El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, se suma a la campaña de la Iglesia católica contra la eutanasia: “Es un acto homicida”. La ley que regula la muerte digna entra en vigor este viernes y los representantes eclesiásticos han hecho pública una vez más su oposición. Barrio ha difundido una carta pastoral en la que recomienda hacer un testamento vital para manifestar el rechazo al derecho recogido en esta nueva norma.
Lo que debe aplicarse, incluso en el caso de “sufrimiento insoportable”, es la “atención humana, espiritual y médica”, defiende. Avisa de que la eutanasia es contraria a las posiciones de la Iglesia: “Una acción o una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del dios vivo y creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida, que se ha de rechazar y excluir siempre”. En su carta desliza que el fin es “eliminar a la persona cuyo sufrimiento no se puede soportar”.
El arzobispo compostelano insiste en que la vida es “un valor sagrado” y que es necesario protegerla “en cualquiera de sus circunstancias”. Existe, en su opinión, una cultura que “frivoliza la realidad de la vida”. Se muestra a favor de los cuidados paliativos, pero no de la eutanasia o el suicidio: “Son una derrota para todos”. “Sembrar esperanza verdadera, aliviar la soledad con una compañía afectiva y efectiva, hacerse cargo del enfermo: en esto consiste la verdadera compasión”, sostiene.