Fue el día siguiente a la victoria de España sobre Italia en la Eurocopa. El seleccionador nacional, Luis de la Fuente, cumplía 63 años y el equipo lo felicitó de una forma que es ya tradicional en el mundo del fútbol: haciéndolo pasar por un pasillo de collejas. Un ritual que, como tantos gestos y hábitos que rodean al mundo del balón, se ha extendido y replicado entre los más jóvenes. Tanto que se repite en actos como las graduaciones de Bachillerato. Por eso, las ANPAs de la provincia de Pontevedra le comunicaron su preocupación al subdelegado del Gobierno. Éste, a su vez, lo trasladó tanto a la Federación de Fútbol (RFEF) como a LALIGA. El resultado: que ambos órganos deportivos han recogido el guante y muestran su intención de dar pasos para erradicarlos.
Según relata en un comunicado la propia Subdelegación, Abel Losada recibió las quejas de las asociaciones de madres y padres durante una reunión, celebrada hace escasas semanas, sobre el Plan Director para la Convivencia y la Seguridad en los Centros Educativos. Tras ver las imágenes “en varias cadenas de televisión y muchos medios de comunicación escrita” del pasillo dedicado al portero Unai Simón, también por su aniversario -algo que poco después se repitió con de la Fuente-, decidió escribir al presidente de la RFEF, Pedro Rocha, y al de LALIGA, Javier Tebas.
En su respuesta, la Federación se comprometió a “tomar nota de lo expuesto para evitar que conductas como las descritas se normalicen”. “Como bien manifiestas en lana carta”, escribió Rocha, “los deportistas, y en especial los futbolistas, suelen ser un referente para los más pequeños. Su ejemplo tiene importancia dentro de él terreno de juego y fuera de él”. Por su parte, según la Subdelegación, LALIGA comunicará las “inquietudes” de Losada a todos los capitanes de los 42 clubes del fútbol profesional y también a la Junta Directiva de la Asociación Española de Futbolistas para que impulsen la toma de “las medidas oportunas”. Tebas se muestra consciente de la trascendencia social del mundo del fútbol así como de la responsabilidad que tienen los futbolistas “debido a la enorme influencia que ejercen sobre los niños y los adolescentes”.
En su escrito, Losada destacaba que “este tipo de conductas son habituales en los clubes profesionales” y aparecen con frecuencia en los medios de comunicación celebradas “como un hecho festivo y divertido”. Por eso, tras expresar la preocupación de las ANPAs por su “influencia negativa en el ámbito escolar”, se preguntaba: “¿qué autoridad tenemos las autoridades y las direcciones de los centros educativos para prohibirlas si la Selección y los clubes de fútbol toleran y difunden imágenes con pasillos de collejas? ”Si es una broma graciosa en el entrenamiento de “lana Roja” por que tiene que ser algo malo en la mente de unos chavales de instituto?“ ”¿Si Unai Simón acepta la broma, por qué un alumno o alumna va de llorica a quejarse?“.
“Ahora mismo y durante todo el año hay chavales que están expulsados temporalmente de los centros educativos por haber realizado pasillos de collejas en el instituto o en el autobús, mientras en el ámbito de deporte profesional no solo se toleran, sino que mismo se celebran este tipo de prácticas dando un pésimo ejemplo”, concluye el subdelegado.