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Las familias de 20 gallegos enviados a los campos nazis se unen a la querella argentina contra el franquismo

La querella judicial abierta en el año 2010 por la jueza argentina María Servini para perseguir los crímenes del franquismo contará en los próximos días con 20 nuevos denunciantes. Se trata de las familias de otros tantos gallegos enviados a los campos de concentración nazis, solo una parte, de momento, de los alrededor de 200 que pasaron por Dachau, Sachenhausen, Buchenwald, Grini y, sobre todo, Mauthausen.

Las familias están siendo asesoradas por la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH). La presentación de las denuncias coincidirá con la conmemoración del Día Internacional de las Víctimas del Holocausto, el próximo 27 de enero. Ese día los familiares de los presos en los campos nazis firmarán los documentos ante la cónsul argentina Silvina Isabel Montenegro en varios lugares de Galicia.

Las denuncias, en las que ha sido muy importante el trabajo de investigación realizado por Carlos Hernández y Benito Bermejo, fueron redactadas por la abogada de la ARMH ante la causa argentina, Ana Messuti, que subraya que “recordar esas víctimas, tenerlas bien presentes, es esencial desde la perspectiva jurídica: por una parte, porque reafirma la calificación de genocidio al vincularlo a un exterminio cuyo carácter genocida nadie puede poner en entredicho; por la otra, porque universaliza la represión franquista, no circunscribiéndola al territorio español”.

La ARMH hace hincapié en la responsabilidad que el régimen franquista tuvo en el destino de los millares de ciudadanos españoles enviados a los campos de concentración nazis. “A los campos los mandó el gobierno de la Alemania nazi pero fueron enviados allí porque el Gobierno franquista consintió que eso sucediera. Al Gobierno franquista se le preguntó desde la embajada alemana en varias ocasiones qué se hacía con ellos: si eran repatriados a España o eran enviados a los campos de concentración, y Franco se inhibió y optó por lo segundo. Eso en algunos casos, porque en otros el Gobierno franquista sí que intervino y salvó a algunos de los prisioneros”, explica la historiadora Carmen García Rodeja.

“Los presos republicanos españoles, al igual que muchos otros, estaban primero en 'stalag', un campo de prisioneros de guerra. Un campo de prisioneros de guerra tiene unas normas, se rige por la Convención de Ginebra, no pueden coger y gasealos. De haber permanecido en 'stalag', habrían salvado su vida”, cuenta la historiadora, que recuerda que “además, entre los enviados a los campos había menores de edad, había niños de 14, 15 y 16 años”.

Hace dos años el Parlamento gallego acogió un acto de homenaje a los gallegos deportados a los campos nazis. Además, todos los grupos políticos -incluido el PP- aprobaron por unanimidad una declaración institucional que subrayaba la responsabilidad de la dictadura franquista en lo sucedido, recordando que el Holocausto había tenido su origen “en el intento de eliminación de la disidencia política e ideológica y derivó en un genocidio que contó con la colaboración de la dictadura franquista y que persiguió a miles de hombres y mujeres que huyeron del Estado español después de la derrota de la República en 1939 y tras la instauración de un régimen fascista”. La Declaración recordaba en particular a “los más de 10.000 republicanos españoles que terminaron deportados en los campos nazis por la colaboración del dictador Francisco Franco con el nazismo alemán y el fascismo italiano”.

Los investigadores de la ARMH llevan muchos meses estudiando y documentando los casos de los deportados gallegos en campos de concentración alemanes y continúan haciendo llamamientos para la implicación de las familias y para la suma de nueva información, subrayando que muchas personas pueden incluso ignorar que sus abuelos pasaron por los campos nazis.

“Nosotros los asesoramos y les ayudamos a preparar las denuncias, pero son los familiares quienes las presentan”, subraya Carmen García Rodeja. “Sobre todo porque esto es, de alguna manera, reparador. Cuando tu abuelo fue enviado a Mauthausen y murió allí -o fue liberado, lo mismo da- que una entidad pública como un juzgado argentino recoja tu denuncia es muy importante”, destaca.

