El argumento único con el que la Xunta de Galicia y el PP responden por norma cualquier acusación sobre manipulación o represión a los periodistas críticos en la TVG, los buenos datos de audiencia del canal público, hace aguas. El número de espectadores de A Galega ha sido siempre, para los populares, la demostración palpable de que su gestión era la correcta. Igual que los votos recibidos por un condenado por violencia machista legitiman que pueda ser integrado en un grupo municipal, aunque eso haga que el presidente Alfonso Rueda deba romper su palabra, un share elevado es la prueba del algodón de que no hay propaganda ni dirigismo político. Pero hasta eso está desapareciendo. Pese a que, oficialmente, la cúpula de la corporación niega cualquier tipo de “preocupación” por las cifras, lo cierto es que existe y ya se ha cobrado sus primeras piezas. Y es que la caída es demoledora.
En lo que va de 2024, la TVG ha perdido casi un 30% de su cuota de pantalla. Si finalizó 2023 con una media del 11%, promocionada por la corporación de medios públicos como “la más elevada desde hace once años”, los últimos datos de audiencias, los del mes de abril, caen hasta el 7,9. El canal, acostumbrado a verse sólo por detrás de TV3 en la carrera por ser el más visto de la FORTA, la federación de televisiones autonómicas, ha visto cómo lo adelantaban Aragón TV, ETB2 y, en los últimos 30 días, también Canal Sur. Curiosamente, el desplome ha llegado tras las elecciones autonómicas en las que la televisión pública se empleó a fondo para fusionar su línea informativa con la estrategia del PP.
Con las últimas cifras en la mano, y pese a la preocupación en los pasillos de San Marcos –la sede de la CRTVG–, la cúpula de la corporación niega a la mayor: “La TVG es el canal líder destacado en Galicia con un 21% de cuota de pantalla de lunes a viernes y también lidera entre los canales autonómicos”. El departamento de comunicación basa sus palabras en los datos de la primera ola del Estudio General de Medios “que cuenta con la representación de todos los grandes grupos de comunicación de España”.
Que TVG se encomiende al EGM es otra anomalía específica del canal autonómico gallego. En televisión, las cifras que las cadenas –y sus anunciantes– tienen en cuenta para contabilizar sus espectadores son los audímetros, un procedimiento directo y coincidental compartido por todo el sector. Es esta audimetría la que ha constatado el persistente descenso de la TVG.
Sin embargo, en su respuesta, el canal autonómico elige fijarse en lo que le dice el EGM, un estudio que se elabora en base a encuestas y que está pensado para la radio convencional, que no dispone de otra forma para medir sus oyentes. La baja fiabilidad del método provocó que Mediaset –propietaria de Telecinco y Cuatro– sacase a sus cadenas de la consulta, aunque ha vuelto a incorporarlas en este 2024.
El pasado 25 de abril, recogiendo los datos del EGM, la cadena anunciaba: “TVG es líder con 6,4 puntos más, de lunes a viernes, que el siguiente competidor, Antena 3, y a 8,3 del otro canal público que emite en Galicia (TVE, 12,7%)”. En datos totales, TVG alcanzaba el 20,6%, Antena 3 el 14,4% y, tras TVE, la reincorporada Telecinco se quedaba en el 10%.
Pero no sólo eso: el EGM dejaba también a la televisión gallega como la más vista entre las autonómicas, “aumentando” hasta los 3,9 puntos la diferencia con la siguiente –a la que no menciona, pero se sobreentiende que es TV3–. Datos que están en las antípodas de los oficiales, los registrados a través de audimetría en tiempo real.
De la segunda a la quinta
Si TVG despedía 2023 sacando pecho de ser uno de los “motores” de la FORTA y de superar su promedio de pantalla en 2,5 puntos, tres meses después, en marzo, A Galega se quedaba al doble de esa distancia de la líder de las autonómicas, TV3 y su 13,2%. No sólo eso: también por debajo del 10,8 de Aragón TV e incluso de la vasca ETB2, aunque ambas empataban con un 8,5 de share. Por detrás, Canal Sur a sólo cinco décimas.
En abril, todos los motores de la FORTA mejoraron sus cifras... excepto el gallego: TV3 se disparaba con un 13,8%; Aragón TV ganaba siete décimas (11,5); ETB más de un punto (9,7), y Canal Sur un exiguo 0,1, que fue suficiente para superar a una TVG que cayó seis décimas, hasta quedarse el 7,9 por ciento de audiencia. De momento, el nivel más bajo del año.
Tras cerrar 2023 con un 11% de cuota de pantalla –que fue también el que consiguió en diciembre–, la caída comenzó con el cambio de calendario. Según la información elaborada para elDiario.es por Dos30', utilizando los datos de los audímetros de Kantar Media, el descenso empezó primero con sólo unas décimas –10,2 enero, 10 en febrero– para pasar a desplomarse a continuación.
