La portada de mañana
Acceder
16 grandes ciudades no están en el sistema VioGén
El Gobierno estudia excluir a los ultraderechistas de la acusación popular
OPINIÓN | 'Este año tampoco', por Antón Losada

Un brote de gripe aviar que infectó a una granja gallega de visones preocupa en la red de vigilancia europea

Un brote de gripe aviar que afectó a los visones criados por su piel en una granja de Carral (A Coruña) el pasado mes de octubre ha puesto en guardia a los responsables de las redes de vigilancia europea. La revista científica Eurosurveillance, publicada y financiada por el Centro Europeo para la Prevención y Control de las Enfermedades, incluye en su último número un estudio que sugiere que el virus saltó de aves salvajes a los mamíferos, mutó y pasó a contagiarse entre estos. Su análisis ha mostrado que contiene una mutación que ya estaba presente en el virus de gripe porcina que provocó en 2009 una pandemia en humanos.

El estudio señala que en la primera semana de octubre de 2022 se detectó en la granja una mortalidad mayor de la esperada entre los visones. Alcanzó su pico entre el 17 y el 23 de ese mes, con una tasa del 4,3%. Los animales infectados tenían síntomas como la pérdida de apetito, hipersalivación, depresión, sangre en el hocico y manifestaciones neurológicas como ataxia y temblores. Las muestras que se tomaron dieron negativo en la prueba para detectar el coronavirus. Al haber aparecido en Galicia varias aves salvajes marinas (alcatraces y gaviotas) enfermas o muertas a causa de la gripe aviar en aquellos días, se buscó también un virus relacionado y se confirmó que era el que estaba afectando a los visones. El análisis genético detectó una mutación muy rara en este virus que afecta a la proteína PB2 y que se vincula con su adaptación a células de un animal mamífero. Es la que estaba presente en la gripe porcina de hace más de una década. El informe señala que “puede tener consecuencias en la salud pública”.

Los casi 52.000 visones criados en la granja fueron sacrificados. Los 11 trabajadores que habían tenido contacto con los animales se sometieron a pruebas para detectar el virus, en las que dieron negativo, y tuvieron que hacer una semicuarentena de 10 días. Desde que se empezaron a detectar brotes de COVID en las granjas de estos mamíferos en Europa, los empleados llevan mascarillas.

El artículo explica que el origen del brote es desconocido. Expone que, aunque los animales eran alimentados con productos derivados de aves, estos procedían de suministradores ubicados en Galicia en los que no se detectó ninguna infección por el virus de la gripe aviar. Teniendo en cuenta que las infecciones de visones coincidieron con la aparición de varias aves marinas afectadas en zonas próximas de la costa gallega, “se puede suponer” que estos animales salvajes pueden haber tenido “un papel importante en la introducción del virus en la granja”. En las instalaciones los visones estaban en jaulas cubiertas en la parte superior, pero cerradas con rejas por los laterales, lo que habría permitido el contacto con otras especies que hubiesen entrado en el recinto.

La evidencia experimental y de campo ha demostrado que los visones se pueden infectar tanto de los virus de la gripe A que afectan a aves como de los que afectan a humanos, por lo que la especie es una “coctelera” vírica en potencia que puede favorecer la transmisión entre especies, agrega el estudio. Por ello pide prevenir que los visones se puedan infectar. Este tipo de explotaciones de animales fueron puestas en cuestión con la irrupción del COVID y en Europa se aceleraron los cierres de granjas, pero España se resistió a esa tendencia. La mayor parte de las instalaciones de este tipo dentro del Estado español se encuentran en Galicia.