Los campos de trabajo de memoria histórica retoman su protagonismo en Extremadura. El Instituto de la Juventud los recupera de nuevo y da continuidad a un programa paralizado con la llegada del PP al Gobierno autonómico.
Una quincena de jóvenes de toda España vendrá en julio a Villanueva de la Serena para realizar un cuidadoso trabajo de investigación histórica y documental, acompañado de una exhumación de víctimas del Franquismo.
Se trata de un proyecto pionero, que entre los años 2003 y 2010 involucró a cientos de jóvenes que aprendían un proceso científico de la mano de arqueólogos y expertos en memoria histórica. En sus años oposición, el PP lanzó duras críticas al campamento y una vez en el poder prescindió de él.
“Cerrar las heridas del Franquismo”
Con motivo de la presentación de la oferta de cursos de verano el director del Instituto de la Juventud Felipe González destacó que el objetivo no deja de ser otro que el cerrar todas las “heridas de las víctimas del franquismo”.
Algo que aplaude la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica en Extremadura, organización colaboradora del campamento que nunca entendió justificado la supresión. Destacan su valor en la recuperación del olvido de las víctimas de la dictadura militar, muchas de ellas aún en las cunetas a las que les arrojó el Franquismo.
Pero también advierte que el curso tenía todos los años una demanda superior a la de plazas ofertadas, y generaba gran interés en otras tantas comunidades que lo han mirado como referente.
¿En qué consiste el trabajo?
Se trata de un equipo multidisciplinar, en el que se implementa la investigación histórica y documental, analizando el paradero de las personas desaparecidas, la obtención de los testimonios orales y la búsqueda en los archivos, detalla José Manuel Corbacho, presidente de la Asociación de Memoria Histórica en Extremadura.
Las exhumaciones y todo el protocolo de recuperación de los cuerpos se hace a través de protocolos reglamentarios, aprobados por el Ministerio de la Presidencia. “Se trata de una muy buena noticia, y valoramos que en época de recorte presupuestario se haga este esfuerzo, y se retome la actividad”, destaca.
Ahora que se retoman los trabajos de memoria histórica desde el Instituto de la Juventud, la ARMEx vuelve a tener un especial recuerdo para Conchita Viera, un caso que para este colectivo es “una espinita clavada en el corazón”.
Esta mujer de 82 años nunca ha logrado que la propietaria de una finca de secano sin cultivar le diera permiso para desenterrar la fosa en la que yacen los cuerpos de su padre y otras 11 personas. Su padre, alcalde republicano socialista de Valencia de Alcántara, fue asesinado por los franquistas y arrojado a una mina.
Conchita llegó a conseguir una subvención de 40.000 euros por parte del Gobierno Zapatero para exhumar los restos de la mina; la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura reclamó a la Junta del PP que iniciara el expediente de ocupación forzosa temporal, como marca la ley. Pero el Ejecutivo de Monago nunca respondió a la reclamación de expropiación. Esta mujer se vio obligada a devolver la subvención.
La Junta ha cambiado de color político y el colectivo de memoria histórica espera que esta exhumación se lleve a cabo cuanto antes a través del nuevo convenio del proyecto de recuperación de la memoria histórica de la Junta y la Universidad de Extremadura. Un proyecto al que se ha sumado de nuevo la Diputación de Cáceres tras perder el PP el poder sobre la institución. Una vez que se retomen las actuaciones, tras un periodo de 'impasse', aspiran a iniciar los trabajos.