Gonzalo Caballero lleva apenas año y medio al frente de la secretaría general del PSdeG, a la que llegó tras ganar unas primarias del partido inevitablemente ligadas al triunfo interno que pocos meses antes había logrado Pedro Sánchez, a quien había apoyado abiertamente. Veinte meses después de llegar al cargo casi nada está donde estaba en aquel escenario político. La moción de censura de la que Sánchez salió triunfante tras la primera gran sentencia del caso Gürtel desencadenó una serie de cambios que, en el caso de los socialistas gallegos, tienen como nota más llamativa lo que Caballero señala como “histórico”: han logrado ser primera fuerza en Galicia por primera vez en las generales, han repetido esta condición en las europeas y se han quedado a muy pocos votos de hacerlo también en las municipales. Para Caballero, esto no ha sido un hecho aislado ni responde únicamente a la favorable dinámica estatal, sino que es la señal más evidente de un “cambio de ciclo” que, augura, culminará en 2020 “sacando democráticamente a Feijóo de la Xunta”. [Entrevista realizada originalmente en gallego]
Acaban de superar al PP gallego en las generales y europeas y de quedarse a apenas un punto en las municipales. ¿Ha sido el efecto Pedro Sánchez o responde también a la dinámica gallega?
En las elecciones generales, por primera vez en la historia de la autonomía gallega, los socialistas hemos sido la primera fuerza política del país. El PP ha recibido un varapalo sin precedentes en estas tres convocatorias; Feijóo ha contemplado cómo la derecha gallega se hundía a sus mínimos históricos e intentó presentar las municipales como una segunda vuelta para recuperarse de las generales. Pero cuando vieron los resultados, volvieron a ser conscientes del cambio de ciclo: el PSdeG vuelve a tener medio millón de votos, gana con claridad las elecciones europeas en Galicia y tiene un empate técnico con el PP en las municipales, que además permite plasmar gobiernos de progreso en las principales ciudades y diputaciones. Todo esto coincide, sin duda, con una revitalización del PSOE en España, pero estamos satisfechos también porque, de forma distintiva, los socialistas gallegos hemos mejorado esa ola favorable; por ejemplo, en las generales, el PSOE obtuvo el 28% de los votos en España y el PSdeG, el 32% en Galicia. No sólo es importante que el PSOE sea la primera fuerza en Galicia, sino que además hay una mayoría social progresista frente al bloque de las derechas. Es algo con lo que Feijóo intentó engañar, diciendo que la división de las derechas le había quitado al PP el liderazgo en Galicia, pero lo cierto es que el 55% de los votos en las generales fueron a las fuerzas progresistas lideradas por el PSdeG. Esto marca un nuevo tiempo político, la mayoría social de Galicia está en la izquierda, el estereotipo de la Galicia de derechas ha pasado a la historia y el PP sabe que después de diez años de Feijóo en la Xunta, su ciclo político ha terminado.
Se dispone, ahora sí, a entrar en el Parlamento. ¿Como intentará hacer ver ese cambio de ciclo al que se refiere? Feijóo ha tenido, prácticamente, veinte interlocutores en la oposición en estos diez años...
Yo llevo veinte meses como secretario general del PSdeG y desde el primer momento trasladé que iba a mantener, en una primera fase, mi actividad docente en la universidad y, pasado ese tiempo, asumiría las responsabilidades institucionales que me correspondieran. En la medida en que un diputado como Abel Losada va a entrar en el Ayuntamiento de Vigo, correrá la lista, me corresponderá ser diputado autonómico y asumiré esa responsabilidad con satisfacción. Pero creo que la hoja de ruta que establecí para el PSdeG estaba bien perfilada, está llevándonos a una posición más fuerte que nunca y debemos mantenerla. Esto implica asumir la presidencia del Grupo Parlamentario Socialista, pero dedicar todos mis esfuerzos a seguir revitalizando el socialismo gallego como principal elemento de movilización del electorado progresista para tejer una mayoría progresista capaz de conseguir la mayoría en las urnas.