En marzo, el share de la TVG se quedaba en el 8,5% y en abril siguió cayendo hasta ese 7,9%. Cada vez más lejos del umbral de las dos cifras, el que, históricamente, los directivos de la casa han considerado que marca la diferencia entre ser relevante y no serlo, tanto para su labor de servicio público como para contar con influencia mediática.
Mientras, la realidad paralela del EGM ofrece cifras estratosféricas para la TVG: “En la franja de sobremesa, la audiencia crece hasta el 34,9% –dobla de largo al siguiente, Antena 3, con un 16,7%– y por la noche alcanzaba el 19,2%, frente al 12,6% de A3. Los martes (23,4%), lunes (22,6%) y jueves y domingos (22,4%) son los días de mayor audiencia”.
Caen los informativos
Este descenso se acusa de forma notable en los informativos, especialmente, los del mediodía, donde la cadena logró siempre sus mejores datos, una franja que ahora se ha convertido en uno de los quebraderos de cabeza para la dirección. En 2023, según la propia nota de la corporación, el “informativo de proximidad” Galicia Noticias registraba una media anual del 20,8%, mientras el Telexornal Mediodía, que se emite justo a continuación, se quedaba dos puntos por debajo.
Con los datos de Kantar ofrecidos por Dos30', la suma de los doce meses deja un promedio más bajo: el 19,65% para el Galicia y un 18 raspado para el Telexornal. Sin embargo, esas cifras no se han alcanzado en 2024. Galicia Noticias hizo un 19,3 en enero, 17,6 en febrero, 16,7 en marzo y 17,2 en abril. Los registros de estos dos últimos meses son, curiosamente, calcados a los de 2023, un año en el que logró meses por encima del 21 por ciento pero que justo en marzo y abril se quedó en el 16,3 y el 17,8, siempre por debajo de los 80.000 espectadores.
Por su parte, el TX, que alcanzó por última vez los 18 puntos el pasado octubre, no ha llegado al 17 en todo el año. Empezó 2024 con 16,7 en enero y 16,3 en febrero para sufrir una caída de casi tres puntos, hasta el 13,7, en marzo y una pequeña remontada en abril, 14,5. Remontada en porcentaje, pero no en número de espectadores: 78.000 frente a los 80.000 del mes anterior. Doce meses antes, el espacio obtenía un 17,8 y 103.000 televidentes. Esos tres puntos suponen dejarse por el camino 25.000 espectadores, una cuarta parte del total.
Por último, el Telexornal Noite, siempre lejos de esas cifras, cerró 2023 con 11% de promedio. Lo rozó en enero de 2024 con un 10,9, perdió seis décimas más en febrero y luego llegó la caída: 9,4 en marzo y 8,5 en abril. En total, lo ven 54.000 espectadores, que no es un gran descenso con respecto a los 61.000 de abril pasado, pero sí frente a los 85.000 con los que se abrió el año: una caída de casi el 40%.
Experimentos matutinos y el salvavidas del Dépor
El balance triunfalista de 2023 tampoco se olvidaba del prime time, donde han rodado las primeras cabezas. El mejor día de la semana era el jueves, cuando Land Rober Tunai Show –el programa donde Alfonso Rueda inició su precampaña– alcanzaba la cifra más elevada, un 12,4%. Desde marzo, el promedio ha caído más de dos puntos. Aún así, el buque insignia de las noches de la cadena es de lo que mejor aguanta el tipo.
TVG destacaba en diciembre las buenas cifras de otros dos espacios: el histórico Luar, con tres décadas en pantalla, y Bamboleo, el espacio de variedades de los sábados. Casi al mismo tiempo en que se publicaba ese comunicado, éste último, un formato que llevaba en antena desde 2011, desaparecía de la parrilla sin explicación oficial, aunque los problemas de salud de su presentador, el veterano Xosé Manuel Piñeiro, hayan podido pesar tanto como las cifras.
También ha caído Atrápame se podes, el concurso del acces prime time, un formato de preguntas y respuestas que se puede ver en otras autonómicas, como TV3 o Canal Sur. Tras varias semanas sin conocer cuál sería su destino, a pesar de tener todavía programas grabados que permanecían inéditos, ya se conoce su futuro: desde este lunes puede verse a las 13:15, justo antes del Galicia Noticias.
El cambio supone la enésima reconfiguración de una franja matinal a la que siguen sin encontrar la tecla. Atrápame ocupará el hueco de otro clásico, el magazine A Revista, que volverá a emitirse de 11 a 12, el horario que tenía hace apenas un mes.
Estas decisiones erráticas y contradictorias son, para los trabajadores de la casa, la prueba del “nerviosismo” de sus jefes por una tendencia que, de momento, no parecen saber cómo revertir. Los experimentos han llegado también a las tardes del fin de semana, donde la última apuesta ha pasado por el ascenso del Deportivo de La Coruña.
