La precariedad y el desempleo siguen azotando a los jóvenes extremeños. Los datos confirman que la juventud sigue siendo una de las víctimas de la crisis.
Hasta 10.000 jóvenes han hecho las maletas en estos últimos cuatro años en busca de una oportunidad. Han iniciado una nueva vida fuera de su hogar. Y no, no les mueve el espíritu aventurero, sino la falta de futuro, según comparten tanto los sindicatos como los partidos de la oposición.
Para quienes deciden quedarse el panorama no es alentador, con una tasa de paro juvenil de hasta el 60 por ciento y una estacionalidad en el empleo del 80 por ciento de los contratos. Si se habla de calidad en el trabajo, las cifras apuntan que hasta el 90 por ciento de los contratos son precarios entre los menores de 30.
Estas cifras llevan al Consejo de la Juventud de Extremadura a pensar que la precariedad se ha hecho crónica. El presidente del consejo, Enrique Hernández, advierte que el trabajo estacional no permite emanciparse, por muchos contratos que aparezcan a principios de mes detallados en las encuestas. Como ejemplo, algo muy práctico: el hecho de que apagar y encender una bombilla mil veces no es sinónimo de tener luz en una habitación.
Señala igualmente que entre ellos hay una pérdida psicológica, si se tiene en cuenta que más de 20.000 jóvenes llevan más de un año buscando trabajo... y eso tiene un coste elevado para la autoestima, proyecto vital, confianza social.
El fracaso de la garantía juvenil
El sistema de garantía juvenil es una herramienta que impulsó la UE para aquellas regiones con mayor tasa de desempleo juvenil, a la que se sumó Extremadura con el objetivo de frenar la sangría de desempleo.
Es el compromiso de ofrecer a las personas jóvenes que han terminado sus estudios o han perdido sus empleos, un contrato de trabajo, unas prácticas o acciones de formación, en un plazo máximo de 4 meses. Y la realidad, que no está solucionando los problemas de los jóvenes y que la garantía juvenil no ha cumplido su razón de ser en la región.
Isabel Gil Rosiña, del PSOE de Extremadura, lamenta que el dinero de la garantía juvenil que ha llegado desde Europa solo está sirviendo para sufragar con dinero ajeno aquellos programas que la Junta que ya funcionaban. No está sirviendo para frenar el desempleo.
“No ha habido en estos cuatro años una política de juventud real y efectiva. No se ha aportado nada que haya mejorado la vida de los jóvenes extremeños. Una legislatura perdida”, lamenta la portavoz socialista, que señala por ejemplo que el desempleo se sitúa en más del 26 por ciento entre los jóvenes titulados en Extremadura.
Desde IU Extremadura el diputado Víctor Casco coincide con los socialistas en que la garantía juvenil no está cumpliendo sus objetivos en la región, teniendo en cuenta que no garantiza ni un puesto ni formación. “En la práctica no significa ninguna novedad, nada que no se haya hecho antes, y que por cierto no ha funcionado”, lamenta
Señala igualmente que el proyecto no ha sido participativo, no se ha consensuado con las organizaciones sindicales y la oposición, y sigue sin dar resultados.