Los prisioneros gallegos objeto de la denuncia

  • Domingo Castro Molares (Vigo). Desertor del ejército franquista y sargento de las Milicias Gallegas del Ejército de la República. Después de exiliarse en Francia en 1939, fue detenido por el ejército alemán y deportado a Mauthausen en enero de 1941, muriendo un año después.
  • José Ferradás Pastoriza (Bueu). En julio de 1936 consiguió huir hasta Euskadi, donde se incorporó al Batallón México. Después de pasar a Francia, fue detenido por los nazis en 1940 y deportado a Mauthausen en 1941, muriendo meses después en el campo de Gusen.
  • Ramón Garrido Vidal (O Grove). Desertor del ejército franquista, se incorporó al ejército republicano. En Francia organizó los primeros grupos armados de resistente españoles en Brest y en Lorient hasta su detención en 1942 por la Gestapo. En junio fue deportado a Dachau, siendo liberado el 30 de abril de 1945.
  • Arturo González Bastos (Lavadores-Vigo). Fue detenido en 1944 en Francia por participar en la resistencia a la ocupación nazi. Fue deportado a Dachau y a otros campos, muriendo en el subcampo de Meppen-Dalum en febrero de 1945.
  • Francisco Pena Romero (Boiro). Fue detenido en julio de 1936 y obligado a integrarse en el ejército franquista, del que desertó para luchar en el bando republicano. Ya en Francia, fue detenido por los alemanes en 1940 y confinado en el campo de prisioneros de guerra de Estrasburgo, desde donde fue deportado la Mauthausen. Fue liberado en mayo de 1945.
  • Abilio Álvarez Bernardo (Entrimo). En la Guerra Civil luchó en el ejército republicano. Ya en Francia, fue detenido y enviado a Mauthausen en 1941. En 1942 murió gaseado en el castillo de Hartheim.
  • Joaquín Balboa García (Monterrei). Después de la Guerra Civil, en la que luchó en el bando republicano, pasó a Francia, donde fue detenido por las autoridades nazis. En 1941 fue trasladado a Mauthausen, donde trabajó primero en la cantera y, después, de barbero, lo que le salvó la vida. En 1945 fue liberado por el ejército británico
  • Francisco Cortés Martínez (Calvos de Randín). Después de la Guerra Civil, en la que luchó en el ejército republicano, fue detenido en Tours en 1943, seguramente por pertenecer a la Resistencia, siendo trasladado a Buchenwald el 29 de enero de 1944. Salvó la vida, pero las secuelas del maltrato sufrido en los campos le provocaron graves problemas de salud.
  • Julio Domínguez Rodríguez (Quintela de Leirado). En la Guerra Civil fue teniente de las Milicias Gallegas. En Francia colaboraba con la resistencia y fue detenido por participar en sabotajes contra el ejército nazi. En 1944 fue enviado a Mauthausen, de donde consiguió salir con vida.
  • Isauro González Prada (Castro Caldelas). Tras su detención en Francia, pasó por campos de prisioneros de guerra, desde donde fue deportado a Mauthausen el 27 de enero de 1941, muriendo meses después en Gusen de una tuberculosis.
  • Avelino Pérez Rodríguez (Entrimo). En los inicios de la Guerra Civil figura como integrante de las Milicias Cívicas de Izquierda Republicana. En junio de 1940 fue capturado por el ejército alemán, entrando un año después en Mauthausen, muriendo meses después en Gusen por una bronconeumonía.
  • Nicolás Rodríguez Pérez (Monterrei). Durante la Guerra Civil huyó a la zona gubernamental y se integró en el Ejército republicano. Fue deportado desde Toulouse a Dachau el 3 de julio de 1944 en el denominado 'tren fantasma' junto con otros 600 soldados republicanos españoles, un viaje de 52 días en el que muchos fallecieron. Muy debilitado, terminó su vida en Dachau el 25 de febrero de 1945, solo dos meses antes de la liberación del campo.
  • Victorino y Aurelio Díaz Hortas (Mosteiro, Lugo). Después de la Guerra Civil, los dos hermanos pasaron por varios campos de prisioneros en Francia, hasta terminar en Mauthausen en 1941, donde Aurelio fue liberado en 1945. Su hermano Vitorino falleció tres años antes.
  • Rafael Pardo Valles (O Corgo). Llegó a ser sargento del ejército republicano. En Francia fue detenido y enviado a Mauthausen en 1941, muriendo un año después en Gusen.
  • José Sánchez Pardo (Lugo). Guardia de asalto en la República, en Francia fue detenido y enviado a Mauthausen, donde falleció.
  • José Seijas Insua (Carral). Llegó a ser teniente del ejército republicano. En Francia fue detenido y enviado a Mauthausen, muriendo en Gusen en 1942.
  • José Alvedro Villaverde (A Coruña). Detenido en Francia, fue enviado a Mauthausen en 1941, donde un año después fue uno de los muchos deportados que perdieron la vida debido a los maltratos sufridos en el campo de exterminio.
  • Manuel Rodríguez Louro (Dumbría). Para evitar ser reclutado por el ejército franquista, huyó al monte en verano de 1936, escapando posteriormente en un barco hasta la ciudad británica de Bristol, ingresando en el ejército republicano, en el que luchó en la Guerra Civil. En Francia fue detenido y enviado a Gusen, donde murió gaseado en 1941.
  • Martín Ferreiro Álvarez (Cerdedo). Militante de Izquierda Republicana y trabajador de la construcción en A Coruña, durante la Segunda República llega a ser concejal en la ciudad herculina. Ante la detención de la corporación municipal, se refugia en su aldea natal y huye a Portugal y después a Catalunya, donde lucha en la guerra. En Francia es detenido y enviado a Mauthausen en 1940, muriendo un año después.
  • Antonio Suárez Blanco (Malpica). Marinero y militante de la CNT, en julio de 1936 huye en barco a Francia. Allí fue capturado en 1941 y enviado a Mauthausen, donde fue liberado en 1945.