Una de las medidas que la Xunta anunció para parchear la falta de médicos de familia que atiendan los puntos de atención continuada (PAC, las urgencias extrahospitalarias) ha conseguido movilizar a 10 profesionales de los más de 2.500 que hay de esta especialidad en la sanidad pública gallega. Representan el 0,4% y son los que están dispuestos a asumir guardias que queden descubiertas en los PAC en los que la situación se ha vuelto precaria por la cantidad de plazas que están sin cubrir. La falta de profesionales ha llevado a que varios de estos centros se queden durante jornadas completas con una única enfermera al frente y sin personal médico.
El problema se concentra en el área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, en la que hay nueve PAC, para la que se ha puesto en marcha esta medida inicialmente, aunque abierta a profesionales de toda Galicia. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, la presentó hace tres semanas, en vísperas de la manifestación en defensa de la sanidad pública que él y otros cargos del Gobierno gallego y del PP atacaron durante días. La protesta contra las políticas de los populares, insistían, estaba “politizada”. En las jornadas que precedieron a la movilización, que finalmente desbordó Santiago, se sucedieron las promesas y los anuncios: contratos de tres años para los médicos que acaben la especialidad de medicina de familia, un límite de 33 pacientes por día en las agendas en la atención primaria, más de 400 plazas en propiedad por concurso de méritos y sin examen y la bolsa de voluntarios para los PAC con un 20% de vacantes estructurales (plazas no cubiertas o cuyo titular está en una situación de baja prolongada).
A estas dos últimas medidas les dedicó Rueda buena parte de su comparecencia tras la reunión de su gabinete de aquella semana. Se extendió durante unos diez minutos y respondió a media docena de preguntas de los medios sobre el tema. El núcleo de sus explicaciones consistió en detallar el dinero extra que recibirán los médicos que cubran esas guardias: entre 690 y 5.300 euros brutos al mes, en función de para cuántos días se anoten como disponibles y cuántas jornadas sean efectivamente requeridos en los centros.
Entonces Rueda expuso que se trataba de una iniciativa “coyuntural y necesaria” y que, si funcionaba bien, la Xunta se plantearía extenderla a otras áreas sanitarias, además de la de Pontevedra y O Salnés. “Esperemos que tenga acogida entre los profesionales”, dijo el presidente gallego. A un día de que cierre el plazo para anotarse en una bolsa ampliamente publicitada, el ofrecimiento de cobrar estos sobresueldos ha convencido a solo un puñado de los trabajadores del sistema.
Las plazas MIR convocadas con el PP
El diagnóstico de que en Galicia no hay suficientes médicos es compartido por Xunta, oposición, sindicatos y organizaciones sectoriales. En lo que no coinciden es en los motivos por los cuales falta personal. Las entidades que representan a los facultativos señalan en que son las condiciones del trabajo en el Servizo Galego de Saúde (Sergas) las que impiden atraer y retener a más profesionales. Entre las cuestiones problemáticas señalan algunas de tipo económico, pero también la precariedad de los contratos o la sobrecarga en áreas como la atención primaria, en la que los médicos ven a muchos más pacientes de los recomendados por jornada. La saturación hace que la espera para una consulta siga superando la semana en muchos centros de salud de la comunidad.
El Gobierno gallego se aferra al argumento de que la responsabilidad de que no haya más médicos es del Gobierno central por no convocar más plazas MIR (médico interno residente). Ese periodo de formación en una especialidad médica, sin embargo, dura, en general, cuatro años. Esto quiere decir que los profesionales que han terminado en los últimos años entraron en el MIR en convocatorias anteriores a las de 2019, es decir, cuanto el Ejecutivo estatal estaba dirigido por el PP.
En Galicia la Xunta ha afirmado que la convocatoria de 2023 es la más alta de la historia. Son 620 plazas en total, de las que 207 son para medicina familiar y comunitaria. Desde 2011, las plazas MIR para médicos de familia se mantuvieron en Galicia en torno a 90, hasta que en 2017 subieron a 98 y desde entonces mantienen una senda ascendente.
NOTA: Tras la publicación de esta información, el Servizo Galego de Saúde ha informado de que se han anotado nueve médicos más en las últimas horas, hasta un total de 19, como voluntarios y de que el plazo para inscribirse se mantiene sin fecha límite.