexibilizar las restricciones en un nivel de alerta 3, ha informado este miércoles el consejero de Sanidad, José María Vergeles.
Esto se traducirá en que a partir del sábado se retrasará una hora el toque de queda, por lo que comenzará a las 23 horas, y se relajarán las medidas que afectan, principalmente, a la actividad comercial y la hostelería. En concreto, se amplían hasta 6 el número personas permitido en reuniones sociales y comensales, los aforos de las tiendas de comercio minorista pasan del 30% al 40% y las terrazas de bares y restaurantes podrán tener una capacidad máxima del 75%.
No obstante, el aforo interior en los locales de hostelería seguirá al 40%, al igual que seguirá prohibido el consumo en barra o de pie.
El turismo también será unas de las actividades beneficiadas de la flexibilización de restricciones anunciadas por Sanidad, ya que se permite un 35% del aforo de las zonas comunes en hoteles y alojamientos rurales, y los apartamentos y casas pueden ser alquiladas hasta por 10 personas, en lugar de 6 como hasta ahora.
Entre las novedades que entrarán en vigor el sábado también se encuentra la ampliación de hasta el 50% del aforo en los lugares de culto y en los espectáculos al aire libre, lo que incluye los toros.
El consejero de Sanidad ha insistido en que estas decisiones se toman tras conocer que la región se encuentra en nivel bajo de riesgo con una positividad de las pruebas diagnósticas del 2,6%, una ocupación hospitalaria del 2%, una ocupación de camas COVID en las UCI del 9,7%, una incidencia en mayores de 65 años de 37 casos a los 14 días.
“Ha sido un trabajo muy intenso por parte de la sociedad extremeña y hemos alcanzado el objetivo marcado por la Organización Mundial de la Salud, pero no es un milagro, el milagro es tener una sociedad como la que tenemos en esta región”, ha dicho Vergeles, que ha advertido de una ralentización en la caída de la incidencia en todas las comunidades, por lo que ha indicado que el objetivo ahora “tiene que ser seguir bajando los datos o ser capaces de mantener el nivel de riesgo”.