Su particular forma de afrontar el debate político y la gestión municipal no le han costado el reproche en las urnas y el reelegido alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, continúa protagonizando broncas públicas con oposición y funcionarios. En el pleno que esta semana debatía cuatro modificaciones presupuestarias -que acabaron por salir adelante gracias al apoyo o abstención del PP- por casi 15 millones de euros, repartió críticas en todos los flancos. La principal, la que afecta a la tesorera del Ayuntamiento, a la que el regidor anunció que va a despedir por “tiquismiquis” y porque la considera la razón principal del retraso en la tramitación de facturas. En la misma sesión llamó al interventor “negligente”.
La sesión extraordinaria arrancó con una primera modificación de crédito de 5,5 millones de euros. El portavoz del BNG, Luís Seara, criticó la falta de concreción de la justificación: “Hay que pagar facturas a las que no se pudo hacer frente por circunstancias diversas. ¿Cuáles son esas circunstancias?”. María Fernández, por parte del PSOE, criticó que la liquidación de los presupuestos no se hiciese en plazo -este vence al terminar febrero- y señaló que, además, está “informada negativamente por la intervención”. Se opuso a la modificación que se debatía porque, dijo, no significa que las facturas pendientes se vayan a cobrar, sino que se reconocen para que haya una partida presupuestaria.
El PP sí se mostró a favor. Ana Méndez expuso que el voto de su partido sería positivo “por seriedad y por criterio” y “por las empresas, autónomos y comercios de Ourense”. “Todos esos asesores que tiene y esa administración paralela que tiene, pónganse a trabajar. Usted será un excelente presidente de comisión de fiestas, pero como gestor es bastante desastre”, le espetó a Jácome.
El alcalde replicó a cada acusación. A esta del PP, en primer lugar. “Y así se demostró en las últimas elecciones. A mí lo que me importa es lo que opine el pueblo, no ustedes”, le contestó a Méndez, recordándole que el partido que él encabeza, Democracia Ourensana, una formación populista de derechas, incrementó sus apoyos y se convirtió en la fuerza más votada en la ciudad pese a los audios publicados las semanas previas a las elecciones en los que se escuchaba al regidor ourensano presumiendo de saber blanquear dinero. Para evitar perder la Diputación de Ourense, los populares y Jácome reeditaron el acuerdo del mandato anterior para repartirse las instituciones.
Sobre los retrasos en la tramitación de facturas, el regidor tiene un responsable claro: “La culpa es del sistema funcionarial. En los primeros cuatro años hicimos tantas cosas que este tema no lo dejamos atajado, pero lo vamos a atajar ahora”. Les dijo a los partidos que ahora están en la oposición que “la máquina del Ayuntamiento está todavía oxidada” a consecuencia de las decisiones que ellos tomaron cuando gobernaron. “Dejaron a tropecientos enchufados, la mayoría sin cualificación. No hay personal para hacer labores administrativas de alto nivel. Es una situación heredada. La culpa la tienen ustedes”, insistió.
En su argumentación, si toda la maquinaria la llevan los funcionarios, no cabe responsabilizarlo a él como máximo cargo político: “¿Qué culpa tiene el alcalde de que el trámite sea lento?”. En este punto dirigió sus críticas contra la interventora, nombrada con un gobierno del PP que entonces encabezaba Jesús Vázquez. La liquidación del presupuesto del año anterior, admitió, tiene que estar lista antes de que empiece el mes de marzo, pero “la tesorera lo hace en mayo y se retrasa todo el proceso”. “¿Es culpa del alcalde? No, es culpa de la tesorera”, dijo. “Esta tesorera tiene un problema grande, es una persona que ralentiza mucho por ser una tiquismiquis, mucho más que un notario o un juez”, prosiguió y aseguró que la va a relevar y ya se lo ha notificado.
Después, Jácome cargó contra Seara y el interventor por una crítica que el edil del BNG hizo en su intervención. En una partida para la empresa del agua, Viaqua, que debía ser de 250.000 euros aparecían 1,7 millones y dijo no conocer el motivo. “No desconoce la razón”, arrancó el alcalde, “la desconoce el interventor, que es el que pone eso. No haga esas razones suyas”. A continuación le llamó “negligente” porque considera que, dadas sus afirmaciones, “no se leyó el expediente”. “Y posiblemente lo sea [negligente] también el interventor en este punto por cometer un gazapo tan grande, porque me da la sensación de que el señor interventor tampoco se leyó el expediente, porque, si lo leyera, no diría eso”. Zanjó que los representantes del BNG son “unos vagos” y hacen “una oposición de barra de bar”. Su explicación es que la cantidad es más elevada porque incluye cuatro mensualidades.
Tanto el interventor como Seara trataron de intervenir para contestar a las acusaciones del alcalde, pero él no se lo permitió. Al edil del BNG le dijo que no consideraba que le tuviese que volver a dar la palabra por alusiones y al interventor lo cortó cuando comenzó a hablar: “No tiene la palabra”.