La mascarilla será obligatoria en todo momento en Extremadura a partir de las doce de esta noche según una resolución de la Consejería de Sanidad cuyo titular y vicepresidente segundo de la Junta de Extremadura, José María Vergeles, afirma que “estamos todavía a tiempo de evitar una transmisión comunitaria incontrolada”.
La situación ha empeorado en las dos últimas semanas y en este momento hay 66 pacientes activos con covid y otras casi 200 personas en seguimiento y aisladas; preocupa en especial la ciudad más poblada de la región, Badajoz, con tres de los cuatro focos activos existentes en la Comunidad, originados en una fiesta privada, en una familia, y una cafetería.
Por ser esa última un lugar público, céntrico y frecuentado, hubo momentos de alarma al correrse la voz y presentarse muchos clientes en los servicios de urgencia a ver si tenían la infección.
Hay un cuarto foco, que va a menos, al noreste de la Comunidad, en Navalmoral, originado en una persona que llegó de Almería.
Todos los casos activos presentan síntomas leves y evolucionan bien según Vergeles, que afirma que día tras día la población se ha relajado y especialmente en fiestas, reuniones públicas y privadas, o actividades de ocio.
Tapabocas y excepciones
La resolución que se publica este viernes obliga, a partir de las doce de la noche de este día, a los mayores de 6 años, salvo que tengan alguna causa oficialmente recogida, a llevar puesto el tapabocas en la calle, en espacios cerrados de uso público o abierto al públicos, en todo momento y aunque exista la distancia de seguridad de 1,5 metros.
Hay excepciones, por ejemplo están exentas las personas con problemas de salud mental que llevarla les provoque fobia, o con problemas respiratorios; se puede correr sin mascarilla, como una actividad deportiva, pero sí hay que llevarla para pasear por el campo, aclara el vicepresidente y consejero Vergeles.
Tampoco es obligatoria en restaurantes. “Un restaurante es excepción” por la actividad que allí van a realizar los clientes, que no van a estar moviendo el tapabocas todo el rato, “e igual que lo es una terraza si se está comiendo”, pero si se ha ido a beber hay que tenerla puesta y solo quitársela ese momento del “buche”.
Estas infracciones de salud pública serán objeto de control por las policías, y serían sanciones de “en torno a los 100 euros pero dependiendo de las personas o situaciones que haya puesto en riesgo, serán infracciones leves que pueden llegar hasta 6.000 euros”.