Los bancos de alimentos han notado este año y el anterior un incremento de la demanda, que atribuyen a un cambio de perfil del solicitante debido a la pandemia: se acercan a pedir productos básicos más personas que antes subsistían con algunos ingresos en negro y ahora han perdido esta vía para obtener algo de dinero. La presidenta del banco de A Coruña, Conchi Rey, asegura que suben cada vez más las peticiones de las entidades: “Hay gente que antes percibía 300 ó 400 euros procedentes de la economía sumergida que ahora no tienen”.
Estas personas, que vivían en la precariedad, se han encontrado con que han perdido esos recursos con la irrupción de la COVID-19 y recurren con más intensidad a las entidades de ayuda. Pese a estas mayores necesidades, los bancos de alimentos aseguran que tienen suficientes reservas para atender la demanda y descartan que se vayan a quedar desabastecidos en la temporada navideña. El presidente de la entidad en Ourense, Cecilio Santalices, señala, según cita Europa Press, que en los tres primeros trimestres de 2021 repartieron 694.313 kilos de alimentos, tras haber conseguido, por diferentes vías, un total de 740.451.
“En esta semana hemos acabado de hacer entrega a las entidades de toda la provincia de un gran lote de alimentos no perecederos”, explica sobre el trabajo que desarrollan y que incluye la recogida de productos perecederos, frescos y congelados a través de las aportaciones de empresas o de instituciones. Para 2022 ya adelanta que van a necesitar donaciones y colaboraciones para productos de primera necesidad, como leche, aceite, conservas y alimentos infantiles.
La campaña que denominan 'gran recogida' ha tenido menos participación este año. Según Santalices, las aportaciones han caído en torno a un 40% con respecto a 2020. De ahí que prevea que los recursos que tendrán el año que viene serán “más limitados”. “Se ha resentido la capacidad de los ciudadanos para poder colaborar y es comprensible porque muchas personas se han visto afectadas por las consecuencias de la pandemia a nivel tanto económico como social”, reflexiona. Otro de los objetivos del Banco de Alimentos de Ourense, dice, es luchar contra el desperdicio alimentario. El año pasado se perdieron más de 1.300 millones de kilos de productos aptos para el consumo, señala.
El presidente del Banco de Alimentos de Vigo, Iván Martínez, asegura que las donaciones económicas les permiten estar abastecidos, pero percibe también que “no son tiempos para dar dinero”. La responsable de esta entidad de recogida y distribución de alimentos en Lugo, Amadora Núñez, afirma que han pasado por momentos “muy duros” desde que empezó la pandemia.