La Xunta paralizará definitivamente las obras de los dos edificios pendientes de construcción en la Cidade da Cultura. El Gobierno gallego procederá a la paralización de dos inmuebles del Gaiás –Centro de Arte Internacional y Teatro de la Música– después de que el PP apoyara un punto de la moción presentada por el BNG en el pleno del Parlamento y que también apoyó AGE, mientras que el PSdeG se abstuvo.
El acuerdo adoptado por el Parlamento para paralizar definitivamente las obras de los dos edificios pendientes en el Gaiás cogió por sorpresa a la mayoría. Fue la diputada del Bloque Ana Pontón la que presentó una moción en la Cámara en la que se instaba a la paralización definitiva de los dos edificios pendientes de construir en la Cidade da Cultura, así como la evaluación del impacto económico, social y cultural del Gaiás. A pesar de que el PP rechazó la propuesta completa, sí votó a favor del primer punto de la moción, que fue tramitado de forma independiente y en el que se insta al Gobierno gallego a que inicie los trámites para poner fin a las polémicas obras en el monte Gaiás.
El socialista Francisco Caamaño justificó la abstención y abogó en una enmienda por la paralización “sine die” de ambos edificios pero no su paralización definitiva, como solicitaba el BNG. Según el PSdeG, la paralización definitiva de las obras podría suponer el pago de 18 millones de euros en indemnizaciones a las empresas adjudicatarias.
300 millones de euros
300 millones de eurosDoce años más tarde y 300 millones de euros después (ocho años más de los previstos y casi 200 millones extras de gasto), la Xunta optará por detener unas obras que fueron adjudicadas cuando Alberto Núñez Feijóo era vicepresidente del Gobierno gallego y responsable de Obras Públicas. Ahora, como jefe del Ejecutivo, propone dar otra marcha atrás en un proyecto al que no sólo es difícil encontrarle usos, sino también explicación.
Fue en 2005, con el Gobierno de Fraga ya en funciones, cuando el Consello de la Xunta comprometió la contratación de los dos edificios que acaban de ser descartados. Siendo Feijóo el hombre fuerte de aquel último Ejecutivo de Fraga, se aprobó una adjudicación que no sólo fue polémica por lo que suponía, sino por las cláusulas millonarias que se incluían para evitar que el nuevo Gobierno progresista frenara las infraestructuras. De hecho, el bipartito no encontró una solución a un macrocomplejo al que buscó nuevos usos. Pero la crisis aun no había aterrizado con fuerza y lo que ya era un escándalo millonario no lo fue tanto en plena bonanza económica.
Con la vuelta del PP al poder, Núñez Feijóo no sólo no cambió de rumbo, sino que insistió una y otra vez en que la Cidade da Cultura sería terminada porque era “una obra clave para finalizar el Camino”. Así lo aseguró a las pocas semanas de llegar a Monte Pío, asumiendo incluso las promesas del exconsejero Pérez Varela, el mismo que había comprometido la finalización de todos los edificios proyectados por Eisenman. “Galicia tendrá dos iconos: la Catedral de Santiago y el Gaiás”, dijo en mayo de 2009.
Pero la Cidade da Cultura seguía siendo un devorador de recursos sin mucho sentido, una enorme infraestructura en la que se dilapidaban euros y más euros. En otoño de 2011, meses después de la inauguración del complejo, la Xunta decide suspender temporalmente las obras pendientes del Centro de Música y Artes Escénicas y del Centro de Arte Internacional. El acuerdo permitía ahorrar casi 80 millones de euros. Feijóo destacó la renuncia a la indemnización por parte de las empresas. Pero era una paralización momentánea que se volvería a meditar en 2014.
Se rectificó a sí mismo Feijóo, que no sólo daba marcha atrás en el futuro del Gaiás, sino que asumía el error del anterior Gobierno conservador por una adjudicación que ahora le provocaba a él los dolores de cabeza. “No me siento especialmente orgulloso de contratar edificios estando en funciones”, reconocía tras decidir la paralización de unas obras que el Ejecutivo en el que él era vicepresidente había comprometido seis años antes. La ausencia de Manuel Fraga, entonces ya en el Senado, despertó las críticas que en 2005 nadie se había atrevido a manifestar.
16% del presupuesto de Cultura
16% del presupuesto de CulturaPero el Gaiás seguía y sigue consumiendo dinero público. En los Presupuestos para este año 2013 las partidas culturales suman un total de 61,3 millones de euros. De este presupuesto salen las transferencias que el Gobierno gallego realiza a la Fundación Cidade da Cultura, sostén económico principal del complejo, y que son, entre subvenciones de capital y subvenciones a la explotación, de 10,4 millones de euros. En resumen, 16 de cada 100 euros del presupuesto cultural se quedan en una macroinfraestructura escasa de visitas y de utilidad a pesar de los esfuerzos de la Xunta. Mantenerla abierta cuesta 9.000 euros al día.
Pero ahorrar, se ahorra. Según los cálculos oficiales, la hipotética ejecución de los dos edificios ahora paralizados supondrían 175 millones de euros para las arcas públicas de la Xunta, que ahora tendrá que negociar con las empresas constructoras la cancelación de los contratos. El PSdeG advierte de que el pago de estas indemnizaciones supondrá 18 millones, aunque el Ejecutivo reduce el precio hasta unos cinco millones de euros. El lastre es menor, pero soltarlo ha costado doce años y casi 300 millones de euros. Y lo que queda por pagar.