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“Mi familia fue represaliada por el franquismo, sólo pido que quien lo ordenó no tenga una calle”

El abuelo de Celia García Pillado fundó “un pequeño sindicato” en Ribeira (A COruña) en 1932. En los primeros años del franquismo “estuvo preso” por su militancia política, aunque “después le soltaron”. Su abuela también fue represaliada: “la vinieron a buscar a casa y le dieron una especie de paseo ejemplarizante” por el pueblo, desnudándola y humillándola en plena calle. Todo esto, relata Celia, sucedió mientras era jefe local de la Falange Miguel Rodríguez Bautista, alcalde ribeirense entre 1941 y 1959, quien sigue teniendo una calle dedicada en la localidad después de que el pleno municipal haya rechazado, por 11 votos a 10, la iniciativa en la que BNG, PSdeG y Ciudadanos reclamaban retirársela al amparo de la Ley de Memoria Histórica. Durante el pleno “me ardió la sangre” y no pudo evitar intervenir para replicar las palabras del alcalde, Manuel Ruiz Rivas (PP), que como antes había hecho en una carta abierta publicada en la prensa local, defendió la continuidad de la calle basándose en la gestión de Rodríguez Bautista en la alcaldía y, además, alegando que “no hay ni una sola evidencia de que en Ribeira se hubiese represaliado” por mandato “de este señor”. [Entrevista realizada originalmente en gallego]

¿Cómo ha vivido usted tanto el debate plenario como la controversia de los días previos?

Lo viví mal. Mi familia durante ese tiempo sufrió mucho y ahora sólo esperaba que el Ayuntamiento de Ribeira cumpliera la ley. Pero no quiere cumplirla y es doloroso.

El actual alcalde dijo que no le constaba ningún acto represivo en la etapa de Rodríguez Bautista. Pero en su familia sí consta...

Yo no sé si hay datos de esto, en el año 77 la mayoría de los documentos de la Falange fueron destruidos. Pero él no puede decir eso. Ser jefe provincial y local del Movimiento lleva consigo represión. Esto es un pueblo muy pequeño y en los años duros del franquismo él [Rodríguez Bautista] era quien daba las órdenes. ¿Cuál iba a ser su función? Yo no daba crédito a lo que estaba oyendo en el pleno, aunque lo que más me ofendió fue la carta que envió a la ciudadanía para posicionarse. Ya sé que su grupo nunca va a votar a favor de la memoria histórica, porque ellos incumplen la ley y si algo la han cumplidoha sido porque la asociación de la memoria histórica los llevó al juzgado. Y a mi familia, ¿quién la defiende? No se está comportando como un alcalde demócrata.

¿Cómo valora que desde el Ayuntamiento se haya apelado a la gestión de Rodríguez Bautista para mantener su calle, indicando que en su mandato se construyeron casas y otras obras que empleaban hijos de represaliados?

El alcalde distorsiona la realidad. Las casas se hicieron en toda España, no son de don Miguel Rodríguez Bautista. Fue una política franquista en la que se hacían esas casas, no sólo en Ribeira. Este señor estuvo casi 20 años en el poder. ¿Que hizo cosas? Claro que las hizo, porque además fue procurador en Cortes, llegó a lo más alto. La oposición y la Comisión de la Memoria Histórica ni siquiera se han metido en que se le quitara el título de hijo predilecto, porque por lo visto había sido nombrado por las obras que hizo. Sólo se pedía que no continuara teniendo una calle un señor que, por su cargo, fue un represor. Los falangistas eran quienes hacían la represión en este país. Él, seguramente, no hizo nada materialmente, pero mandó hacer y, por lo tanto, era cómplice del delito. Esto era una aldea, ¿cómo no se iba a saber lo que pasaba? No se daba un paso sin que se supiera. Tampoco vimos a Franco disparar con una pistola pero todos sabemos que era quien mandaba.

Desde el gobierno municipal también se dice que la familia de Rodríguez Bautista no no tiene que pasar por algo así...

Vivimos en un pueblo pequeño y convivimos con las familias. Yo no tengo nada contra la familia de Rodríguez Bautista, ellos no tienen culpa. Pero tienen que entender que tienen un pasado, igual que yo tengo el mío. Yo no lo mezclo; sus antepasados fueron quienes hicieron eso, ellos no son responsables. Pero cada uno tiene que asumir su historia, y a mí me duele que quieran cambiarla: A mi abuela la sacaron arrastrando de la casa, le raparon la cabeza, la vejaron, la insultaron y quién sabe qué más cosas. Yo tengo un testimonio directo y, además, todo el mundo sabe lo que le pasó a mi familia, que fuimos represaliados igual que fue más gente, por desgracia. Igual que no es cierto que en Ribeira sólo haya habido un fusilado. Que esté acreditado, hay cinco.

¿Por qué cree que estos debates llegan a 2016, más de 40 años después de la muerte del dictador?

Porque no ha habido voluntad política por ninguna parte. No sólo en los gobiernos del PP, también en el PSOE. Zapatero hizo la ley de la memoria histórica, pero nadie tuvo voluntad, nadie quiere dar ese paso. Yo soy partidaria de que la historia se cuente, y que las nuevas generaciones sepan lo que pasó. No es por odio ni por venganza, pero tenemos que contar la historia. Que a estas alturas estemos con este debate sería impensable en otros sitios como Alemania, donde a nadie se le ocurriría semejante exaltación del fascismo. A nosotros se nos dice que odiamos y que miremos hacia adelante. Es muy fácil mirar hacia adelante sin sufrir; aquí el luto no se pasó porque nos lo prohibieron.