35.000 personas, según la policía, se han congregado este domingo en las calles Santiago, una ciudad que no llega a los 100.000 habitantes, para reclamar la necesidad de una sanidad pública de calidad en Galicia. La protesta ha desbordado las previsiones de sus organizadores tras una semana de nervios en la Xunta, con Alfonso Rueda al frente de una estrategia que pretendía desacreditar la convocatoria, tildándola de acto político controlado por Bloque Nacionalista Galego y Partido Socialista.
Una de dos: si el Gobierno gallego tiene razón y estamos ante una manifestación controlada por los partidos, la capacidad de convocatoria de la oposición estaría muy por encima de lo imaginable hasta la fecha; si no la tiene, se confirmaría que la preocupación por la desmantelación de la sanidad gallega es un clamor ciudadano.
Mientras parte de los manifestantes comenzaban a llenar la Praza do Obradoiro (punto final de la protesta) muchos aún no había conseguido salir del lugar de inicio de la marcha, un par de quilómetros atrás. De nada ha servido el último intento del Gobierno gallego de desanimar a los ciudadanos que habían apuntado este domingo soleado en sus agendas. Durante una entrevista en la Radio Galega, controlada por el Partido Popular, el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, insistió este domingo en los mantras ordenados por los equipos del sustituto de Alberto Núñez Feijóo: “Cuanto peor le va a la sanidad, mejor le va al Partido Socialista”, “para manifestaciones las de la Xunta todos los días en los foros”.
Y es que la programación de los medios públicos que controla el Gobierno gallego se ha volcado este domingo en los actos de la Feira do Cocido de Lalín, un evento gastronómico que se celebra anualmente y que contaba con el presidente de la Xunta como invitado de honor. No en vano, el propio Alfonso Rueda advirtió esta semana que entre manifestación y cocido él optaba por lo segundo.
Los mensajes no han conseguido evitar una protesta masiva en la que en boca de todos estaban las comparaciones con aquella gran movilización que el 1 de diciembre de hace 20 años llevó la indignación por la catástrofe del Prestige a las mismas calles en donde ahora se clama por los agujeros en la sanidad que gestiona el Partido Popular.
La protesta llega al final de una semana en la que el PP gallego ha salido en defensa de la alcaldesa de Boimorto (A Coruña) a la que hace solo unos años abrió un expediente por saltarse todo el orden lógico para ponerse de primera en la cola de vacunación cuando las vacunas escaseaban y el afán público era proteger a los más vulnerables: ancianos y enfermos con patologías previas. Ahora los conservadores confirman que esta regidora será su candidata de nuevo para las municipales mientras aseguran que lo de vacunarse cuando no le tocaba fue un error ya subsanado porque la protagonista del escándalo se arrepintió mucho de lo hecho.
Sobresueldos para los médicos
En los últimos días no han faltado las reuniones entre cargos de la Xunta y representantes del sector profesional de la medicina en un intento por calmar las aguas y evitar una huelga del sector, ante las dificultades para atender a los pacientes en lugares clave como los puntos de atención continuada, la Atención Primaria, la urgencias y los servicios de pediatría. Como respuesta, la Xunta ha ofrecido un cheque de 5.000 euros en sobresueldos para los doctores que quieran trabajar fuera de su horario para cubrir los agujeros de aquellos lugares que carecen de facultativos.
En el acto han participado los líderes de la oposición, Ana Pontón y Valentín González Formoso, y alcaldes como Abel Caballero o Xosé Sánchez Bugallo. La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, ha calificado la protesta de “emocionante e histórica”: “Es una jornada emocionante e histórica en este país donde miles de personas, cargadas de razones y también con la fuerza del corazón vienen a defender la sanidad pública, a decirle al PP que no van a permitir que sigan jugando con su salud”. En la misma línea, el secretario xeral del PSdeG-PSOE, Valentín González Formoso, ha segurado que el éxito de la protesta llega tras “el silencio rotundo, las ocurrencias y los parches” de la Xunta de Galicia en materia sanitaria.