Estamos en el ecuador de la campaña y parece que todo el mundo se ha deshinchado un poco: ayer el PPdeG no sacó nuevos argumentos extraídos de la campaña de 2009 e incluso mantuvo un perfil bajo en las portadas de los medios afectos. Ni 'Ana de Bande' está especialmente ocurrente en las redes, con lo ocurrente que ella es siempre.
Ya estaba medio convencida de que no iba a tener nada interesante sobre lo que escribir cuando vi que el equipo de Alfonso Rueda sacaba un libro para colorear con sus propuestas destinadas a mejorar la vida de las familias gallegas, y además lo sacó en edición trilingüe gallego-castellano-inglés. Y ustedes se preguntarán “¿y por qué van a necesitar las propuestas en inglés las personas llamadas a votar en estas elecciones y en esta circunscripción?”. Eso es porque ustedes no han entendido nada. No se trata de que los potenciales votantes de Rueda necesiten el inglés para entender el libro (después de todo ya está en castellano), sino de aplicar el decreto del plurilingüismo como Dios manda: si metemos un 33% de inglés en el libro, eso significa que podemos reducir el porcentaje de gallego, lo mismito que en las aulas. Es así, día a día y en las pequeñas cosas como el título de este artículo, como se lucha contra la imposición: que empezamos por los libros de colorear y cuando nos despistamos estamos aprendiendo matemáticas en gallego, y eso sí que no, ya nos había explicado en 2009 aquella señora que compartía manifestación contra el gallego con nuestro presidente, que eso es una cosa de aldeanos y paletos.
Decía que Rueda está manteniendo un perfil bajo estos días, que se le puede complicar un poco con la oferta de la Cadena Ser para organizarle un debate cara a cara con Ana Pontón, algo que la candidata del BNG lleva semanas reclamando. El problema de un debate de este tipo es que el presidente debe defender su labor y quien detenta la representación de la oposición puede reclamar políticas públicas que no se están ejecutando, exigir inversión, criticar actuaciones concretas... Pienso que a Rueda le gustaría más este papel: anteayer en el mitin de Lugo reclamaba una conexión de tren decente, como si la cosa no fuese con él. Siempre puede decir que todos estos años él había insistido en conectar Lugo con la alta velocidad, como habían prometido en 2009, y nadie en la Xunta le hizo caso. En un momento de desesperación, podría darle por impugnar las políticas de Feijóo al frente de la Xunta, como solían hacer los candidatos del PRI mexicano con sus predecesores, aunque no sé qué clase de carambola tendría que hacer para criticarse a sí mismo como presidente.
No tiene pinta de que Rueda vaya a aceptar el cara a cara, así que para saber lo que opina de políticas concretas no nos queda otra que asistirle a los mítines (no sé en qué medida de autobuses en los movimientos en estos últimos encuentros) o leerle la última entrevista en el Faro de Vigo. Y, ya que saco yo el tema, aprovecho para dejar una humilde petición a todos los medios para estas elecciones y también para las próximas: ¿podemos dejar ya la moda de las entrevistas humanizadoras? Prefiero que me bombardeen con encuestas todos los días antes que fingir interés por la impuntualidad de Rueda, la adicción al café de Pontón o la alta autoestima de Besteiro.
Por cierto, que los impuntuales no somos gente de fiar, háganme caso en esto, que sé de lo que hablo.
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