Dice el PP que usted ha retrasado entrada por temor a un enfrentamiento dialéctico directo con Feijóo...
Yo llevo debatiendo y argumentando toda mi vida política dentro del partido y también fuera del partido. Cualquiera que me conozca sabe que debatir o confrontar para mí no es dificultad o límite. Y lo cierto es que la estrategia que establecimos nos está dando resultado y mientras, el PP tiene que buscar excusas a su profundo problema político.
En Galicia se cerró un ciclo electoral pero ya se abre otro de manera prácticamente inmediata, para las elecciones de 2020. En otras épocas se apuntó a una escasa ayuda de la dirección federal del PSOE hacia el PSdeG para intentar derrotar al PP en Galicia. ¿Contará usted ahora con esa ayuda?
La sintonía del PSdeG con el PSOE y de la dirección gallega con la federal es plena. También mi relación con el secretario general, que desde el momento en que se celebraron las primarias federales fue intensa y la colaboración tiene todas las dimensiones necesarias para trabajar por un nuevo ciclo político en Galicia. No tengo ninguna duda de que todos los socialistas de España van a poner lo que tengan que poner para que el PP deje de gobernar Galicia y que Feijóo se encuentre con la realidad del país en el que vive frente a la realidad del coche oficial en el que lleva demasiados años.
¿Cuenta también con el impulso del Gobierno de España? El proyecto de Presupuestos Generales que no llegó a aprobarse implicaba una bajada de inversión en Galicia y hay también otras materias pendientes como es el caso del futuro incierto de Alcoa...
Todas las falacias de la derecha y todos los intereses por tergiversar la importancia de los temas que les preocupan a los gallegos fracasaron cuando se abrieron las urnas de las elecciones generales. La mayoría de la ciudadanía gallega apostó con claridad por el Gobierno socialista de Pedro Sánchez. Desde el minuto en que Pedro Sánchez me trasladó la posibilidad de presentar una moción de censura hace más de un año trabajamos con total lealtad para impulsar al gobierno socialista en España. Durante un tiempo algunos nos criticaban diciendo que ese acuerdo con Pedro Sánchez llevaría el PSdeG a la desaparición. El tiempo dirá quién llevaba razón, pero es evidente que ahora nosotros somos la primera fuerza política de Galicia y Feijóo se encuentra en derrumbe.
Uno de los éxitos del PSdeG en estas municipales ha sido en las ciudades de la provincia de A Coruña, que hasta ahora gobernaban las mareas. ¿Cree que han recuperado voto prestado a estas formaciones o han pesado más los factores locales?prestado
Yo quiero respetar el resultado electoral y lo que me importa es que en las tres ciudades de la provincia de A Coruña hay una mayoría social de progreso en la que el PSdeG es la primera fuerza progresista y se abre un tiempo de futuro marcado por el Partido Socialista. Igual que en Ourense, en Lugo o en Vigo.
En Ourense hay un diálogo a múltiples bandas. La Diputación depende de Ciudadanos o de Democracia Ourensana y la lógica de los pactos no es la misma que en otras ciudades? ¿Cómo lo ve?
En primer lugar hay que poner en valor el magnífico resultado del Partido Socialista tanto en la ciudad como en la provincia. Después de cuatro años, en la única ciudad en la que gobernó, los ciudadanos han castigado al PP y han convertido al PSdeG en primera fuerza política. Hay un mensaje claro de que le corresponde al PSOE tener la alcaldía y para eso trabajaremos. A mayores hay un cambio histórico en la provincia y una ventana abierta a un cambio político. Nosotros ofrecemos un pacto de regeneración política en Ourense, donde el nepotismo y el caciquismo han sido nota distintiva en las décadas en que los Baltar han estado al frente. El propio Feijóo intentó liquidar el modelo de Baltar cuando llegó a la presidencia de la Xunta, pero el Baltar mayor consiguió, a través de fondos públicos, sesgar a los compromisarios del congreso del PP para mantener el poder familiar en la Diputación, aunque eso le supusiera a él una inmolación política por la sentencia de actividades ilegales y corrupción con la que fue condenado. Ese modelo derivó en una prórroga con el actual presidente y creemos que para la Galicia del futuro sería muy conveniente ponerle fin. Por eso hacemos esa oferta de pacto por la regeneración a todas las fuerzas políticas con representación, incluyendo al PP y a Feijóo, para hacer aquello que se comprometió a hacer cuando llegó a la Xunta y no fue capaz.
