El turismo rural en Extremadura alcanza cifras de ocupación similares a 2019

El turismo rural extremeño prevé que las cifras de ocupación de 2022 se sitúen en niveles cercanos a los obtenidos en 2019 ya que el final de la pandemia ha impulsado las pernoctaciones a pesar de que durante el último trimestre el sector se ha visto afectado por la actual situación económica.

La presidenta de la Federación Extremeña de Turismo Rural (Fextur), Victoria Bazaga, ha explicado a EFE que el balance de 2022 es “positivo” pues las cifras de ocupación “se han quedado a décimas” de las obtenidas en el último ejercicio prepandemia.

En este sentido el sector regional espera que el turismo “tome el impulso definitivo” durante 2023 que consolide la tendencia al alza de los últimos años en la comunidad, pese “a la actual incertidumbre” económica.

Según ha apuntado Bazaga, “algunos estudios señalan que los turistas dejarán de lado el problema del coronavirus en 2023” pero “también se citan otras problemáticas que acechan, como la inflación o los cambios meteorológicos”.

En este último caso ha destacado que las últimas lluvias también han beneficiado al sector turístico frente al período de sequía que ha supuesto un elemento negativo para el área regional durante el pasado verano pese a las cifras obtenidas.

“Los informes apuntan a que el próximo año será positivo, pero la incertidumbre económica está ahí”, ha incidido la máxima responsable de la Federación Extremeña de Turismo Rural.

Bazaga ha detallado que en 2022 se han registrado dos fases, una con cifras óptimas desde su inicio hasta noviembre y otra con datos “peores de lo previsto” a partir de ese mes debido a las repercusiones de la guerra de Ucrania y la inflación.

La subida de los costes de los combustibles y el impacto de los precios en las economías familiares ha influido en el último tramo del año.

Por otra parte, Bazaga ha afirmado que los datos de este año “no se pueden comparar con los registrados durante 2021” que se vio afectado aún por los momentos más duros del coronavirus y las restricciones, aunque también fue un ejercicio donde la ciudadanía huía de los destinos masificados.

En este sentido ha explicado que durante el pasado año se produjeron periodos marcados por las restricciones pero también un verano “como nunca se había vivido” en la región debido a la decisión de los turistas españoles de pasar sus vacaciones en zonas seguras y alejadas de las grandes aglomeraciones.