El conselleiro de Sanidad no logró, con su comparecencia de este martes en el Parlamento, apagar el incendio político generado por la investigación -antigua imputación- de dos cargos del Servizo Galego de Saúde por presunta prevaricacion en la gestión de los tratamientos de hepatitis C, derivada de la denuncia en la que, como reveló en exclusiva eldiario.es, la Fiscalía acusa a la Xunta de homicidio imprudente por demoras en esos fármacos basadas en motivos “presupuestarios”. Así, con el escándalo aún ardiendo, el presidente de la Xunta tenía que responder este miércoles a las preguntas de la oposición al respecto -se negó a una comparecencia específica-. Y ha optado por combinar el elogio a su propio Gobierno por “pagar” los tratamientos con el desdén a las acusaciones del ministerio público.
Las preguntas de la oposición se han basado, precisamente, en el “abrumador informe de la Fiscalía”, en palabras del socialista José Luis Méndez Romeu. “Pida disculpas”, le exigieron al presidente tanto el portavoz del PSdeG como Antón Sánchez, de AGE, y Francisco Jorquera, del BNG, quien advierte a Feijóo de que las autorizaciones de tratamientos médicos no pueden tener, políticamente, la misma consideración que “las licencias de obra”. Pero las acusaciones de tratamientos “retrasados”, las que lanza la justicia, son para el líder popular una “trampa moral inadmisible” en la que él no va “a caer”.
“Disparate”, “insulto”, “falta de respeto” o “juicio sumarísimo a la sanidad pública de Galicia” son algunos de los calificativos que la Feijóo le merecen las acusaciones de la Fiscalía, que el presidente atribuye, no obstante, en exclusiva a los grupos de la izquierda. Sitúa también en el terreno de la mentira que, como indica uno de los informes médicos incluidos en la causa judicial, un paciente lograse el tratamiento gracias a la carta que sus médicos le enviaron directamente a la entonces conselleira de Sanidad. “Es falso que nadie haya tenido trato de favor” o “enchufe” y el mero hecho de sugerirlo es tanto como “insultar a los médicos”.
Una vez negadas las acusaciones, Feijóo cree que, sencillamente, “no se puede decir que tenemos criterios economicistas” porque “hemos invertido 130 millones de euros” en tratamientos de la hepatitis en los últimos años lo que permite, por ejemplo, tener una “media de tratamientos” en relación a la población “muy por encima de Andalucía”. La Xunta, enfatiza dedica a estos fármacos el dinero equivalente al coste de “hacer un hospital comarcal”, a la construcción de “sesenta centros de salud” o a los “presupuestos de la ciudad de Santiago”.
“No venimos a hacer ningún juicio sumarísimo, venimos a pedir explicaciones” por “una cadena de decisiones administrativas” ligadas “a seis personas muertas”, replicó Romeu. “No culpe usted a la oposición, es la Fiscalía la que relaciona muertes y recortes”, agregó Jorquera, quien advierte además que en la propia instrucción judicial se alude a la “modificación de fechas para simular tiempos de espera menores”. “Lo han hecho tan bien -concluye Antón Sánchez- que son el primer gobierno procesado penalmente por la relación entre criterios presupuestarios y muertes”, motivo suficiente para AGE cómo para, al menos, que Feijóo “pida disculpas por el desprecio y los oídos sordos que hicieron”.
Las reiteración de las preguntas de los grupos no cambiaron el discurso del presidente, que contrapone el “orgullo por invertir 130 millones” en fármacos con la “destrucción de la dignidad y de los principios morales básicos” que le atribuye a una oposición sin “candidatos ni proyecto”. Al fin y al cabo, remata, la petición de explicaciones por el veto l tratamientos de hepatitis no es más que “empezar la campaña electoral criticando la sanidad”. “Galicia -espeta- les queda muy grande”.