El tirón de los blanquiazules es innegable. Incluso desde la tercera categoría del fútbol habían llegado a colapsar los servidores de la corporación cuando sus encuentros se emitían a través de la web. Sus partidos, como los el resto de equipos gallegos de categorías no profesionales, se emitían por el segundo canal, la G2, dentro del espacio En Xogo. Sin embargo, en la recta final de la competición, los choques en Riazor pasaron a la primera cadena. El domingo 12 de mayo, la victoria decisiva ante el Barcelona B, que supuso el retorno del Dépor a la segunda división y el éxtasis en la ciudad, alcanzó un 22% de audiencia.
Pero ese hito ya pasó y, tras coronar esa cumbre, de nuevo se adivina un duro descenso. No hay más que fijarse en el resto de cifras de ese día, publicitadas por la radio pública. No hay efecto arrastre y el prime time no supera el 6%.
El mensaje oficial de tranquilidad que sale de San Marcos tiene otro punto de apoyo, además del discutible EGM: el lanzamiento en enero de AGalega.gal, autodefinida como “la mayor plataforma de contenidos audiovisuales en gallego” no sólo de Galicia sino “del mundo”, un instrumento “que expande la oferta del canal a más soportes que ya no son el televisor tradicional, que es en lo que se basan los medidores que reflejan esa merma en el consumo, justo en los primeros meses de 2024”.
La corporación cita informes “tanto internos como externos” –como el de SigmaDos30– sobre el consumo de vídeo bajo demanda que elevan su cuota de mercado hasta el 2,8% “a nivel de toda España”. Con la suma de esos datos, insisten, “no existe ninguna preocupación en cuanto a penetración y audiencias de la TVG”.
La audiencia como justificación para todo
En los buenos viejos tiempos, cuando casi no era noticia una cuota del 20% en prime time o del 30% en el Galicia Noticias, el uso político de la audiencia por parte del gobierno gallego era constante. Una costumbre que se mantuvo hasta el inicio de esta crisis. Un ejemplo: marzo de 2023.
El Colexio de Xornalistas y los sindicatos de la corporación de medios públicos se quejaron por los traslados forzosos que entendían como represalias a periodistas significados en el movimiento Defende a Galega, a quienes se negaron a retocar una información para hacerla más favorable a la Xunta o a quien, abiertamente, como víctima del terrorismo, había criticado a Feijóo por su falta de apoyo al colectivo.
La CRTVG puntualiza que todos esos casos “ya fueron juzgados” y las sentencias fueron siempre “favorables” a la corporación. “La justicia desestimó íntegramente todas las demandas, demostrando la inexistencia de cualquier clase de represalia a los trabajadores o traslado forzoso” .
Las cuatro denuncias alegaban una modificación sustancial de las condiciones de trabajo que acarreaban una supuesta vulneración de derechos fundamentales. Las sentencias en primera instancia tan sólo se centraron en la primera parte y consideraron que los traslados de la televisión a la radio y viceversa no suponían esa modificación. Tres de las cuatro trabajadoras las han recurrido ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Y en lo que se refiere al fondo de la cuestión, si se conculcaron o no los derechos de los periodistas -lo que demostraría la existencia de represalias- se han abierto nuevos procedimientos. Una de las vistas ya se ha celebrado y las otras tres están a la espera de la resolución de los recursos.
Preguntado por esas “prácticas”, Alfonso Rueda tiró de manual y esgrimió que el “aumento en las audiencias que se produce sistemáticamente, sobre todo en determinadas franjas” refleja que los ciudadanos apuestan por el canal público “cada vez con más intensidad”, lo que consideraba “una buena noticia”. Ése era el mantra que, una y otra vez, se repetía en las interpelaciones en el Parlamento, tanto por parte de los miembros del gobierno autonómico como del todavía director xeral de la corporación, Alfonso Sánchez Izquierdo.
La caída en audiencias coincide con el inicio del proceso para relevar a Izquierdo. Tras seis años de protestas de trabajadores y oposición por el uso partidista de los medios públicos, Alfonso Rueda inicia mandato renunciando a buscar el consenso parlamentario para el nombramiento de su sucesor y opta por reformar la ley que impone una mayoría cualificada para nombrarlo: la Lei de Medios de 2012, que nunca había llegado a aplicarse por completo.
Si, para entonces, el descenso de share no se ha frenado, el próximo director xeral deberá buscar un nuevo argumentario. O, incluso mejor, crear las herramientas que dificulten el control político de la TVG, las que ya existían –y nunca se pusieron en marcha– en la ley que ahora se va a modificar.
RECTIFICACIÓN: Con posterioridad a la publicación de este artículo, la CRTVG se puso en contacto con elDiario.es para puntualizar las informaciones referidas a la incorporación de Mediaset al EGM y la marcha de las causas judiciales por supuestas represalias a trabajadores de la corporación, un aspecto que no se trataba en el texto original. Ambas novedades se han incorporado ya al texto.