La jornada número 20 de movilización en la CRTVG se preveía especialmente caliente. Tras la apertura de expedientes por falta muy grave a dos iluminadores, el comité de huelga había llamado este miércoles a todo el personal de la corporación, y especialmente a los técnicos, a “reaccionar a esta intolerable amenaza con una demostración de fuerza y solidaridad”. Sin embargo, minutos antes de la hora de inicio del paro que impide la emisión del programa O Termómetro, los sindicatos comunicaban una “magnífica noticia”: la titular del Juzgado de lo Social número 2 de Santiago acababa de ordenar a la corporación devolver a su turno al productor de la mañana, enviado a las tardes por “necesidades organizativas”, algo que él consideraba una represalia por su apoyo a la convocatoria.
El afectado, un trabajador implicado en la promoción de la huelga y que había tomado parte en los programas piloto de O Termómetro, recibió -al igual que el realizador del programa, recién reincorporado de sus vacaciones- la notificación de su cambio de turno el primer día de huelga. La empresa se amparaba en lo que el comité define como “supuestas necesidades organizativas”. Sustituido por otro productor que no secundaba el paro, su “expulsión” a las tardes le “imposibilitaba” el ejercicio de la huelga.
Como consideraba ese cambio una “represalia” por su apoyo a los paros, el empleado -que se encuentra en una baja médica “de corta duracion”- presentó una demanda por vulneración del derecho fundamental a la huelga en la que se pedía de forma expresa la adopción de medidas cautelares. Eso fue lo que tuvo en cuenta la jueza en la vista de este miércoles al dictar una sentencia in voce, plasmada posteriormente en un auto entregado a las partes este jueves, en el que ordenaba “reintegrar provisionalmente al trabajador demandante en sus anteriores condiciones de trabajo (turno, programa y puesto de origen), una vez sea dado de alta médica y entre tanto se mantenga la convocatoria de huelga”.
En comunicación con este diario, la CRTVG ha manifestado su intención de interponer recurso ante la decisión judicial mientras destaca que las medidas cautelares “no prejuzgan el fondo del asunto, que se resolverá cuando sea dictada la oportuna sentencia”.
La Corporación explica que, con la entrada de la nueva programación, hubo cambios de turno y departamento que afectaron a varios trabajadores, “no sólo al denunciante” y que fueron notificados “en tiempo y forma”. De hecho, resaltan que el auto recoge que la notificación al productor está registrada tres días antes del 7 de octubre, día del comienzo de la huelga. “La notificación del día 7, que también refleja el auto, fue la comunicación de la modificación que ya estaba previamente acordada”.
Añade además que las cuatro últimas denuncias por “presuntos traslados forzosos dentro del marco de la reorganización de departamentos” fueron desestimadas íntegramente en primeira instancia y que una de ellas “ya cuenta con sentencia firme del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia”.
Paro total de los técnicos
Para el comité de huelga, sin embargo, esta decisión judicial “evidencia la existencia de prácticas ilícitas para reprimir a los huelguistas” por parte de la CRTVG, unos movimientos que tratarían de conseguir la emisión de O Termómetro -la coproducción que detonó la huelga contra la externalización-, que se suspendió de forma parcial o total en cada día de paro.
Es, precisamente, en este tipo de prácticas donde los sindicatos encuadran los expedientes disciplinarios por faltas muy graves abiertos a dos iluminadores del programa. Este miércoles, tras el llamamiento lanzado, la respuesta de sus compañeros fue unánime. Según el comité, “todo el equipo técnico de TVG que participa en la coproducción de O Termómetro paró para manifestar su rechazo a las medidas represivas de la dirección y demostrar su solidaridad con los expedientados”.
La huelga inicia así su recta final, con un colofón previsto para el viernes 13 de diciembre, que será cuando se emita el último de los 65 programas de O Termómetro que han sido contratados hasta ahora. Ese día se celebrará un paro de 24 horas. Antes, el sábado 30 de noviembre, tendrá lugar la “gran manifestación” a la que han convocado a toda la ciudadanía gallega, y que inicialmente estaba prevista para el día siguiente. Será durante un fin de semana con paros de siete horas y media, tanto el sábado como el domingo.