No todo es felicidad para el PP gallego en la resaca de las elecciones del 18F. Vigo sigue siendo un pozo negro para los populares. La mayor ciudad de Galicia, donde el socialista Abel Caballero gobierna con una amplísima mayoría absoluta -19 de 27 concejales-, fue la única urbe donde los populares no lograron ser la fuerza más votada. Lo habían conseguido por apenas unas décimas en 2020, coincidiendo con el mejor resultado de Caballero, pero esta vez el pujante BNG de Ana Pontón, que obtuvo sus mejores resultados en la ría viguesa, lo superó por casi dos puntos -37% frente a 35,2%-. Como telón de fondo se mantiene la perpetua crisis del partido en la localidad. El primer día de campaña se supo que su presidenta, Marta Fernández-Tapias, dejaría la política tras las autonómicas; y así lo ha hecho. Como en el mito de Sísifo, una gestora tendrá, otra vez, que tratar de dar estabilidad a los populares y construir una alternativa propia. Todos sabían que no era un camino fácil, pero ha arrancado con tropiezos.
“El PP en Vigo lleva muchos años yendo al infierno y esto acaba de empezar”. Quien así habla, en un audio al que ha tenido acceso elDiario.es, es una veterana militante. Se dirige en términos muy críticos a la gestora, encabezada por la delegada de la Xunta en la ciudad, Ana Ortiz, y su desesperación es una buena muestra de los sentimientos de los populares vigueses. La mujer presume de una larga trayectoria: “Yo llevo muchos años, y como yo mi familia, trabajando por la ciudad y por la parroquia y la gente que está aquí quisiera saber cuántas cosas hicieron, digo los que estáis ahí, por la parroquia y por Vigo. ¡Decid una sola cosa que habéis hecho!”.
Sucedió durante la presentación de la gestora a los presidentes de distrito y, por lo que se puede escuchar, el ambiente parece muy diferente a la placidez y concordia que el partido quiso transmitir en su comunicado oficial. En la nota del PP se habla de una reunión “para marcar las líneas estratégicas que guiarán a la formación en los próximos meses” en la que se fijó como “objetivo irrenunciable” seguir avanzando en la recuperación del espacio político perdido y consolidarse como una “alternativa sólida” a un PSOE en declive. En palabras de Ana Ortiz, restablecer la confianza de los vigueses en el PP de Vigo “a través de un proyecto integrador e ilusionante, con el que los ciudadanos vuelvan a sentirse identificados y que refleje el sentir mayoritario de nuestra ciudad”.
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“¿Dónde está la señora que se presentó para alcaldesa? ¿Dónde está Marta? ¿Dónde está? Todos los que se presentan y pierden se dan a la fuga”, empieza la intervención de la militante, que es interrumpida por un sonoro barullo. Sobre él se impone la voz de alguien que pide que la dejen terminar de hablar y, tras unos breves aplausos, la mujer puede continuar. “La gente que viene aquí tiene que decir lo que siente y no callarse, porque yo no me debo a nadie aquí”. Y su intervención así lo demuestra. “Me llevaría todo un día y algo más para decir todo lo que habéis hecho mal. Pero lo peor es que el daño se le hace al partido, no a vosotros, que estáis aquí un día y mañana marcháis”. El PP de Vigo, que no ha querido valorar el audio, ha evitado confirmar si se trata de una de las jefas de distrito convocadas por la gestora.
Suena a que se le ha acabado la paciencia porque llueve sobre mojado. La de Fernández-Tapias es tan sólo la última espantada. No es la primera, pero quizá ésta fuese especialmente dolorosa. Primero, porque quien la anunció no fue ella, sino el PSOE, que eligió para desvelarlo el día que arrancaba la campaña de las elecciones autonómicas. A la presidenta local sólo le quedó admitirlo. Los motivos que se alegaron en todo momento fueron personales y desde su entorno, hoy, la ubican en Madrid. En su decisión pudo haber pesado no ser la elegida para presidir la Deputación provincial.
Dos años de presidenta tras dos años de interinidad
Pese a postularse claramente para el puesto, los poderosos alcaldes del interior de la provincia -los herederos de la boina, aquella facción rural y gallegohablante que lideraba el delfín de Fraga, Xosé Cuíña-, volvieron a imponer a uno de los suyos. Luis López, Lugués, exalcalde de Rodeiro -un municipio de poco más de 2.000 habitantes-, que ya había sido aupado a la delegación provincial de la Xunta cuando su titular tuvo que dimitir tras ser condenada por prevaricación y fraude.
Los hechos databan de 2011, la Deputación y el ayuntamiento de Moraña adjudicaron las obras de un campo de fútbol de hierba sintética que ya estaba prácticamente finalizado. Una maniobra de la que fueron encontrados culpables la alcaldesa, Luisa Piñeiro, por entonces ya delegada de la Xunta, y el que era presidente de la Deputación, Rafael Louzán, crecido a la sombra de Cuíña y clave en la elección de Feijóo al frente del PPdeG. Apartado de la primera línea tras perder la presidencia, hoy es el máximo responsable de la Federación Galega de Fútbol, una entidad que ha recuperado sus fuertes lazos con el ente provincial.
Reconquistar la Deputación en 2023 fue tan inesperado para el PP que, en Rodeiro, 16 personas de la lista popular tuvieron que renunciar para que López pudiese acceder al acta de concejal que necesitaba para presidirla. Desde la toma de posesión del gobierno, la presencia de Fernández-Tapias en el ente provincial -donde ocupaba la vicepresidencia primera y se encargaba del área de Cultura- fue casi simbólica, hasta su marcha.
Fernández-Tapias dejaba así un cargo en el partido al que llegó para poner fin a una interinidad de dos años y medio y en el que no resistió ni siquiera un tiempo equivalente. Accedió a la presidencia local del PP en diciembre de 2021, en un congreso en el que se enfrentó al senador y exconselleiro Javier Guerra. En esa batalla, pese al relato oficial de la pax feijóoniana, no faltaron ni guerra sucia ni acusaciones de pucherazo, lo que llevó a intervenir a Génova. La entonces delegada de la Xunta en Vigo se imponía con un 57% de los votos. Aquel día, Alberto Núñez Feijóo -todavía presidente de la Xunta y del PPdeG- le ponía deberes: pedía a todos que “remasen” en la misma dirección“ para no ”volver a fallar“ y construir ”una alternativa real“ al gobierno de Abel Caballero.
El congreso de 2021 pretendía cerrar heridas. Ponía fin a los 30 meses de mandato de una gestora -encabezada por la última alcaldesa popular de Vigo, Corina Porro- desde que Elena Muñoz dimitiese de la presidencia del partido. La antigua conselleira de Facenda de Feijóo se presentó en dos ocasiones contra Caballero y en cada una de ellas los socialistas mejoraron sus resultados. Si en la primera, el PP -que ya no gobernaba- dejó de ser la fuerza más votada, en la segunda el PSOE de Caballero tocó techo con 20 concejales y un 67,6% de los votos. El líder del PP le agradeció los servicios prestados guardándole un hueco en el Senado. Hoy, ha regresado al segundo nivel de la administración autonómica. “Todos los que se presentan y pierden se dan a la fuga”. Las palabras de la militante parecen resonar con eco pero, en realidad, es la historia, que se repite.