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El expresidente de Caixanova pide perdón por las preferentes tras su paso por la cárcel

En junio de 2013 el que fuera presidente de Caixanova y después copresidente de Novacaixagalicia, Julio Fernández Gayoso, tuvo que comparecer en la comisión de investigación del Parlamento de Galicia sobre la fusión de la entidad que él encabezó con Caixa Galicia. El que había sido señor de la gran caja del sur gallego había empleado un tono displicente y había dedicado gran parte de su intervención a elogiar su propia gestión ante los miembros de la Cámara, que lo habían animado sin éxito a pedir perdón por algunos de los aspectos más controvertidos de los últimos años de las entidades, como la colocación de participaciones preferentes a personas sin conocimientos financieros.

Casi media década después Fernández Gayoso estaba citado este martes nuevamente en una Cámara parlamentaria. Ha sido en el Congreso de los Diputados, en la comisión que investiga la crisis financiera, a la que ha llegado menos de un año después de pasar siete meses en la cárcel como resultado de su condena en el caso de las indemnizaciones millonarias. El antiguo dirigente ha vuelto a ser generoso en elogios con su propia labor tanto en Caixanova como antes en Caixavigo, pero ha empleado un tono muy diferente a aquella intervención de 2013 y ahora sí ha decidido disculparse por las preferentes, productos cuya venta sí ha vuelto a ligar, no obstante, a la “buena fe”.

Como ya había manifestado en el Parlamento y también ante el propio Congreso en 2012, Gayoso ha admitido que él siempre estuvo “en contra” de la fusión con Caixa Galicia porque era partidario de la “receta” que “aplicaron todas, la unión entre cajas de distintas comunidades” porque habría evitado “solapamientos” y, de este modo, medidas “traumáticas” como un gran número de cierres y despidos. “El Banco de España pensaba lo mismo”, asegura, si bien afirma que la unión se produjo porque la Xunta no admitió ninguna otra posibilidad.

Tras ser cuestionado por Yolanda Díaz, diputada de En Marea, sobrelas preferentes el exbanquero ha asegurado que estos productos suponían -“en Caixanova”, recalcó- una “cifra modesta”, unos 300 millones de euros “sobre un balance de 30.000 millones” y habían sido lanzadas sin “intencionalidad de hacer cosas extrañas”. No obstante, admite, acabaron dando lugar a situaciones “dramáticas”.

“Sé que dio lugar a auténticos dramas” cuando desapareció la posibilidad de que clientes que las habían suscrito pudiesen deshacerse de ellas a partir del año 2011, esto es, ya con la entidad fusionada. Es por eso, afirma, que “incluye” lo sucedido en el “perdón de errores” que quiso manifestar ante la comisión. Se trató, matizó, “errores que pudimos cometer de buena fe”, ya que las preferentes también fueron compradas por “cientos de empleados” de la propia Caixanova y “miles de familiares”. “Los empleados no se iban a engañar a sí mismos”, agregó.

En el marco de la “autocrítica” ha añadido también Gayoso que, incluso antes de la fusión, “tenía que haber tomado medidas muy duras” para garantizar la viabilidad futura de la entidad durante la crisis, tales como cerrar oficinas “en pueblos pequeñas” en las que “perdíamos dinero” o limitar la concesión de créditos. Esas medidas, admite, nunca llegaron en unos años en los que Caixanova protagonizó una rápida expansión estatal e internacional, de la que el exdirectivo se ha jactado abiertamente. “Me acuso de no ir antes a la expansión internacional; las cajas fueron muy tímidas en la expansión internacional y la banca nos dio un baño”, dijo.