El CIS abre la puerta a un gobierno de izquierdas en Santiago
El cambio en Santiago es posible. Este es, al menos, el pronóstico del Centro de Investigaciones Sociológicas, que en su encuesta preelectoral pronostica que el PP compostelano perdería la mayoría absoluta que ganó en 2011 y, tras un mandato con tres alcaldes y atestado de escándalos de presunta corrupción, no lograría superar la mitad de la corporación municipal nin uniéndose a Ciudadanos.
El CIS augura toda una revolución en la corporación de la capital gallega, que podría estar gobernada por una alianza de izquierdas y pasaría de estar compuesta por tres grupos a tener cinco. Esa hipotética mayoría alternativa al PP estaría formada por el PSdeG, que bajaría de 9 a 6 o 7 concejales, por la emergente Compostela Aberta, a la que el CIS le otorga 5, y por el BNG, formación a la que la encuesta deja con 2 actas, una menos que en la actualidad.
Por la parte derecha del pleno los populares pasarían de sus actuales 13 ediles a 10, lejos de una mayoría absoluta que tampoco podrían completar pactando con Ciudadanos. El partido de Albert Rivera, encabezado en Compostela por un exedil del PP, se estrenaría con 2 concejales.
El PP perdería diez puntos
En lo que se refiere a la estimación de voto el CIS sitúa al PP en primer lugar, con un 33% de los sufragios que supone 10 puntos menos de los logrados en 2011. También experimentarían una notable bajada los socialistas, que de casi el 31% descenderían al 23,2%. Compostela Aberta obtendría en su primer paso por las urnas un 19,8% de los votos y Ciudadanos, 7,9%.
Las cifras de intención de voto directo que refleja este estudio, realizado entre finales de marzo y principios de abril, cambian el orden de las fuerzas políticas de la izquierda. Así, el PP se mantendría en cabeza con un 17,4% y Compostela Aberta ascendería a la segunda posición, con el 13,6%. En este caso los socialistas serían terceros, con el 8,4%, Ciudadanos cuartos, con un 4,8% y el BNG, quinto con un 4,4%. Este indicador refleja también una alta tasa de indecisión, con hasta tres de cada diez votantes que dicen “no saber” a quien apoyarán el 24-M.