Su trabajo permite desenterrar a las personas arrojadas a las cunetas hace 80 años. Aportarles una sepultura digna. Pero la tarea va más allá, y le acompaña un minucioso proceso de investigación histórica sobre la época en la que se desarrollaron los acontecimientos y la búsqueda de testimonios de familiares.
Permite reconstruir los hechos y deliberar qué ocurrió con las víctimas del franquismo que quedaron abandonadas en fosas anónimas.
Hasta el momento en Extremadura se han realizado 24 exhumaciones y 54 prospecciones. Los trabajos han permitido rescatar a 341 personas, mientras que se han hecho diez análisis de ADN para identificar a las víctimas.
Fuentes de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Junta aclaran que en las prospecciones no se encuentra una fosa, si bien la labor científica que se realiza es exactamente que cuando hay una exhumación. Es decir, que aunque no aparezcan restos se hace todo el proceso de investigación.
En 2017 está prevista la prórroga del convenio de la Junta con las diputaciones por el mismo importe que el año anterior para el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura. La Junta aporta 79.000 euros, y otros 24.000 cada una de las instituciones provinciales. El Gobierno no aporta ayudas desde la llegada del PP al Ejecutivo.
La Comisión de Coordinación se encarga de aprobar las próximas actividades que se llevarán a cabo. Se trata de una comisión compuesta por representantes de la Junta de Extremadura, las instituciones provinciales y las asociaciones de recuperación de la memoria histórica.
¿Quién realiza los trabajos?
Lo realiza un equipo multidisciplinar en una investigación histórica y documental en el que trabajan profesionales, historiadores, arqueólogos y especialistas forenses. Las exhumaciones y la recuperación de los cuerpos se hacen a través de protocolos reglamentarios, aprobados por el Ministerio de la Presidencia.
La localización y exhumación de fosas en Extremadura se han realizado desde el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (PReMHeX) según informa la Junta. También las asociaciones memorialistas a través de recursos propios, o bien gracias a fondos recibidos del Estado posteriormente a la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, colaborando en estos casos también el proyecto regional de memoria.
La Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera (AMECADE) ha realizado una y la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura tres. Además esta última ha estado al frente de los campos de trabajo de memoria histórica que se realizan en la región desde 2003 (salvo en el periodo de gobierno del ejecutivo del PP de Monago).
Las intervenciones
Las intervenciones se han realizado a lo largo de toda la geografía extremeña, por ejemplo en un pozo de Mirandilla, donde el Proyecto para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura efectuó en 2004 sondeos mecánicos, al igual que en una mina de Guareña, una rivera de Puebla de Ovando o el cementerio viejo de Aceuchal.
En 2005 procedieron a la apertura y exhumación de una tumba en Calamonte, y en 2007 a la excavación y exhumación en Salvatierra de los Barros y Villar de Rey. Han hecho más trabajos en La Haba (2007), Logrosán (2009), Bohonal de Ibor (2009), Miajadas (2011) o Quintana de la Serena (2011), entre otros muchos.
Existen trabajos promovidos por agrupaciones de familiares de víctimas en localidades como Puebla de Alcocer y Fregenal de la Sierra en 2012, en Cuacos de Yuste (2013) y Feria (2015).
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura ha organizado desde 2003 y hasta la actualidad los Campos de Trabajo de verano “Recuperación de la Memoria Histórica” que oferta la Junta de Extremadura. En ellos se ha contado con la colaboración de la Premhex, que se encargaba luego de terminar la excavación, en caso de quedar pendiente alguna parte. El colectivo de memoria explica que esta actividad se hace con chavales de entre 18 y 30 años de procedentes de diferentes lugares, que de forma voluntaria y desinteresada destinan parte de sus vacaciones a estas tareas.
Se trata de una experiencia con jóvenes voluntarios que prestan su colaboración para el desarrollo de una actividad social con la búsqueda, localización, y en su caso, excavación de fosas de personas víctimas de la represión franquista. Hasta ahora los trabajos se han desarrollado en las comarca de San Vicente de Alcántara-Alburquerque (verano 2003), con la excavación de una mina donde fueron arrojadas numerosas personas asesinadas a consecuencia de la Guerra Civil (1936-1939) y otro en Talarrubias (2004) para la excavación de una zona de trincheras.
En 2005 fue la fosa del arroyo Romanzal en Llerena, donde se recuperaron 38 cuerpos que ya descansan en el cementerio de esta localidad; y en 2006 en la Sierra de Tentudía, donde se visitaron las localidades y se procedió a la recopilación de datos; mientras que en 2008, con la excavación de cuatro fosas en las tapias de cementerio de Mérida, donde se encontraron numerosos restos de personas fusiladas.
En 2009 se excavaron en Miajadas-Escurial dos fosas, con unas 18 personas y en 2010 en Santa Amalia, con una excavación en una fosa ubicada en el cementerio de la localidad. Villanueva de la Serena (julio, 2016), en la fosa común del cementerio de esta localidad, donde se recuperaron 4 cuerpos.
Además, con fondos del Estado, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura financió la excavación de una fosa en el cementerio de Quintana de la Serena (2005), la fosa de los guerrilleros en el cementerio civil de Pozuelo de Zarzón (2007), que fue coordinada en este caso, por el PREMHEx. También con fondos del Estado, la ARMHEx, llevó a cabo la excavación de la fosa “El Valle”, entre Mérida y Arroyo de San Serván (2012). Por su parte, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Santa Amalia abrió la fosa de Valverde de Mérida hace un par de años.