Usted subraya que, ahora mismo, en Galicia hay una mayoría de izquierdas. Una extrapolación de los resultados de las elecciones generales, europeas y municipales indica también la posibilidad de una mayoría de izquierdas en el Parlamento de Galicia. ¿Qué lecciones cree que puede extraer de la anterior experiencia de mayoría de izquierda en Galicia, hace ya diez años?
Estamos en uno nuevo tiempo político, porque por primera vez el PP ha perdido el liderazgo en Galicia.. Hay que seguir construyendo futuro hablando con la ciudadanía, haciendo un ejercicio de movilización de todos los progresistas en torno al PSdeG. Conozco bien toda la historia de la autonomía y de nuestro partido, pero mi atención y foco de preocupación es el futuro; yo he dicho muchas veces que Feijóo era un rey desnudo y nadie se lo estaba diciendo hasta que abrimos una nueva etapa en el PSdeG. Y lo más importante es que ahora ya se lo dice la mayoría de la ciudadanía gallega: las ropas que él intentaba mostrar eran fruto de la publicidad manejada desde la Xunta, pero no respondían a la realidad.
Pongámonos en ese escenario de mayoría de izquierda y, de este modo, de un nuevo gobierno. ¿Por dónde tendría que comenzar la tarea de esa mayoría?
Feijóo nos deja un país con menos población, con menos población ocupada, con menos posibilidades de futuro para la gente más joven, sin conectar con el escenario urbano y abandonando al mismo tiempo el medio rural. Es un país que ha visto cómo se han debilitado sus sectores productivos, tanto en el industrial como en el primario, y además con un estrago en los servicios sociales en cuestiones como la ayuda a la dependencia y, específicamente, con sus políticas de ataque a la sanidad pública, que queda con menos personal, menos camas y problemas desde la atención primaria a las urgencias o a la pediatría. Esta es una realidad social compartida por la mayoría de las gallegas y gallegos, incluyendo votantes del PP, y lo que faltaba era una alternativa capaz de concitar ilusión y fuerza necesaria para batir electoralmente el PP. Esa es la línea.
Otro de los conflictos latentes, especialmente visible en el último año, es el de los medios públicos de comunicación. ¿En esa agenda de un eventual cambio estaría, para comenzar, la aplicación de la ley de medios?es el de los medios públicos de comunicación
Feijóo ha basado parte de su control político en la utilización de los medios públicos de comunicación y de los fondos de la Xunta de Galicia para promover su imagen personal. Creo que es necesario un cambio de tiempo en los medios públicos gallegos. Pero en todo caso, estas elecciones también han demostrado que cuando en la sociedad civil empieza a haber descontento, ni siquiera la manipulación y la anestesia de los medios públicos impiden un castigo electoral. Vamos a tener que seguir trabajando utilizando todas las posibilidades de comunicación para hacer ese llamamiento a las gallegas y gallegos, para que cuando haya elecciones autonómicas vayan a votar por el cambio .
Esas elecciones serán, en todo caso, en el primer año de legislatura en España. ¿Cómo ve el panorama de las negociaciones que acaban de comenzar para conformar el nuevo Gobierno?
Con tranquilidad y total confianza en que Pedro Sánchez sabrá gestionarlas de la mejor manera. Lo hizo muy bien durante diez meses con 84 diputados y ahora, con un apoyo mayor, sabrá gestionar los acuerdos para hacer un Gobierno coherente con nuestro proyecto. Tiene toda mi confianza.